PRÓLOGO
Con el presente trabajo, hemos intentado reflejar el
comportamiento, tantas veces
comentado, del agricultor tradicional de las zonas de medianías. Nos referimos, naturalmente, remontándonos medio siglo hacia atrás, a aquellos agricultores de
secano, cuyos éxitos o fracasos de su
actividad, durante siglos, ha estado siempre en función de la titubeante y
caprichosa climatología. O, lo que es lo mismo, una especie de lotería permanente. Con bastante frecuencia se iba al traste sus modestos planes, su crudo
trabajo, la delicada selección de la
semilla, el abono adecuado y todos los cuidados, porque la lluvia, en el
momento que se necesitaba, brillaba por su ausencia. O, al revés, se perdía la
cosecha por llover demasiado.
Se nos ocurre pensar que ese carácter innato de
hombre resignado, amable y honesto, pero con
evidentes reservas de sutil desconfianza con
el forastero, ha sido, precisamente, como consecuencia de la sensibilidad obligada que fue adquiriendo del
entorno inseguro en que se desenvolvía. Y
creemos que es justo reconocer el balance favorable de sus virtudes a notable distancia de sus posibles defectos.
Esa sabiduría natural podríamos calificarla, algo
así, como "filosofía
empírica". Ha sido producto evidente de su permanente contacto con la naturaleza. Constantemente, forzado por las
circunstancias de su "modus vivendi", iba "anotando" en el
h.iDer de sus conocimientos aquellas
conclusiones que consideraban interesantes. La observación directa acerca de los fenómenos que iba analizando en sus
cosechas y con sus animales; los valiosos intercambios recíprocos entre
convecinos, las consecuencias, indiscutiblemente siempre complicadas de los meteoros atmosféricos, iban
enriqueciendo, paulatinamente, esa "enciclopedia" práctica y
espontánea que se convertiría en eficaz
instrumento de aplicación permanente en la vida diaria.
Somos conscientes que estamos planteando, en
pretérito, la figura de este sufrido
agricultor de montaña, como si ya no existiera; no obstante, es bien sabido que desde la década de los cincuenta y los sesenta en adelante, las circunstancias han dado
un giro de ciento ochenta grados,
afortunadamente. No podemos negar el avance en las técnicas mecánicas de labranza; la red de pistas para la locomoción; No obstante, se sigue notando ese
vacío crónico de la falta de estímulos por parte
de los organismos competentes, cuya circunstancia
ha dado lugar a una lamentable inhibición, por parte de las nuevas generaciones de agricultores, que se han venido inclinando por la emigración o simples
desplazamientos para probar con otras
profesiones que ofrecen, sin duda alguna, mayor rentabilidad.
Como consecuencia de todo lo anterior, nos hemos
propuesto relatar algunos acontecimientos acaecidos con anterioridad al año 1950. O sea, circunstancias que tuvieron lugar en la
primera mitad de este siglo, con cuyas
anécdotas -de algunas hemos sido testigos-tratamos de hacer hincapié en ese fino ingenio e indiscutible sabiduría popular de nuestro "mago"
entrañable, basándonos en hechos rigurosamente
ciertos; sin embargo, no hemos querido identificar lugares precisos ni nombres auténticos de sus protagonistas -algunos
de los cuales aún viven- en evitación de herir posibles susceptibilidades.
El contacto directo con la idiosincrasia inherente
al hombre del campo, me afecta
sustancialmente, dada mi vinculación a estas zonas rurales en la primera etapa de nuestra existencia, circunstancias que nos ha permitido constatar y vivir algunos
de estos episodios, varios de los cuales encierran esa filosofía e ingenio
característicos de esta noble gente.
Por tanto, hemos considerado oportuno recalcar o subrayar el consabido tópico de que cualquier aparente
identificación con la realidad circundante es mera coincidencia.
El tratamiento de "Don" asignado a los
personajes, obedece a ese respeto mutuo que
desde niño se trataba de inculcar como ejemplo
más aceptable en el
trato social de aquel ambiente. Es de advertir, igualmente, que ese respeto empezaba por situarse con el tratamiento de "usted" que todo hijo debía
emplear para con sus padres. Se entendía que el
"papá" o "mamá" carecían del nivel respetuoso y de obediencia que era preciso mantener a toda
costa.
Hemos intentado ilustrar cada anécdota con una fotografía que tiene alguna vinculación al tema expuesto.
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