viernes, 10 de mayo de 2013

LA LAGUNA VISTA POR OTROS




INTRODUCCION
LA NARRACIÓN


La narración es un tipo de escrito caracterizado por la pre­sencia de unos elementos fundamentales, cuya aparición resulta indispensable para clasificar un texto como narrativo. Estos ele­mentos son:
1.  Personajes, que pueden adoptar las más variadas formas,
desde personas históricas (Napoleón, Julio César, Kennedy) hasta     
animales o, incluso, árboles.                                                                                  

2.  Tiempo, transcurso temporal en que se mueven los perso- 
najes y que se manifiesta por el uso de verbos y adverbios, princi-      pálmente de tiempo ("después", "entonces", "más tarde"...), y que no debe confundirse con la época o momento histórico en que se sitúa la narración.
3.       Acción, lo que hacen o piensan los personajes durante el
transcurso temporal.
4.       Modo de narrar, que consiste en la manera en que la narra­
ción llega hasta los lectores, y suele identificarse con una persona   
gramatical: primera, segunda o tercera, de las cuales la segunda es
la menos utilizada, y las otras dos presentan variedades diversas: primera persona narrador protagonista (El Lazarillo de Tormes), primera persona testigo de la acción, tercera persona narrador omnisciente (=que lo sabe todo), tercera persona objetiva (=que narra lo que, lógicamente, ha podido observar o deducir), etc.
Los tiempos verbales predominantes en la narración son el Pretérito Indefinido o Pretérito Perfecto Simple del Indicativo ("vine", "salió", "llegaron"...) y el Pretérito Perfecto del Indicativo ("hemos venido", "han salido", "he llegado"...); también puede aparecer el Presente de Indicativo, pero los tiempos narrativos característicos son los dos citados antes.
1a) Señalar las características narrativas que presenta el siguiente texto:
2a) Volver a escribir el texto en primera persona.
"—Sí; verás.
Y, diciendo verás, hizo con el brazo derecho un raudo y enérgi­co movimiento y le descargó tan de lleno la mano sobre la cara, que la otra no pudo resistir el impulso y, dando un grito, se cayó al suelo. Fortunata dijo:
—¡Toma, indecente, púa, ladrona!
Bofetada más sonora y tremenda no se ha dado nunca. Todas las oficialas corrieron espantadas al auxilio de su jefa, pero, por pronto que acudieron, no fue posible impedir que Fortunata, empu­ñando su llave con la mano derecha, le descargase a la otra un martillazo en la frente, y después, con indecible rapidez y coraje, le echó ambas manos al moño y tiró con toda su fuerza. Los chilli­dos de Aurora se oían desde la calle. Las dos señoras aquellas salie­ron a la escalera pidiendo socorro. Gracias que las oficialas suje­taron a la fiera en el momento en que clavaba sus garras en el pelo de la víctima, que, si no, allí da cuenta de ella. Sujetada por tantas manos, Fortunata hizo esfuerzos por desasirse y seguir la gresca; pero, al fin, el número, que no el valor, venció su increíble pujanza. A una de las modistillas la tiró patas arriba de una manotada; a otra le puso un ojo como un tomate."
benito pérez galdós

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