Prólogo
La historia de la comarca de Abona en el Sur de
Tenerife está enmarcada en la lucha por unos recursos tan escasos como
esenciales: el agua y la tierra fértil, que, si bien son vitales
en todo el conjunto del archipiélago en esta región sedienta adquieren una importancia mayor si cabe. Carmen Rosa Pérez
Barrios analiza en esta obra que desde estas páginas prologamos uno de los
pleitos más contumaces y controvertidos de su historia, tejido entre una
familia nobiliaria hegemónica, cuyo poder socio-económico y político es bien
notorio desde la conquista, los Soler y el conjunto de la población sureña que
entabla una casi permanente y persistente lucha por la propiedad y el
uso de las aguas del Heredamiento y por tierras comunales que cree usurpadas por ese linaje amparado por su prepotencia y
ejercicio omnímodo del poder.
Desciende
a pormenorizar con exhaustividad la compleja telaraña jurídica del Antiguo Régimen para desentrañar la dinámica
evolutiva del conflicto que tiene su mayor
aspaviento y agresividad en el asesinato del marqués de La Fuente de Las Palmas Alonso Chirino. El pleito contra los Soler
es un certero termómetro de la expansión económica de Tenerife desde mediados
del siglo XVI, cuando
la especiali-zación vinicola de la vertiente norte de la isla, convierte a las
producciones cerealísti-cas sureñas en un recurso esencial para la
supervivencia de la población que aumenta de
forma espectacular en siglo y medio de constante crecimiento. El agua y la
tierra en ese momento de expansión,
que seguirá persistiendo a lo largo del siglo XVIII a pesar de la grave
crisis que sufren las exportaciones vinícolas a lo largo del siglo XVIII, se convertirán en recursos en una revalorización
permanente.
Carmen Rosa
Pérez Barrios nos introduce en un minucioso retrato de la expansiva élite local de medianos y pequeños
propietarios que, dependientes en un principio de los grandes
hacendados foráneos, a los que servían como mayordomos y administradores, plasman en sus luchas y
reivindicaciones el incipiente protagonismo de estos sectores sociales
intermedios. La batalla entablada no es sólo la pugna entre los oligarcas y el
pueblo, es también la marcada expresión de ese grupo social expansivo que aspira a hacerse con el poder socio-político,
o la menos con agrietar si se quiere levemente la hegemonía del grupo
oligárquico haciéndose con cada vez mayores parcelas de poder. Las reformas
Carolinas de 1766 con el establecimiento en las parroquias de los diputados del común, la creciente aspiración de creación
de nuevas parroquias que
cristalizará en la creación de los curatos de Arona, Fasnia y San Miguel, y con
ello el punto de partida de la inmediata constitución de sus municipios serán
jalones indiscutibles en ese proceso.
En
el pleito entre los Soler y el vecindario de Chasna se dibuja, pues, la
historia de una comunidad local durante el Antiguo Régimen. La emigración
americana abrió en el siglo XVIII las puertas a la remisión de capitales indianos que
conformaron unas clases locales con
mayores recursos disponibles, unos recursos que supieron emplear en
su provecho cuando se abrieron al mercado y a la venta en el siglo XIX los bienes
vinculados de esos linajes absentistas que, como los Soler, controlaban el
grueso de la propiedad de la tierra en la
comarca de Abona, en el trasunto de este largo conflicto social y
judicial y en la culminación de este proceso residen aspectos bien significativos de la historia de la sociedad sureña que el
estudio que nos ofrece Carmen Rosa Pérez Barrios nos descubre y aproxima para
conocer algunas de las claves trascendentales de su trayectoria.
Manuel Hernández González
Profesor
Titular de Historia de América
de la Universidad de La Laguna.
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