"Dura y desgraciada faena es la de escribir obra de investigación, pero en una isla, en una tierra
tan pequeña, la dureza todavía es
mayor. Un escribir que es un llorar, como
en el Madrid romántico de Larra, un buscar
voz sin encontrarla, un morirse entre cuatro paredes
de libros, o un escapar hacia la luz y dejar atrás las sombras, la soledad..."
María Rosa ALONSO
(De
un artículo dedicado a la muerte de S. P. A., publicado
en "La Tarde", 8-VH-53).
EL AUTOR
Sebastián Padrón Acosta, según el acta de bautismo
que consta en el archivo parroquial de la iglesia
de la Peña de Francia del Puerto de la Cruz de
Tenerife, nació el día 31 de julio de 1900 en
dicha población. Sus padres fueron don Luis
Padrón Hernández y doña Victoria Acosta y Alvarez; sus
abuelos paternos, don Sebastián Padrón Fernández y doña Pilar Hernández, y los maternos, don Domingo Acosta y doña Bernarda Alvarez. Fue bautizado el día 5 de
octubre del mismo año por el presbítero don
Guillermo Topham Cabrera, actuando de padrino
don Luis González (1).
Por
los recuerdos de un prestigioso periodista (2) sabemos
que vivió el joven Sebastián, en el Puerto, en la calle de Las Cabezas, núm. 36, y que con frecuencia iba,
de niño, a casa de sus abuelos a la
calle de la Iglesia o de Esquivel, a jugar en el
jardín de la vieja casona. Este jardín tenía rosas, madreselvas, cinias y gladiolos, en pintoresca mezcolanza, formando un ambiente maravilloso, que arrulló
los primeros ensueños de nuestro futuro escritor.
Más tarde recordará, con admiración y
cariño, la figura de su abuelo, don Sebastián
Padrón, su homónimo, viejo y prestigioso médico del
Puerto de la Cruz. De esta pequeña población, a pesar de su solera mercantil y cultural, que venía desde
el siglo XVIII,
le quedarían en el recuerdo, al pequeño
Sebastián, algún que otro acontecimiento
local, como las carreras de caballos en el
barranco de San Felipe, las tardes de vendimia
en cualquier lagar de las cercanías, en el camino del Botánico, o el comentario obligado de las noticias
llegadas en el "Diario de
Tenerife", a primeras horas de la noche, en la estafeta de correos, establecida en el viejo convento, o las tertulias de las antiguas sociedades culturales de La
Unión o la de triarte, donde
en la voz de los jóvenes resonaban los ecos
de las luchas políticas y literarias de la época...
Después pasó, parte de su mocedad y adolescencia, en
el cercano pueblo de Santa Úrsula, donde su
padre, don Luis, fue destinado como
secretario de administración local. Más tarde
éste sería trasladado a La Esperanza, a Gran Tara
jal (Fuerteventura) y, finalmente, al pueblecito gomero de Alajeró, donde se jubila y vive actualmente con
más de 90 años de edad. Su madre, doña
Victoria, falleció en la Gomera, todavía en
vida de su hijo Sebastián, en 1945. Viven también
sus hermanos, Pilar, Santiago y Marina. La primera,
en cuya casa vivió nuestro investigador sus últimos años,
vive en Santa Cruz de Tenerife y es depositaría de los manuscritos, colecciones de artículos y obras
inéditas de su hermano Sebastián. Los otros
dos hermanos viven en Las Palmas de Gran
Canaria.
Santa Úrsula o Chimaque, según la denominación guan-chinesca, dejó muy buenos recuerdos en la mente y en
el corazón de nuestro escritor. Testimonio de ello es su nove-lita regional, La moza de Chimaque (1947). En
ella nos ha dejado una visión de este pueblecito, poetizado y entrevisto con los ojos de la adolescencia idealizadora.
"Su blanco caserío — dice — se
alboroza con la llama de sus geranios y con el velo nupcial de sus almendros en flor. Sobre las más altas de sus colinas ábrense las palmeras como
abanicos de luz. La cinta gris de la
carretera ondula con sinuosidades de serpiente y está bordeada de tarábales, eucaliptos, álamos y plátanos del Líbano... Chimaque, saltarín,
labriego y montaraz, sube por las lomas,
cruza los ásperos caminos pedregosos, se
duerme en las llanuras, baja a las hondonadas y serventías, perdiéndose,
arriba, en las faldas del monte, espeso de
hayas, acebuches, brezos y castaños".
(1)
Debo
agradecer al P. Saturnino Martín actual
párroco
de dicha iglesia, el suministro de estos datos.
de dicha iglesia, el suministro de estos datos.
(2)
Me refiero al
artículo de Víctor Zurita, Del ambiente
vernáculo, publicado en "La Tarde", 6-V-1953.
vernáculo, publicado en "La Tarde", 6-V-1953.
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