PROLOGO
Nota de urgencia
Este libro: Diario de un emigrante clandestino, circuló —haciendo
honor a su título — casi clandestinamente, en 1984, por los pasillos de la Universidad de La Laguna: dos cuadernillos impresos de manera artesanal —¡a máquina! —,
editado por don Jorge Luis Sosa Campos,
que se vendían de mano en mano. Asilo conseguí. Y cual no fue la sorpresa al
encontrarme con uno de los testimonios
más singulares y valiosos de la emigración
—y no exagero — de todos los tiempos: el diario de un emigrante clandestino, don José Ana San Blas Lorenzo, a Venezuela; su autor nació —casi — con el siglo,
1903, en el pueblo palmero de Barlovento, primero había estado en Cuba, luego —con 47 años —, en Venezuela, a bordo
delDelfina Noya, donde permanece más de un año;
y, finalmente, recala otra vez en la Perla de las Antillas, donde fallece en
1957.
El diario fue escrito en 1950, y narra la aventura
del citado velero Delfina Noya que partió clandestinamente desde Canarias a Venezuela con 231 personas a bordo. Se
inicia —el «i Viaje suicida!» — el 12
de mayo de 1950. ¿ Qué mueve a don José Ana San
Blas Lorenzo a escribir el Diario? Así responde su autor, taxista de
profesión: «Quiero hacer constar, que mi finalidad no tiene propósitos
lucrativos; y que sólo es hecho para que sea
guardado como recuerdo familiar. Esto no quiere decir, que no esté a disposición de mis amigos, y de cuantas personas quieran».
Tras leer, de «un
tirón», el Diario inmediatamente me puse en
contacto con el artífice de la publicación: don Ricardo García Luis, a quién le
planteamos la posibilidad de editarlo, con más medios y para un público más amplio, a
través del Aula de
Cultura del Excmo. Cabildo Insular de Tenerife. Proponerlo y aprobarse fue una. Mi reconocimiento,
pues, más sincero al
valioso equipo de compañeros del Cabildo y de modo muy especial al entonces Presidente de la Comisión
de Cultura, Dr. don Alfredo Mederos, en el que sólo he encontrado facilidades en la etapa en que
estuve modestamente asesorándole.
El resultado es el libro que tiene el lector en sus manos. Espero que disfrute con él.
Seguro, porque: «Esto no es un libro.
Quien lo toca, está tocando a un hombre» (Walt Whitman). A
don José Ana San Blas Lorenzo. Paradigma del emigrante isleño de ayer y hoy. ¡Cómo
admiramos a estos canarios con alas!
JULIO HERNÁNDEZ
PROFESOR DE HISTORIA DE AMÉRICA
DE LA UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA
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