PROLOGO
El picudo rojo es un coleóptero parecido a un escarabajo, que hoy es otra de las plagas llegada al Archipiélago
Canario desde la metrópoli: el Reino de
España, que, en los últimos diez años (1995-2005), ha dejado o no ha impedido
por su nefasta política fitosanitaria
de control de fronteras que en su colonia canaria entren por los puertos y aeropuertos más de sesenta plagas que han destrozado y dañado gravemente lo poco que
queda de la agricultura canaria; este
gorgojo está cargándose uno de nuestros
endemismos vegetales más importantes y símbolo vegetal de las Islas Canarias: la palmera canaria (phoenix cana-riensis). Especie vegetal apreciadísima en el mundo
mundial por su frondosidad, belleza,
altura y resistencia a los agentes meteorológicos,
como ha quedado probado después de los diversos huracanes que han azotado zonas de Méjico y EEUU, como en la zona de Florida en donde existen especies
de palmeras canarias importadas en su
día del Archipiélago Canario. Resulta sarcástico
y lamentablemente patético que teniendo el Archipiélago Canario la mejor palmera del mundo, toleren que se introduzcan en el mismo otras especies diferentes
(aquí existe otro problema añadido como
es el de la nefasta hibridación) de zonas de
España como Alicante, Valencia, y Andalucía en donde el bichito picudo estaba haciendo estragos, desde el año 1994.
Este caso es uno
más de los innumerables perjuicios y daños que el colonialismo español ha
causado y sigue irrogando con la connivencia y cooperación necesaria de los gobierno
títeres canarios de turno a las Islas Canarias y a su Pueblo. Al respecto, la potencia administradora del Reino de España ha violado reiteradamente la Carta de las
Naciones Unidas, en particular su
art. 73 y diversas resoluciones acordada por la A.G de la ONU,( en particular las famosas 1514 y 1541 de 14 y 15 de diciembre de 1960; la R.2625 de
24 de Octubre de 1970, la R.55/146 de 8 de Diciembre
de 2000) en relación con su colonia de Canarias. Incluso la metrópoli vulnera su propio código penal impuesto: en efecto, su
artículo 333 preceptúa: "el que
introdujera o liberara especies de flora o fauna no autóctona que perjudique el equilibrio biológico..."
La lista de fauna y flora dañina introducida en Canarias sin ningún control es
ya interminable, los daños son enormes e
irreparables. Pero es que hay más..., estas sesenta plagas han llevado a la
metrópoli y a sus lacayos canarios, a tolerar que se inunde sin control alguno de plaguicidas y pes-ticidas el Archipiélago Canario, apareciendo
secuelas malignas entre nuestra gente y causando a muchos tumores cancerígenos, ya que las cuantificadas 65 toneladas de
pesticidas por hectárea no son "moco
de pavo". Análisis de expertos relacionados
con las dos Universidades Canarias nos ponen los pelos de punta, al informar en
sus estudios que el 43% de la población
canaria contienen en sus organismos "niveles apreciables" de DDT, pesticida agrícola prohibido en Europa desde hace décadas y que produce diversos tipos de
cánceres. No les quepa la menor de duda
que la mayoría de los males que azotan al
Pueblo Canario y a nuestro Archipiélago tienen que ver de una forma u otra con una plaga maligna: el colonialismo español, el picudo rojo y gualda.
En el Archipiélago Canario, a 13 de enero de 2006.
Fdo. Juan Feo. Díaz Palarea
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