PROLOGO
La emigración canaria a América va mereciendo cada
vez más la atención de los estudiosos,
que por su importancia requiere. Ya existen, en efecto, buenos trabajos sobre ella, desde su inicio hasta la
actualidad.
Sin embargo, la emigración clandestina de los años
cuarenta y cincuenta de este siglo, ha
sido objeto hasta ahora de poca atención por parte de
nuestros historiadores. Sólo podemos encontrar trabajos de NÉSTOR RODRÍGUEZ
MARTÍN, para la Provincia de Santa Cruz de
Tenerife; MIGUEL ÁNGEL CABRERA AGOSTA, para la isla del Hierro; JOSÉ PERRERA
JIMÉNEZ, en el «Diario de Las Palmas», y del propio autor del presente
libro, sobre el viaje del «Telémaco».
Por eso tiene mucho interés que RICARDO GARCÍA LUIS insista sobre el tema de la emigración clandestina,
ofreciéndonos este nuevo libro, sobre
otro barco, la «ESTRELLA POLAR».
Este viaje se produce en el año 1948, donde según
nuestros datos se dieron los siguientes:
Andrés Cruz, Androvet, Arlequín, Arroyo, Dragón, Escorpión, Express, Guanche F.C., José Morales, La Carlota, Mari Pepa, Miguelín, María Jesús, Maruca, Magdalena,
Merche y San Miguel.
De ellos, los más importantes serán el del «Arroyo»,
con 315 pasajeros, y «La Carlota», con
225 pasajeros.
El libro nos ofrece nuevos elementos para ir
construyendo la historia definitiva sobre esta odisea de la emigración
clandestina, que no dudo en calificar del más importante acontecimiento
histórico canario del siglo XX, junto con los hechos ocurridos durante el período de la Guerra Civil.
Estos viajes tuvieron un motivo fundamentalmente
económico, como ha sido la constante en toda la emigración histórica de las
Islas Canarias. En el caso concreto de estos años
194O y 195O serán un escape ante la grave
situación económica, producto del desastre de la Gue-
rra Civil y el régimen franquista surgido de ella. La prohibición
oficial de emigrar o las trabas
insuperables para hacerlo, convertirán este escape en una epopeya, y al propio
tiempo en un negocio especulativo por parte de determinados canarios sin
escrúpulos. Pues también hay que decirlo claramente: hubo muchos
canarios que traficaron con la miseria de otros canarios. En su momento se
comentó, por ejemplo, que los organizadores del viaje del «Arroyo» cobraron de
4.OOO a 6.OOO pesetas por pasajero,
obteniendo unos beneficios de 45.OOO duros (de la época).
Sin embargo, y por vía de excepción, hay algunos de
estos viajes que tienen un componente
político de consideración. No nos referimos, desde luego, a viajes en que algunos de sus organizadores o pasajeros,
como es frecuente, sean perseguidos
políticos, pues esto, a nuestro juicio no es suficiente para cambiar su
carácter económico.
Así, por ejemplo, el hecho de que en el «Joven
Gaspar» fueran como pasajeros, según relata
Miguel Ángel Cabrera Acosta, los hermanos Francisco y Juan Acosta Quintero,
dirigentes obreros socialistas de El Hierro y ex-presos, no impide que el
viaje sea un perfecto negocio organizado por personas afectas
al Movimiento Nacional.
Nosotros nos referimos a viajes que por su origen,
concepción, organización y participación,
el elemento político es el que prima sobre el puramente económico que puede concurrir.
Esto último creemos que es el caso del «ESTRELLA
POLAR», como sería luego el del
Telémaco. En efecto, aquí la organización del viaje se hace en función de
motivos políticos, que quedan claramente explicitados en el trabajo. Es el viaje de los relacionados con la
causa 286 y 287 de 1936, por los hechos del Barranco
de La Concepción. Y por otra parte, y como consecuencia de ello, la
organización no tendrá unas características mafiosas, sino que
será una empresa generosa y solidaria entre
personas de una identificación ideológica progresista, para buscar en común una
salida a sus problemas personales.
Nos encontramos, así, ante una bocanada de aire fresco,
dentro de un mundo normalmente sórdido, y de
ahí el interés suplementario del libro.
Su lectura nos
evidencia, por otra parte, una vez más, la escasa
participación de la mujer en los viajes clandestinos, lo que
constituye un aspecto más de la
discriminación femenina, que merecería un estudio especial. Néstor Rodríguez Martín nos da para la Provincia de Santa
Cruz de Tenerife, los reveladores datos de que sobre 3.586 emigrantes clandestinos, 3.573 fueran hombres y únicamente trece mujeres.
Ello muestra que la idea general de que la
emigración clandestina es un rol de hombres, se fortalece cuando se trata de asumir los riesgos en estos viajes.
Solamente vemos la presencia de la mujer en casos
muy excepcionales. Es muy significativo que APOLON1A, la hermana del organizador del viaje de la «ESTRELLA POLAR», «que
quería ir», según el testimonio de uno de los viajeros, no se la dejó embarcar
«por ser la única mujer». Y TERESA GARCÍA ARTEAGA,
sería la única mujer del «Telémaco», pero
significativamente se dejaba ver muy poco de los demás
pasajeros, e iba siempre en el camarote del patrón, del que era familiar.
Por otra parte, el trabajo, además de una
investigación histórica, se nos manifiesta como una auténtica
obra literaria, donde encontramos momentos
felices, como al describir la personalidad del organizador del viaje, JAIME SUÁREZ GARCÍA, que aparece
tipificado como un producto de «la
situación pequeño-caciquil» de la Isla de La Gomera; la personalidad del
patrón, AGUSTÍN B ARRETO, viejo lobo de mar; o el embarque de pasajeros en San Sebastián, en medio de la algarabía de las Fiestas de la Villa.
Finalmente queremos destacar que aparte de la
importancia que el libro tiene para la historia de la emigración
clandestina canaria, es un paso más para la
necesaria elaboración de la historia de La Gomera, a la que anteriormente contribuyó eficazmente el
autor, con «EL FOGUEO» y «EL
TELÉMACO».
No estaría de más, tampoco, que en estos tiempos en
que tanto se quiere enaltecer el paso de
Colón por La Gomera, hubiera también un recuerdo para estos émulos de la hazaña del Gran Almirante, que
fueron los pasajeros del «Telémaco» y la «ESTRELLA POLAR».
Roberto
García Luis
Buenas tardes
ResponderEliminarEstoy muy interesada en tener el libro "Estrella Polar" ,no lo consigo , me encantaría poder obtener información de dónde adquirirlo,pues en el narran la historia de mi abuelo Jaime Suárez, el dueño del barco.
Un cordial saludo
Carolina Suárez