viernes, 21 de junio de 2013

TABONA: REVISTA DE PREHISTORIA Y DE ARQUEOLOGÍA






APROXIMACIÓN AL ESTADO ACTUAL DEL
PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO DE LANZAROTE:
LA CARTA ARQUEOLÓGICA
Dr. Pablo Atoche Peña1
introducción
Desde que se inicia la investigación de la Prehistoria de Lanzarote ésta ha seguido un desarro­llo dispar fuertemente marcado por una conceptualización de la cultura prehistórica estrictamente lineal y monocíclica. Esta visión tradicional, aún defendida por aquellos que desprecian la com­probación empírica de las hipótesis y por el contrario siguen considerando a las fuentes etnohistóricas los textos sagrados de la Arqueología canaria, afirma que, a lo largo de los casi dos milenios que abarcó la ocupación prehistórica de la isla, no se dio ningún tipo de proceso que trajera consigo la introducción de cambios en el seno de la cultura aborigen. Esta era una situación extraña y difícil­mente sostenible desde criterios estrictamente científicos, en especial si tenemos en cuenta que había plena conciencia de la considerable amplitud temporal del poblamiento prehistórico de la isla, espacio de tiempo durante el cual era factible suponer la aparición de transformaciones en el ámbito cultural prehistórico.
Ante esa situación, marcada por la parcialidad de los datos disponibles, a partir de la década de los años 80 acometemos la elaboración de un programa de trabajo en el que se da prioridad a los aspectos empíricos, de ahí que se fijen como objetivos principales la obtención de secuencias crono-estratigráficas, que nos permitieran con posterioridad sustentar sobre bases reales la estructuración de un esquema diacrónico del desarrollo cultural del mundo aborigen, paso previo para dar solución a otras cuestiones más complejas relacionadas con el modelo de ocupación del territorio, los patrones de asentamiento o la bioantropología de la población prenormanda. La puesta en marcha de ese pro­grama de trabajo ha requerido la prospección sistemática de la isla, al mismo tiempo que la realiza­ción de tres campañas de excavación en "El Bebedero" (ATOCHE et alt, 1989; ATOCHE, 1994), asentamiento cuyo valor referencial se debe tanto al elevado número de elementos materiales que ha
1. Departamento de Ciencias Históricas. Área de Prehistoria y Arqueología. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. proporcionado como por constituir el primer yacimiento de la isla que ha proporcionado series estratigráfícas claras y referencias cronológicas absolutas.
El ámbito temporal y espacial de ese programa de trabajo coincidió con la necesidad, por parte del Cabildo Insular de Lanzarote, de contar con la CARTA ARQUEOLÓGICA, proyecto que el citado Cabil­do nos propuso para su realización dentro del marco general de desarrollo del Proyecto Parque Arqueo­lógico de Zonzamas.
En el archipiélago canario los primeros inventarios y cartas arqueológicas impulsadas por orga­nismos públicos locales, insulares o regionales, se ponen en marcha a partir de mediados de la década de los años 80, si bien con distinta intensidad y diferentes criterios metodológicos, hasta el punto de que en la actualidad la única isla que ha completado dicho inventario es la de Lanzarote, la cual está en estos momentos en disposición de poner en marcha un programa integral de protección y salva­guarda de aquellos sitios arqueológicos que presentan un mayor riesgo de desaparición. La utilidad patrimonial de este tipo de inventarios resulta, por tanto, evidente ya que son instrumentos de primer orden de cara a la protección, pero también de cara a la investigación y difusión/uso social del Patri­monio Arqueológico. Sin embargo ésta se halla actualmente condicionada por una serie de factores negativos derivados de la rudimentaria planificación regional y consecuente nefasta gestión que se viene haciendo de nuestro Patrimonio Arqueológico. Así, por ejemplo, se carece de un banco de datos centralizado de carácter regional, al que puedan acceder, entre otros, las empresas que se encargan de redactar los Proyectos de Evaluación del Impacto Ambiental o las oficinas que desarrollan los Planes Insulares de Ordenación del Territorio (P.I.O.T.).
En definitiva, los inventarios de sitios arqueológicos constituyen uno de los pilares del compli­cado edificio de la Protección del Patrimonio Histórico. Pero no sólo deben hacerse, deben tenerse al día y sobre todo convertirse en herramientas útiles, lo contrario significa ni más ni menos que mal­gastar el dinero público.
EL MÉTODO
El interés por unas prospecciones sistemáticas e intensivas ha surgido en Canarias en los últimos años. La principal causa de este cambio de actitud ha sido la receptividad mostrada por los investiga­dores más jóvenes hacia las nuevas metodologías arqueológicas y por el inicio de proyectos de inves­tigación, a medio y largo plazo, con un ámbito insular que han necesitado como primer paso una prospección rigurosa que ofrezca información lo más ajustada posible a la realidad del pasado. Sin embargo, en la actualidad no existe entre los profesionales canarios una sistemática aceptada de forma general que determine la manera en que debe desarrollarse una prospección arqueológica, lo que hace de éstas unos proyectos muy personalizados a la hora de organizar y enfocar el trabajo. Debido a esa circunstancia, la Carta Arqueológica de Lanzarote se concibió con la finalidad primor­dial de conocer y valorar los sitios arqueológicos, tanto para su salvaguardia como para su estudio y por ello se planteó que nuestro trabajo debía reunir una serie de características o líneas de actuación como bases de partida:
1. Se fijó como marco de actuación el ámbito insular, aunque sin olvidar los casos a niveles más reducidos (semi-micro). En consecuencia, los objetivos perseguidos se amplían al abarcar cuestiones tales como el análisis de la evolución de los patrones de asentamiento o el modelo general de ocupación del territorio.[…]

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