PRESENTACIÓN
SIEMPRE
constituye un hecho trascendente la aparición de un libro en lo que significa
de aportación bagaje cultural de una comunidad, y por
tanto no poca satisfacción representa encabezar a modo de
presentación sus primeras páginas, acrecentada, como en el presente caso, por
el hecho de que su contenido esta íntimamente relacionado con una de las áreas de
responsabilidad que como Consejero dre presidencia óstento en el
Gobierno de Canarias y porque en buena medida constituye el balance de
In gesiión de quienes desde el inicio de la constitución de la Comunidad
Autónoma hemos osten-Indo la compelciicia del otorgamiento de
blasones a nuestras Corporaciones Locales.
(ion csie motivo me permito hacer una reflexión sobre
la trascendencia de que nuestro Gobierno Aulóiiomo óslenle1, esta competencia. En no pocas ocasiones
valoramos la importancia del proceso desceñí nili/ador del poder político que
representó la constitucionalización del Estado Autonómico en l'iiMrinn de los recursos económicos y de medios
materiales y personales inherentes al proceso de la Ininsícrcncia de cualquier materia, sin reparar en
la importancia de aquellas competencias económicamente ¡i-relevantes, como es el caso, pero que adquieren importancia
histórica. Y no exagero al hncer lal afirmación. Piénsese que la potestad de
otorgar blasones desde el siglo XUI hasta el cercano ano de ll>}$2,
fue ostentada directamente por los Reyes de España y por los Jefes de Estado,
fueren Presidentes de la República o
Dictadores, previo acuerdo adoptado en Consejo de Ministros. Por consiguiente el valorar adecuadamente el que esta
competencia esté residenciada en el Gobierno de la (inmunidad Autónoma es reconocer el alto honor y
la alta responsabilidad que su ejercicio comporta.
De
otra parte, esta publicación nos pone en presencia de un hecho que
personalmente me parece I Discerniente desde la
perspectiva sociopolítica: el que durante los diez años de vida de nuestra Comunidad
Autónoma se hayan otorgado más de la mitad de los blasones Municipales, lo que
pone de manifiesto el interés de nuestros pueblos en
simbolizar sus singularidades, en un ejercicio loable de auloafirmación
como comunidad.
Sólo
me resta felicitar al autor de este laborioso trabajo de catalogación de
nuestro patrimonio heráldico institucional de Canarias y dejar
expresa mi satisfacción por poder aportar al bagaje bibliográfico de nuestra
región una publicación que de seguro captará el interés de nuestros
conciudadanos.
Canarias,
marzo de 1994
Miguel
Zerolo Aguilar
CONSEJERO
DE PRESIDENCIA Y TURISMO DEL GOBIERNO DE CANARIAS
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