domingo, 19 de mayo de 2013

CRÓNICAS SAHARAUIS





PROLOGO

TAN CERCA Y, SIN EMBARGO, TAN LEJOS
L
is relaciones, estrechas a lo largo del iempo, que han unido los destinos de Canarias y el Sahara son uno de los temas centrales de los que se ocupa este libro, Crónicas saharauis, extenso reportaje periodístico en el que Javier Ruiz (Zaragoza, 1966) revela algunas de las las claves que han marcado el devenir de ambos pue­blos.
El presente volumen nace, fundamental­mente, como resultado de dos viajes que realizó el autor a los campos de refugia­dos de Tinduf, al sur de Argelia, experiencia «¡ciática en la que se topó con una reali­dad que no aparece en los medios de comu­nicación, y que dejó una huella bastante pro­funda en el horizonte de sus ideas. El texto que tiene en sus manos, afortu­nadamente, está escrito con la agilidad que se le supone a un periodista, palabras en las que se retrata, a través del espejo de numerosas fuentes, algunas de ellas ora­les, las circunstancias que han definido el carácter de una nación sin patria. Ruiz ha apostado, en este sentido, por construir un rompecabezas en el que expone los diversos frentes que han tejido una rea­lidad a la que todavía le quedan piezas... repasando su historia, cómo era su situa­ción cuando fue colonia de España, así como los diversos conflictos que han sal­picado el devenir de un pueblo que hoy se organiza en aldeas diseminadas por el desierto.
Crónicas saharauis es un interesante tra­bajo de investigación en el que se analiza una geografía demasiado cercana a las Islas,

tierra con la que mantiene una serie de lazos que, parece sugerir el escritor, han sido olvi­dados, o dejados de lado por cuantos habi­tamos en el Archipiélago. Sometidos a los intereses de España y Marruecos, los "hombres azules" han sabido, sin embargo, aprender a ser una nación. Ésta al menos es una de las con­clusiones que arroja este trabajo, que repasa sus orígenes como pueblo y profundiza en su presente. En especial, en torno a los acon­tecimientos que, en su trágico periplo, han imposibilitado que los saharahuis hayan podido constituirse en un país libre y sobe­rano.
"En realidad, todo viene de varias fuentes. La primera, la identidad. Se diga lo que se diga, esa identidad es inherente al pueblo saharaui, es indestructible y está ahí. Que lo llamen tribu o de otra manera, da igual. La identidad es la del pueblo saharaui, una población muy compacta y cohesionada, que habla el mismo idioma y es de religión sunita", dice Bachir Mustafá Sayed, hermano del már­tir y fundador del Frente Polisario, El Uali Mustafá Sayed, en uno de los capítulos de esta crónica.
Javier Rupérez, Fernando Moran, Mohamed Abdelaziz, militares españoles destinados en el territorio durante la colonia y James Baker son otros de los personajes que Javier Ruiz ha interrogado -o recabado sus opi­niones personalmente- para conocer los por­menores de un conflicto que, quizá por no ocupar las primeras páginas de los perió­dicos, se antoja más apasionado. Es difícil, por ello, no sentirse tentado a caer en la


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