Mientras nuestros niños y niñas llegan y
salen hambrientos de los colegios, afectados por deficiencias de todo tipo,
cuyas secuelas arrastrarán de por vida comprobamos la burla grotesca de los
políticos de las distintas administraciones canarias, impertérritos en sus
poltronas, cobrando obscenos sueldos que sobrepasan los sesenta mil euros
anuales, complementados con suculentas dietas por valor de otros veinte mil
euros y más, que no declaran a hacienda, con viajes gratis a costa de nuestro
trabajo, en primera clase si la correspondiente aeronave dispone de la misma,
da igual que sea a Madrid o a Bruselas, con sus
impecables trajes de señoría, señorío o señorito, irrumpiendo en
nuestros hogares a través de la televisión, la radio, la prensa e internet y,
sin ponerse colorados e impávidos, defendiendo su intachable conducta y gestión
o, en el peor de los casos, echándole la culpa al de la poltrona de al lado.
Sostienen sus señorías, etc., que esto es
una democracia, pese a la incompatibilidad entre una democracia y un régimen
colonial, pues hasta donde llegan nuestros conocimientos Canarias no ha sido
descolonizada por lo que sigue siendo una ignominiosa colonia de España. A
cambio de sus espúrias prebendas tienen que sostener la barbarie colonial, para
lo que se han dotado de una antidemocrática ley electoral, en la que mediante
lo que supone un insulto a la dignidad y la inteligencia de los canarios y
canarias se incluye literalmente la palabra “barreras electorales” a la
participación de los electores, entre otras la obtención de un treinta por
ciento de los sufragios en cada isla o un seis por ciento en toda Canarias para
obtener representación parlamentaria.
Cuando estaban en la oposición eran los
miembros del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y nada de Canarias los
mayores detractores desde la institución parlamentaria, que no desde la
sociedad, de las antidemocráticas barreras, siendo suplantados actualmente por
el denominado Román Rodríguez, en una loable defensa de los principios
democráticos si no fuera por el hecho de que durante su larga y tediosa
presidencia del gobierno pseudoautónomo al aldeano presidente ni una sola vez le
pareció inconveniente el asunto de los topes electorales, el mismo que era
vicepresidente de la Caja
Insular cuando entregaron la señera institución de ahorro de
muchos canarios al peor postor, Bankia, que acabó en saqueo del sacrificado
ahorro de nuestros pensionistas embaucados en el feo asunto de las preferentes.
Cuando a raíz de las elecciones del año
2011 el PSOE pactó con “Colisión” Canaria el mantenimiento del régimen colonial
el mismo incluía la modificación de los topes electorales en el primer año de
vigencia del mismo. Ya avanzado el 2013 no sólo no quieren ni oír hablar del
asunto sino que sostienen que no es la preocupación del pueblo canario, que
todo está atado y bien atado, que dijo un generalísimo de triste recuerdo, pues
mientras sigan recibiendo los suculentos emolumentos no hay problema alguno.
Ese es el motivo por el cual el pueblo
canario no quiere ni oír hablar de sus señorías, a los que sistemáticamente les
da la espalda, baste recordar que en las citadas últimas elecciones de un total
de 1.580.359 electores el partido imPopular sacó 289.381 votos (18.3% del
censo), “Colisión” Canaria 223.785 (14.1% del censo) y el Partido Socialista
etc., 190.028 (12.0% del censo), o lo que es lo mismo el total de los sufragios
obtenidos por el régimen supone el 44.4% del censo electoral, muy lejos de la
mitad del censo y un irrisorio 33.7% con respecto a la población total
residente en Canarias, que según el Instituto Nacional de Estadística (INE)
ascendía a 2.085.928 el 1 de Enero de 2012, muy próxima a la fecha de
celebración de las elecciones del año 2011. En esos momentos sus señorías se
limitan a cumplir el correspondiente trámite protocolario mediante
declaraciones solemnes en el sentido de que hay que cambiar lo que denominan
“las condiciones del juego”, que por lo visto es como se lo toman, para
“acercar a los ciudadanos”. Esos son los apoyos del régimen, beneficiándose de
la abstención y por eso la promociona ¡Una casta política envilecida!
Ante esta situación hay dos posibles
alternativas, la que sostenían los hermanos Marx mediante la famosa frase
“hemos tocado fondo, ahora a escarbar” o con coraje afearles la conducta a
concejales, consejeros y parlamentarios, en todos y cada uno de los rincones de
nuestra patria, exigiendo respeto para nuestros niños y jóvenes, para nuestros
dependientes y pensionistas, para todos nosotros, para los derechos humanos.
Movimiento
por la Unidad
del Pueblo Canario
Movimiento UPC
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