martes, 25 de junio de 2013

PICO DE AGUILAS






Entre marzo de 1974 y febrero de 1980, Alfonso García-Ramos publica en el periódico La Tarde de Santa Cruz de Tenerife, del que fue director durante ese mismo período de tiempo, cerca de mil cuatrocientos artículos, bajo el rótulo 'Pico de águilas'. El primero apareció días antes de que fuera confirmado en la dirección del ves­pertino tinerfeño, que venía desempeñando interinamente, y el úl­timo cuando sólo faltaba un mes para que se produjera su falleci­miento.
'Pico de águilas' coincide, pues, con una etapa muy importante de la vida española, que lo es también para el Archipiélago canario. Son los años del tránsito del franquismo a la democracia, los de la recuperación progresiva de las libertades frente a las resistencias y los embates de quienes porfiaban por la perpetuación de la dictadu­ra, los del paso de un Estado fuertemente centralista al Estado de las Autonomías. Para Canarias son los años en que se produce la pérdi­da de la cobertura estratégica africana, los de las graves repercusio­nes económicas que provoca el precipitado proceso de descoloniza­ción del Sahara, los de la implantación del Régimen Económico Fis­cal, los del forcejeo por la hegemonía de las comunicaciones aéreas de las Islas, los años, en fin, durante los que se diseña y ensaya el modelo de la Autonomía canaria y en los que empieza a cuestionar­se el papel de los Cabildos, hasta entonces piezas indiscutibles de la política insular.
En enero de 1974 accedía al ministerio de Información y Turis­mo Pío Cabanillas Gallas, dentro del primer Gobierno Arias, forma­do tras el asesinato del almirante Carrero Blanco. Carlos Arias pro­nuncia el 12 de febrero de ese año su célebre discurso programático ante las Cortes Españolas, en el que promete solemnemente, incluso con plazos concretos, una apertura real del régimen. El discurso lo­gró sacudir la adormilada conciencia política del país y suscitó el en­tusiasmo de los sectores más abiertos y progresistas, así como de bue­na parte de la prensa, que es cierto que disfrutó de una libertad polí­tica hasta entonces no permitida por el franquismo'.
En todo caso, se trataba de un intento de aperturismo, o mejor, de 'apertura controlada'2, que apenas duró nueve meses, y que los analistas del sistema se inclinan a interpretar corno una maniobra, en la última fase del franquismo, para tratar de ensanchar, según el «espíritu del 12 de febrero», su base social y atraer hacia sí a la cada vez más fuerte oposición en el interior del país3.
Lo cierto es que la prensa progresista aprovechó el resquicio abierto, y hasta lo forzó al máximo, y comenzó a manifestar opinio­nes y a proporcionar información que con anterioridad hubiese sido prácticamente imposible difundir.
La alarma no tardó en cundir en los sectores más reaccionarios del régimen, que contaban con la plataforma de amplificación de la llamada «prensa apocalíptica», para frenar el programa de Arias Na­varro. La agitación estudiantil, el terrorismo, y sobre todo el sobre­salto provocado por la «Revolución de los Claveles», de abril de ese año, en Portugal, jugaban a su favor, y lograron la caída de Pío Ca-banillas, que fue sustituido por el duro León Herrera. Pero el paso dado era irreversible.
Cuando comienza la corriente «aperturista», Alfonso García-Ramos desempeña el cargo de director de La Tarde con carácter in­terino. La empresa editora del periódico no se decidía a confirmarlo en el puesto, debido a ciertas presiones. De ahí que adoptara una prudente actitud de cautela y discreción, que explica la ausencia de su firma en las páginas de opinión del diario.
La Tarde, a lo largo de sus cincuenta y cinco años de existencia, trató de mantener, siempre que le fue posible, el carácter de órgano de información independiente. Había nacido por la ilusión y la vo-[…]
1  Raimond Carr/Juan Pablo Fusi, España, de la dictadura a la democracia. Edi­
torial Planeta, Barcelona, 1979, pág. 257.
2  Manuel L. Abellán, Censura y creación literaria en España (1939-1976), Edi­
ciones Península, Barcelona, 1980, pág. 230.
3  Eloy Terrón Montero, La prensa de España durante el régimen de Franco. Un
intento de análisis político, Centro de Investigaciones Sociológicas, Madrid, 1981, pág.
215.

No hay comentarios:

Publicar un comentario