viernes, 19 de julio de 2013

SECUNDINO DELGADO APUNTES PARA UNA BIOHRAFIA DEL PADRE DE LA NACIONALIDAD CANARIA




PROLOGO
Me es ciertamente grato el dedicar unas suscintas consideraciones al trabajo de Manuel Suárez Rosales en torno a la figura de Secundino Delgado, subtitulado "Apuntes para una biografía del Padre de la nacionalidad canaria". Y lo es no en el tan manoseado y conocido planteamiento de prólogos exaltadores, sino desde la óptica de mi dimensión profesional como historiador y, la no menos importante, de mi convencimiento nacionalista canario.
El trabajo de Suárez Rosales, planteado sin afanes perfeccionistas, expresa básica y esencialmente el amor a Canarias y su firme convicción nacionalista. Partiendo de esa legítima posición, el autor nos plantea una amena y amplia referencia biográfica a un canario y nacionalista que sentó las indiscutibles premisas para que fructificase -siempre en el exilio y expatriación, como signos de nuestra historia colectiva- el sentimiento nacional canario y los primeros exponentes ideológico-políticos en torno al hecho nacional.
Sobre la figura de Secundino Delgado se han expresado las más diversas consideraciones. Para unos, era -y es- la representación de un independentista y revolucionario profesional que genera la subversión en las Islas. Para otros representaba a un hombre rebelde, intuitivo, romántico y radicalizado a raíz de su arbitraria detención y prisión, fuertemente influido por los ideales anarquistas. Para la gran mayoría, Secundino Delgado es un desconocido en torno al cual se tejen y destejen múltiples consideraciones y confusiones.


de superar las limitaciones que a todos nos imponen los componentes más centrífugos y cerrados de la dimensión ideológica. Cuando nos aporta un significativo texto de Secundino, lo hace sin rubor y sin manipulación: "...Habrá quien me calumnie llamándome anti-español, y mentiría. Yo tengo a orgullo mis dos apellidos y mi pura sangre española...". Pero aclarando después: "... Sí, soy un independiente. En mi temperamento no cabe la lógica de la dominación. Que un hombre imponga su voluntad a otro hombre; que un pueblo más o menos grande obligue y someta a otro que reside a larga distancia, a acatar leyes y costumbres que le son extrañas; que se impongan jefes desconocidos, como si los seres que aquí o acullá radican fuesen imbéciles, incapaces de entenderse, o un simple rebaño que necesita de pastores...".
Por ello, sorprende la considerable ignorancia y sectarismo de aquellos que pretenden negar y manipular la historia de un pueblo. De los que defienden posiciones en función de burdos intereses personales o de grupo. De ello hay bastante en nuestra tierra. En ocasiones, se trata hasta de ocultar lo indiscutible. Negar hasta las evidencias menos sospechosas de populismo o desviaciones. Para los "prohombres" que tanto niegan y desconocen, unas significativas frases de la Real Sociedad Económica de Amigos del País en súplica al Rey español en 1824:
"... La Real Sociedad Económica de Amigos de la Isla de Tenerife una de las Canarias, puesta a V.R.P. con el más profundo respeto suplica a V.M. se digne reintegrar a estas islas en el goze de las gracias y esenciones de que estuvieron en posesión desde los tiempos inmediatos a su conquista hasta que el genio desorganizador de las llamadas Cortes extraordinarias las despojó sin oirías y sin consideración a los motivos poderosos que en diversas épocas habian inclinado a la Real Piedad a conceder alivios a esta colonia desamparada y dispersa..."
Abundan los textos en igual sentido, pero no queremos extender, innecesariamente este Prólogo. Sí reseñar a los "nuevos e ilustrados" forjadores de curiosas ubicaciones geográficas y geopolíticas que será el propio exponente de la burguesía liberal canaria, Murphy en 1823, quien en sus argumentaciones sobre la necesidad de las libertades y franquicias comerciales para Canarias precisase que las Islas formaban parte del continente africano.
Tendremos en esta dirección ocasión de profundizar en un trabajo en avanzado estado de realización.
Es, pues, el trabajo de Suárez Rosales una aportación decisiva al conocimiento de una figura clave en el nacimiento y desarrollo del nacionalismo canario. Trabajo que, como toda obra humana, requerirá de mayor profundización y encuadre histórico en ediciones posteriores. Pero, sin duda alguna, representa una brillante aportación al conocimien­to del hecho nacional canario. Confiamos que sirva de reflexión a nuestro pueblo, de estímulo a los nacionalistas y de reflexión ejemplificadora a todos los que sentimos en "canario" y en nacionalista, aunque lo sea desde posiciones ideológicas, estratégicas y tácticas diferentes. Que el "sectaris­mo" y la pequenez de miras no nos impidan avanzar en la construcción nacional canaria en el contexto de la lucha emancipadora de todos los pueblos y nacionalidades. Sin exclusiones de nada y de nadie que sea auténticamente nacionalista. Sin confundir lo espontáneo con lo profun­do, lo superficialmente emocional con la dura lucha y trabajo contidiano. En Secundino Delgado tenemos un ejemplo. No lo desaprovechemos.
Oswaldo Brito,
Profesor de Historia de Canarias.
Canarias, 27 de marzo de 1980.

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