La vida y obra de José de Betancourt y Castro
Molina, hombre de ciencia, inventor,
arquitecto, coronel de milicias, político, caballero de la orden de Calatrava,
miembro honorario de la Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando y de otras instituciones
científicas y uno de los canarios más instruidos de su tiempo, no han sido suficientemente estudiadas, aunque destacados
historiadores, al ocuparse de algunos de
sus trabajos y sobre todo de la brillantísima trayectoria de su célebre hermano
Agustín de Betancourt, han
reconocido su indiscutible valía. Sin embargo, la extraordinaria influencia
ejercida por la excepcional personalidad de éste, parece haber minimizado el
interés de los estudiosos por profundizar en el conocimiento de tan sobresaliente
isleño, cuyos méritos no dudó en resaltar André-Pierre Ledru a finales del siglo XVIII1.
Hace unos treinta años —en 1958— el admirado Rumeu
de Armas se pronunciaba, aproximadamente, en este mismo sentido,
manifestando que si a la palabra inventor se le añadía el apellido
Betancourt, era muy posible que inmediatamente se pensara en Agustín, cuyo genio portentoso le proclama
como figura impar de la ciencia y
1 En Voyage
aux iles de Tenerife, la Trinité, Saint-Thomas, Sainte-Croix et Porto-Ricco (París, 1810, t. I, ps. 92, 93) escribe:
"Este español, que dice pertenecer a la familia Bethencourt,
conquistador de Canarias, es uno de los hombres más instruidos y amables de la
isla. Amigo de las artes, y especialmente de
la arquitectura, ha viajado por Francia, Inglaterra y España; posee una buena biblioteca, habla nuestra lengua con bastante
corrección, y es miembro de varias sociedades literarias de Europa.
En su casa he visto una colección preciosa de cuadros de Rubens, Van Dyck, El Españólelo y Miranda".
Ledru, miembro de la Sociedad de Artes de Le Mans,
de la Academia Celta de París y del Museo de Tours, nació en
Chantenay el 22 de enero de 1761. Siguió la carrera eclesiástica y fue nombrado párroco de Pré-le-Mans. Al abolirse
el culto se reintegró a su casa paterna. El conflicto civil del Sarthe le
obligó a trasladarse a París, donde logró que el Directorio le agregara, como
botánico, a una expedición a las Antillas dirigida por el capitán Baudin. En 1796 arribó a Tenerife y, a propuesta del marqués
de Villanueva del Padro, redactó el catálago de las plantas existentes
en el Jardín Botánico, realizando otros trabajos, de acuerdo con Le Gros, relacionados con el sistema de Linneo. […]
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