Prólogo
Este libro recoge una muy pequeña muestra del
trabajo periodístico y de investigación
histórica de Juan Antonio Padrón Albornoz.
En sus páginas encontramos un puerto y una ciudad
anclados en un instante dulce, en el
instante de los recuerdos de un enamorado de
Santa Cruz, de su mar y de sus barcos.
La poesía fluye de su pluma para pintar
deliciosamente cada rincón de la ciudad
que le vio nacer, de su isla y de sus islas.
El puerto vive en su prosa de una forma especial
que, siempre repleta de detalles
minuciosos, da muestra permanente de la vocación frustrada
del autor: la de ser marino.
Nació Padrón Albornoz en Santa Cruz, en un edificio
de la plaza de la Iglesia, el 14 de octubre de 1928.
Problemas de salud le llevaron un
tiempo a la Cuesta, para luego instalarse la familia en el Toscal; concretamente en una casa de dos pisos situada frente a
«la muralla» de La Marina.
Estudió el Bachillerato en el Instituto de Santa
Cruz y Derecho en La Laguna, hasta que la
prematura muerte de su padre le obligó a abandonar y comenzar a trabajar.
Simultaneando los estudios con el trabajo terminó
Magisterio, y comenzó a dar clases en el
Colegio Cervantes del barrio de La Salud.
Va casado y con descendencia pensó emigrar a
Venezuela, planes que no se cumplieron
por no llegar la ansiada «llamada» de los
familiares residentes en el país hermano.
Durante algunos años, con la colaboración de su
esposa Gladys, montó y dirigió una pequeña
escuela en el barrio del Cabo, en el que dejó la impronta de su bondad y buen hacer. En estos años,
difíciles, ya colaboraba asiduamente en el periódico «La Tarde», que tan bien dirigía don Víctor Zurita.
Don Ernesto Salcedo le dio la oportunidad de
trabajar en «El Día», empresa que no
abandonaría hasta su jubilación.
Estudió Periodismo en La Laguna y, posteriormente,
impartió clases en la misma Facultad.
También colaboró en Radio Nacional de España,
concretamente para sus emisiones de Radio
Exterior, y para la «Hoja del Lunes» de Santa Cruz.
En 1964 obtuvo su primer premio periodístico, el
«Leoncio Rodríguez», por un trabajo de
investigación sobre los avatares de los navios
que formaban la escuadra de Nelson en su ataque a la capital tinerfeña.
Su continuada labor sobre el mar y los barcos le
hicieron merecedor de tres premios
nacionales «Virgen del Carmen» en los años 68, 71 y 74; del también de ámbito nacional premio «Elcano» de
periodismo y del «Rumeu de Armas» de investigación histórica.
Durante su etapa de Concejal del Ayuntamiento de
Santa Cruz llevó nombres marineros a
nuestras calles y, desde las páginas de su entrañable «El Día», colaboró
eficazmente en la cuestación popular para la
adquisición de un velero para la Escuela de Náutica de Tenerife.
En 1975 se resolvió favorablemente el expediente
iniciado por la Comandancia de Marina de
Tenerife para que Padrón Albornoz obtuviera la
Cruz al Mérito Naval de Primera Clase y, en 1982, la Corporación Municipal de Santa Cruz le condecoró con la Medalla de Oro de la Ciudad. […]
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