INTRODUCCION
LA NARRACIÓN
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La narración es un tipo de
escrito caracterizado por la presencia de unos elementos fundamentales, cuya
aparición resulta indispensable
para clasificar un texto como narrativo. Estos elementos son:
1. Personajes,
que pueden adoptar las más variadas formas,
desde personas históricas (Napoleón, Julio César, Kennedy) hasta
animales o, incluso, árboles.
2. Tiempo, transcurso temporal en
que se mueven los perso-
najes y que se manifiesta por el uso de verbos y adverbios,
princi- pálmente de tiempo ("después",
"entonces", "más tarde"...), y que no debe confundirse con la época o momento
histórico en que se sitúa la narración.
3. Acción, lo que hacen o piensan
los personajes durante el
transcurso temporal.
transcurso temporal.
4. Modo de narrar, que consiste
en la manera en que la narra
ción llega hasta los lectores, y suele identificarse con una persona
gramatical: primera, segunda o tercera, de las cuales la segunda es
ción llega hasta los lectores, y suele identificarse con una persona
gramatical: primera, segunda o tercera, de las cuales la segunda es
la menos utilizada, y las otras dos presentan
variedades diversas: primera persona narrador protagonista (El Lazarillo de Tormes), primera
persona testigo de la acción, tercera persona narrador omnisciente (=que lo sabe
todo), tercera persona objetiva (=que narra lo que, lógicamente, ha podido observar
o deducir), etc.
Los tiempos verbales
predominantes en la narración son el Pretérito Indefinido o Pretérito Perfecto Simple
del Indicativo ("vine",
"salió", "llegaron"...) y el Pretérito Perfecto del
Indicativo ("hemos venido", "han salido", "he
llegado"...); también puede aparecer el Presente de Indicativo, pero los tiempos
narrativos característicos
son los dos citados antes.
1a) Señalar las
características narrativas que presenta el siguiente texto:
2a) Volver a escribir el texto en primera persona.
"—Sí; verás.
Y, diciendo verás, hizo
con el brazo derecho un raudo y enérgico movimiento y le descargó tan de lleno la
mano sobre la cara, que la otra no pudo resistir el impulso y, dando un grito, se cayó al
suelo. Fortunata dijo:
—¡Toma, indecente, púa, ladrona!
Bofetada más sonora y tremenda
no se ha dado nunca. Todas las oficialas corrieron espantadas al auxilio de su
jefa, pero, por pronto
que acudieron, no fue posible impedir que Fortunata, empuñando su llave con la mano
derecha, le descargase a la otra un martillazo en la frente, y después, con indecible
rapidez y coraje, le
echó ambas manos al moño y tiró con toda su fuerza. Los chillidos de Aurora se oían desde la
calle. Las dos señoras aquellas salieron a la escalera pidiendo socorro. Gracias
que las oficialas sujetaron a la fiera en el momento en que clavaba sus garras en el pelo de la víctima, que, si no, allí
da cuenta de ella. Sujetada por tantas manos, Fortunata hizo esfuerzos por desasirse
y seguir la gresca; pero, al fin, el número, que no el valor, venció su increíble pujanza.
A una de las
modistillas la tiró patas arriba de una manotada; a otra le puso un ojo como un tomate."
benito pérez galdós
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