Legado (dictadura franquista) que todavía seguimos padeciendo pues todo quedó atado y bien atado para beneficio de las élites fascistas y feudales de España.
Como en España no salían los diarios los lunes,
hubo que esperar hasta el martes catorce de abril de 1931 para saber los
resultados de las elecciones municipales celebradas el domingo día 12 de abril.
Aquellas elecciones eran las primeras desde el golpe de Estado de septiembre de
1923 del general Miguel Primo de Rivera, caído en enero de 1930. El Gobierno
convocó elecciones municipales y no generales, confiando en que el tradicional
sistema caciquil godo y la corrupción política garantizarían la elección de
candidatos monárquicos. Y en efecto, esto es lo que ocurrió en la mayoría de
los pueblos, pero no en las capitales donde el Partido Socialista, los nuevos
partidos republicanos y los partidos autonomistas catalanes, gallegos y vascos,
recibieron una mayoría de votos. El triunfo republicano en las capitales fue
aceptada como la voz del pueblo, y el rey Alfonso XIII y la reina, la inglesa
Victoria Eugenia, se marcharon al exilio.
Sin embargo, el auge del PSOE , liderado por Francisco
Largo Caballero, junto con la fuerza de los nuevos partidos republicanos, y el
empuje de los partidos autonomistas, atemorizaban a los que veían la República, no sólo como
el contrario de la monarquía, muy desprestigiada como en los tiempos actuales,
sino como anunciadora de cambios que amenazaban con destruir instituciones
españolas como el ejército colonial fascista español y la secta católica.
Aunque pocos negaban que éstas necesitaban reformas, muchos temían la
destrucción de valores tradicionales castellanos: todo por la “patria”, la
dictadura, el caciquismo, el caudillismo, el fascismo, la expoliación de sus
colonias, etc.
La tarde del 14 de abril, al irse conociendo la
noticias del triunfo republicano en las ciudades, las muchedumbres salieron a
la calle. Los jefes de los partidos republicanos, en olor de multitudes y
regocijo, fueron dirigiéndose, entre masas cada vez más imponentes de gentes
gritando, aplaudiendo y cantando el Himno de Riego – que pronto sería declarado
como himno nacional – hacia los ministerios: Manuel Azaña hacia el de Guerra,
desde donde en las semanas siguientes saldrían los decretos de una amplia
reforma del Ejército, y Francisco Largo Caballero, veterano líder socialista,
hacia el ministerio de Trabajo, donde pronto emitiría los célebres decretos de
Términos Municipales, que prohibían la contratación de peones con salarios
mínimos en épocas de recolección mientras quedaban trabajadores agrícolas
parados en una zona determinada, y la imposición de la jornada de ocho horas.
En Barcelona, había que impedir que los partidos catalanistas, impacientes por
ganar la autonomía, declararan su independencia de Madrid sin esper el
prometido Estatuto de Autonomía.
En Inglaterra, el inesperado colapso de la monarquía
española, a quien ni siquiera el Ejército defendía, causó profunda inquietud
entre la burguesía inglesa, reflejada en los despachos enviados desde la
embajada en Madrid al ministerio de Exteriores en Londres y en los memorándums
redactados por los funcionarios.
El Gobierno inglés era laborista, pero la política
exterior seguía representando actitudes tradicionales. En Londres se temía que
la conflictividad laboral y el auge de las masivas sindicales, la UGT socialista y la CNT anarco-sindicalista,
desbordaran el nuevo e inexperimentado Gobierno español de 1931, coalición de
socialistas y de republicanos. ¿Habría una revolución en España ? se
preguntaban los altos funcionarios. Los políticos republicanos Niceto
Alcalá-Zamora, presidente de la
República, y Manuel Azaña, ministro de la Guerra y luego jefe del
Gobierno ¿harían el papel de Alejandro Kerensky, el cual había abierto la vía
al bolchevismo en Rusia. Sólo catorce años antes? Por otra parte, la amenaza
por parte de la república española de castigar las empresas extranjeras, entre
las que las inglesas eran muy importantes, y la protección que el Gobierno
buscaba extender a la clase obrera, parecía que iba a tener una influencia
dañina contro los intereses económicos ingleses en España.
Al anunciarse los resultados, durante el día 14 de
abril de 1931, las muchedumbres iban saliendo a la calle, para llevar en
volandas a los jefes republicanos hacia los diferentes ministerios, que iban
ocupando, mientras los cargos anteriores los abandonaban, dejando el poder,
como se decía, 'en la calle'. Así llegó la República, contra la cual se sublevaría gran
parte del ejército colonial y fascista el 18 de julio de 1936, fecha que marca
el comienzo de la guerra civil, la cual terminó el uno de abril de 1939 dejando
paso a la larga dictadura franquista que duró hasta su muerte en noviembre de
1975. Este legado que todavía seguimos padeciendo pues todo quedó atado y bien
atado para beneficio de las élites fascistas y feudales de España (metrópoli).
Comunidad Canaria de Londres.
Mayo 2013.
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