LA GOMERA ENAMORA
Josefa Falcón Abreu
Hablar de la isla de La
Gomera es hablar del Cedro, del Garajonay, de barrancos, de
verde, de pueblitos, de silbo, de fortalezas, de mar, de artesanía…Como pasa
con todas nuestras islas, La
Gomera enamora al visitante, es esa isla que al visitarla
cuesta dejar atrás. La primera vez que la vi me sentí atrapada por ella.
Caminar por El Cedro y escuchar a la vez a los pájaros cantar y al agua correr
por entre los árboles es algo de otro mundo, así imagino que, si existe el
paraíso, debe parecérsele mucho. Bajar a Valle Gran Rey y contemplar todo ese
inmenso palmeral es algo que impresiona, es mágico. Y qué decir del lenguaje
del silbo…algo tan único y tan especial de esta isla…me han hecho
demostraciones estando un silbador lejos del otro y traduciéndome el mensaje
que le iba a decir el que estaba junto a mí al que estaba lejos y es realmente
curioso y único cómo se entienden igual que si utilizaran las palabras, es todo
un arte y un don que solo los gomeros tienen. A La Gomera, a su paisaje, a su
silbo, a toda ella yo también quiero dedicarle mi modesto poema:
ISLA DE LA GOMERA
Sentí una inmensa ternura
al verte por vez primera,
isla del Garajonay,
islita de La Gomera.
Oí un silbo allá, a lo lejos,
clamaba para tus tierras
el agua para su sed,
el pan para su sustento.
Dentro del Garajoay
oí ¿O tal vez soñé?...
como el sonar de unas chácaras,
por entre la laurisilva,
con sones de Tajaraste
me daba la bienvenida.
¿O quizás fue el viento…?
Ese viento que en tus montes
rompe silencios de alturas
y desciende hasta los valles
envolviendo su hermosura.
Valles llenos de poesía,
de soberbia majestad
y barrancos imponentes
desde la cumbre hasta el mar.
La Gomera huele a cedro,
a palmera y platanal,
a laurisilva y a mango,
La
Gomera huele a mar.
Isla que con el silbido
cuentas alegrías y penas,
isla del Garajonay,
islita de La Gomera. (Josefa Falcón)…Buen día amigos…
Julio de 2013.
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