lunes, 20 de mayo de 2013

DICCIONARIO DE LAS COINCIDECIAS LEXICA ENTRE EL ESPAÑOL DE CANARIAS Y EL ESPAÑOL DE AMERICA




INTRODUCCIÓN
Desde que Cristóbal Colón partió de nuestro Archipiélago hacia el nuevo continente que habría de descubrir, se iniciaron entre Canarias y América unas relaciones que, con altibajos, duran hasta hoy. Lo que históricamente han signifi­cado estas relaciones ha sido estudiado, por especialistas cualificados, desde muy diversos puntos de vista, de tal manera que contamos ya con un amplio re­pertorio bibliográfico. A él hay que remitirse para entender el papel exacto de­sempeñado por Canarias en el tránsito de los españoles hacia América y, sobre todo, para conocer el doloroso camino de la emigración, cíclicamente abierto, a veces como única posibilidad de supervivencia. Es por ello que a nosotros nos ha interesado investigar y sistematizar ahora algo que sólo se ha estudiado a grandes rasgos y parcialmente, y es el resultado de esas constantes y largas rela­ciones históricas en el plano de la lengua común, concretamente en el plano del léxico, puesto que es en él donde encontramos las pruebas más palpables de las variadas etapas de relación humana producidas en estos quinientos años.
Al comparar el léxico recogido en los diferentes diccionarios de americanis­mos con el que empleamos en las islas, se advierte un elevado número de coinci­dencias. Muchas palabras, nacidas o transformadas en Canarias pasarían a Amé­rica, otras vendrían hacia acá desde el continente con la vuelta eventual o definitiva de muchos emigrantes, y otras se emplearían en el archipiélago al tiempo que en América llevadas por el flujo emigratorio que desde la península pasaba obligatoriamente por las islas. Pero si es fácil hacer esta formulación de las tres posibilidades generales citadas, mucho más complicado suele ser dirimir, en cada caso concreto, si estamos, por ejemplo, ante un canarismo en América o un americanismo en Canarias, ya que nuestro conocimiento actual, al faltarnos los datos y las referencias de la época, es demasiado imperfecto e incluso inexis­tente en multitud de ocasiones, para saber, con total garantía, el punto de partida y el camino seguido por una palabra.
De ahí que nuestro trabajo se haya encaminado a encontrar, una por una, las voces que tienen un uso igual o similar a uno y otro lado del Atlántico, sin entrar en otras consideraciones meramente especulativas, y a facilitar, cuando conta­mos con esa documentación, el origen y también la etimología, puesto que es ese el dato que puede servirnos para aproximarnos mejor al recorrido efectuado por la palabra.
En esta comunidad léxica entre Canarias y América podemos distinguir dife­rentes agolpamientos. En primer lugar compartimos una serie de términos de origen marinero. Para Manuel Alvar, «El marinerismo de estas hablas —cana­rias, americanas— es fácil de explicar: las largas travesías hacían que los hom­bres de tierra adentro se familiarizaran con la lengua de los navegantes y, al de­sembarcar, su habla —por necesidad o por broma— iba salpicada con los términos de la chusma (empleo la voz chusma en el sentido etimológico, de 'do­tación de una nave') y ya la lengua de tierra quedaba contaminada para siempre de la jerga marineresca» '.
Tenemos después un número bastante numeroso de arcaísmos, llamados así tradicionalmente por tratarse de palabras desaparecidas en el castellano normati­vo culto, pero que han sobrevivido, en muchos casos con enorme intensidad de uso, en determinadas zonas del español, como pueden ser algunos países de América o las islas Canarias, o han pasado a engrosar las listas de vocablos vul­gares de todo el idioma. Es por eso que el ámbito de lo coincidente rebasa, en muchas ocasiones, los límites de lo que en este trabajo analizamos.
Los andalucismos forman un conjunto significativo en lo coincidente, pues­to que, como es sabido, en el poblamiento canario y americano tuvieron un pa­pel preponderante los andaluces. Sin embargo, como señalan Tomás Buesa y José Ma Enguita, «es preciso insistir en la cautela necesaria no sólo para aislar y reconocer posibles andalucismos léxicos, sino también para valorar adecuada­mente la información que, sobre este tema, ofrecen los diccionarios de america­nismos» 2. De ahí que hayamos preferido, en lo que atañe a este grupo, no con­siderar, en la información etimológica, la procedencia andaluza de las palabras, al no tener plena certeza de la veracidad del punto de partida.
Dialectalismos del occidente peninsular tienen también su representación concurrente en este léxico canario-americano. En este grupo consideramos aque­llos términos que no pueden ser clasificados sin más como portuguesismos pues­to que «también pertenecen al léxico de regiones peninsulares, como Extrema­dura, León o Andalucía Occidental, desde donde podrían haberse introducido en las Islas. Una cosa, al menos, podría pensarse a este respecto: que el empleo de estos elementos léxicos por los andaluces o leoneses que pasaron a Canarias contribuyó a la conservación de estos términos empleados también por la pobla­ción portuguesa y sus descendientes canarios»3. […]
1    «El español de las Islas Canarias» (1963), en Estudios Canarios I, Las Palmas de Gran Ca­
naria, 1968, pág. 19.
2   Léxico del español de América: su elemento patrimonial e indígena, Madrid, 1992, pág. 196.
3   Antonio Lorenzo Ramos, El habla de Los Silos, Santa Cruz de Tenerife, 1976, pág. 142.

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