sábado, 4 de mayo de 2013

500 AÑOS DE HISTORIA DEL PAGO DE LOS BATANES




La reconstrucción de la Historia completa de un lugar tan querido para los laguneros como Los Batanes tiene que cons­tituir, para quien asume el reto, una tarea ardua y llena de no pocas dificultades. Desde la época aborigen hasta la actualidad, más de cinco siglos de esfuerzo por construir una sociedad sólida avalan la merecida fama de laborioso de este pueblo, enclavado en el vertiginoso y bello Parque Rural de Anaga.
Ángel Ignacio Eff-Darwich Peña, afrontando directamen­te este objetivo, se ha empleado a conciencia para que ningún hilo quede suelto en esta recomposición histórico-sociológica que ha plasmado en el volumen 500 años de historia del pago de Los Batanes. Con paciencia de orfebre ha ido investigando cada recóndito vestigio de este lugar hasta completar los seis exten-sos capítulos de un singular e interesante rompecabezas.
Buceando en diferentes fuentes, entre ellas el Archivo Municipal y la Biblioteca de la Universidad de La Laguna, además de los impagables testimonios recopilados entre los vecinos de más edad, el autor ha conseguido, finalmente, ela­borar una obra digna y necesaria no sólo para los bataneros, verdaderos protagonistas del libro, sino también para el cono­cimiento de una zona, a veces, injustamente olvidada que, sin embargo, ha resurgido, a pesar de su escarpada orografía, en los últimos años.

Paralelamente a las tradiciones, que han pervivido hasta hoy en la zona, este pequeño enclave natural ha conseguido adaptarse a los nuevos tiempos y exigir de infraestructuras que, en el último lustro, han hecho que el lugar sea paradigma de avance y modernidad ba­sada en el respeto al Medio Ambiente, que siempre hemos tenido como un objetivo importante.
Era, pues, necesario, que alguien se erigiera en su cronista ofi­cial, para contar cómo, a través de los siglos, se han mantenido unas características económicas y socioculturales peculiares, siempre pre­sididas por la especial conformación de su suelo y su enclave entre montañas.
Los Batanes, que toma su nombre del antiguo molino utiliza­do para fabricar paños de lana, paralelamente al cultivo del lino, tam­bién abundante en la zona, ha recibido muchos y diferentes topónimos a lo largo de su historia. Tedex, Tedix, Tedixe o Tedixa, Barranco de la Magdalena o Barranco de las Aceñas hasta llegar al singular         El Batán, como se conoce en la actualidad.

       Por la magia de sus paisajes, la especial hospitalidad de sus gentes y su pasado de trabajo y esfuerzos, este núcleo merece, por  derecho propio, ocupar un lugar destacado en la noble historia de San S Cristóbal de La Laguna.
      Este trabajo, al que esperamos sigan muchos más contribuirá sin duda, a que las generaciones futuras se muestren interesadas por un acervo sociocultural y etnográfico que no debe caer en el olvido.
Ana María Oramas González-Moro Alcaldesa de San Cristóbal de La Laguna

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