jueves, 2 de mayo de 2013

APUNTES GENERALES SOBRE LA HISTORIA DE GARACHICO






PRÓLOGO

Carlos Acosta me sorprendió gratamente cuando me comunicó si que­ría prologar su Historia de Garachico. Dicha sorpresa era natural por ser un tema que cae fuera de mi especialidad y porque las múltiples y varia­das responsabilidades políticas podrían alargar eternamente la entrega del mismo, rompiendo los esquemas trazados para su publicación y posterior presentación.
Los lectores tendrán que disculpar mi atrevimiento, pues las únicas ra­zones para aceptarlo serían las mismas que confluyen en el autor: el denominador común del amor a nuestra tierra y el esfuerzo por mostrar a nuestras gentes algo más del conocimiento de nuestra Historia, utilizando como pretexto el magnifico trabajo de Carlos Acosta sobre el devenir his­tórico de Garachico. Mis palabras deberán ser las de un lector que va hojeando con cariño, las páginas de un diario íntimo inundado por la emoción de un garachiquense fuera de lo común, en el que el autor ha ido reuniendo datos, recuerdos, imágenes, juicios y opiniones producto de la recopilación o de la investigación.
Para un enamorado de su tierra, es siempre una alegría y una satisfac­ción presentar y prologar el trabajo de un esforzado investigador de los hechos de su pueblo, un libro que nos lleva a contemplar en el presente un pasado que con él revivimos.
Este libro, si algún propósito anida en sus páginas, será el de la año­ranza y quizás también en la presentación de algunos hechos el desconsuelo, la frustración ante determinados acontecimientos, promesas incumplidas, incomprensiones, que hacen rezumar, aquí o allá, el amargo sabor de todas aquellas conductas y actuaciones que hayan borrado carac­teres peculiares al pueblo o a sus hijos. Pero ello no ha sido obstáculo para que Carlos Acosta haya llevado a las páginas de Historia de Garachi­co. como no podía ser menos, su sentir y su personal manera de ver las cosas, lo que no ha sido óbice para hacerlo con más absoluta objetividad.
El autor nos muestra, con agudeza y maestría, los diferentes aconteci­mientos que han ido conformando su querida Villa. Rincones, gestos y personas que cobran vida real en el devenir de los acontecimientos, justas descripciones de sus conventos, iglesias y ermitas, de sus calles y plazas,... junto a ello nos presenta su historia económica y desarrollo urbanístico, la evolución de su población, todo lo relacionado con la vida cultural y edu­cativa, el desarrollo de las comunicaciones tanto orales como escritas, la rivalidad con los Silos, la amistad con Santa Cruz, los títulos de nobleza, la injusticia de los repartos, la historia inacabada de la comunicación con la Palma, sus hechos singulares, fiestas y costumbres populares,...
También se refiere a la emigración, a las relaciones con Venezuela y, si se nos permite, tomando como símbolos de esa intercomunicación, de esa especie de cordón umbilical que une espiritualmente a Garachico con Venezuela y viceversa, a Simón Bolívar y a los Amigos de Garachico en Venezuela que, unidas a tantas vivencias, han logrado una especie de fu­sión, de sentimiento común entre los dos pueblos.
EL VOLCAN Y EL MAR, su tratamiento en relación a Garachico, no pueden faltar en su Historia, porque son consustanciales con la propia esencia del pueblo garachiquense. Carlos Acosta así lo entiende y les da el tratamiento que se merecen, los hace entrar de forma aguda y casi imper­ceptible en la conciencia del lector, que saca sus propias consecuencias, que se engarzan y pasan a pertenecer a la conciencia histórica del pueblo, dejando nítidamente claras sus aportaciones, sus destrucciones y, sobre todo, sus frustraciones, pues el autor, en esa especie de renovación del tiempo y el espacio que le rodea, ha captado de forma especial todo aquello que forma parte de la idiosincrasia, de la ciencia, de su gente, a la que conoce profundamente.
La Historia de Garachico de Carlos Acosta es un libro para todos, para los especialistas que encontrarán en él datos y sugerencias nuevas, que rectifican ideas viejas o advierten nuevos puntos de vista y para el gran público que encontrará en él coleccionados, ordenada y sistemáticamente, todo un material variado e interesante que va a representar para nuestros mayores la afirmación de su pasado, de su infancia y juventud. Para los más jóvenes alegrarle el alma recorriendo el pasado que, aunque no le pertenezca, está aquí, entre las páginas de este libro. Así van a entender mejor su vida actual, sus raíces como pueblo, sus rasgos diferenciales, la liberalidad de sus gentes, sus peculiaridades, su cosmopolitismo.
Las "historias locales" son piezas insustituibles de un complejo proceso de conformación histórica de la Isla y, por consiguiente, del Archipiélago. La Historia de Canarias no estará definitivamente escrita hasta que no se escriba la historia particular de cada pueblo o por lo menos de aquéllos,
como es el de Garachico, que tienen mucho que aportar a esa Historia General. Serán hoy esas historias particulares el lazo invisible que eslabo­ne cada raza, cada nación, cada pueblo a la historia general de la humanidad, como muy bien se expresa en la Introducción al Tomo I de la Historia General de las Islas Canarias de Agustín Millares Torres.
Y para terminar aludiré a dos cuestiones:
-  La correlación entre el autor y su obra. Bajo ningún concepto puede
extrañar que un Maestro de profesión aparezca con afanes de historiador,
pues si hay alguien que pueda calar en el alma de su pueblo es aquél
que, después de dedicarse a uno de los trabajos más nobles que se pueda
realizar, destina su tiempo libre, como lo ha hecho Carlos Acosta, a traba­
jar desinteresadamente por dar a conocer hechos relacionados con el
pueblo que le vio nacer.
-  El apoyo de las Instituciones a este tipo de trabajos. En el caso con­
creto que nos ocupa el "Cabildo de Tenerife y la Asociación Amigos de
Garachico en Venezuela". Creo conveniente reseñarlo por lo que puede
servir de ejemplo para otras publicaciones y para otras Instituciones, Aso­
ciaciones, Entidades Culturales,...
Hacemos firmes propósitos para que el ejemplo de Carlos Acosta sea siembra de otras aportaciones en la investigación de los hombres y de la tierra canaria.
MARCOS BRITO GUTIÉRREZ Santa Cruz de Tenerife, Noviembre de 1.994

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