De la presente edición
Sobre los últimos cinco siglos de nuestra historia
se han dicho y escrito muchas
inexactitudes, y supongo que la mayor parte han sido con más voluntad que conocimiento.
Una de ellas (y quizás la más perenne queja del
público interesado), se resume en una
frase tópica ya de tanto oírse: "Se ha escrito poco sobre Historia de
Canarias", que, afortunadamente, es
incierta hasta en su propia indefinición.
En Canarias han sido escritos muchísimos trabajos
(literarios, de investigación, históricos, incluso
las tres cosas a la vez), y además, muchas de estas obras (que no todas), se
han publicado al menos una vez.
¿Qué es lo que
pasa, entonces? ¿No es cierto que cuando uno llega a una librería preguntando por "Libros Canarios"
se encuentra con apenas un puñado de ellos? Efectivamente, porque quizás ese sea el problema real de nuestra
cultura escrita, y es la excesiva
caducidad de las ediciones. Una vez publicadas, los ejemplares impresos se
diluyen en apenas un par de años, y luego, por mucho que la obra interese, no
suelen reeditarse. Se publica mucho, se reedita casi nada: como una playa que
renovara continuamente su arena y sus piedras, y las dispusiera de distinta
forma todos los días: difícilmente alguien la podría reconocer apenas una
semana después de haberla visto.
¿Y es que las obras canarias son tan poco
importantes que no vale la pena reeditarlas, y
que, apenas pasados dos o tres años de su primera
edición, pierden totalmente su interés? En absoluto. Si acaso, y curiosamente, ocurre todo lo contrario.
Así las cosas, ya era hora de que un editor abriera
una línea editorial dedicada a recuperar textos canarios
importantes (unos solamente de
investigación, otros exclusivamente históricos,
otros íntimamente literarios, algunos incluso las tres cosas al mismo tiempo), y reeditar dichos textos
con el compromiso por su parte de seguirlos manteniendo en librerías no ya como novedades, sino como simples puntos
referenciales de nuestra cultura,
viejos norays en el muelle donde amarramos los barcos de nuestra memoria...
Este libro, LOS GUANCHES O LA DESTRUCCIÓN DE LAS MONARQUÍAS DE TENERIFE, originalmente escrito en
1837 por don Manuel de Ossuna y Saviñón, vio la luz pública por primera vez Madrid, en 1978, en la
colección "textos de rescate" del Taller de Ediciones JB, y luego,
agotada la edición, fue reeditado en Santa Cruz de Tenerife en 1984, por Tagala Ediciones.
Tanto su autor (se incluye una breve biografía del mismo)
como la génesis de la obra (se explica también someramente) ofrecen bastante interés para el lector avisado,
aunque no tanto como la propia obra en sí
misma, sin duda una de las mejores novelas
históricas que se han escrito sobre nuestro drama secular, la colonización, y ese viejo enigma sin
solución aparente que consiste en discutir si lo
mejor es seguir arriscados en nuestra cultura más
aislada o someternos por completo al imperialismo cultural, en otros tiempos hispánico, ayer mismo americano, y hoy día tremendamente electrónico.
¡Como si no hubiera puntos de flexión entre ambas intransigentes posturas! ¡Como si ninguna cultura hubiera sido capaz de dar
el gran salto adelante de la electrónica
sin perderse a sí misma en el vacío! Japón,
una vez más, se constituye en todo un ejemplo a seguir: el país más cerca del futuro y que al mismo tiempo ha sabido mantener intactas y bien protegidas sus
tradiciones más ancestrales...
Por último, una reflexión que me preocupa. Se pierde
mucho tiempo discutiendo cuánto de nuestra
cultura actual pertenece a los
primitivos guanches. ¿No será ya hora de empezar a preocuparse por cuánto de lo que aún se conserva va a soportar el paso y el peso del inexorable tiempo? ¿No será
mejor dejarse de llantos y lamentos por lo
que (en el fondo) no hemos sabido conservar, y
comenzar, pues, a preocuparse, por seguir siendo nosotros mismos así que pasen, apenas, otros cinco siglos más?
Esta iniciativa
editorial contribuye noblemente a ello. Francisco Ossorio Acevedo, Agache, 1994
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