miércoles, 26 de junio de 2013

OBRAS COMPLETAS PEDRO GARCÍA CABERARA



[4 VOLUMENES]

PRÓLOGO
La trayectoria poética de Pedro García Cabrera (1905-1981) apare­ce en la lengua castellana con aquel perfil preciso que los vanguardistas canarios ofrecían en los años 20 y 30: la visión de un arte transgeográfi-co, universal, descubierto desde la perspectiva específica de la región atlántica. García Cabrera es, sin embargo, quien ha desarrollado una obra más amplia entre los miembros de su generación, hecho que ade­más, le ha permitido su vinculación a las inquietudes de la poesía espa­ñola de postguerra. Su contacto con varias promociones literarias le han erigido con frecuencia como orientador de los poetas más jóvenes. Con todo, no es un poeta conocido; algunas de las obras aquí recogidas han permanecido inéditas hasta ahora, otras han sido parcialmente publicadas 1. Las consideraciones críticas sobre su obra no han corrido mejor suerte; así, una plaquette como Transparencias fugadas es toma­da durante años como un texto surrealista, cuando sus motivos esencia­les poco tienen que ver con los presupuestos del grupo parisino. En las últimas décadas de su vida, la personalidad de García Cabrera se ve reconocida de manera progresiva. La frontalidad con que se ha opues­to al régimen franquista y su fidelidad a la creación poética, lejos de cualquier claudicación, son datos que afirman este reconocimiento. Pe­ro, como en la obra del catalán Salvador Espriu 2, merece la pena obliterar una lectura ideologizante, tan propia de las últimas décadas, para emprender de nuevo la lectura de Pedro García Cabrera. Aquí, sin embargo, nos contentaremos con señalar algunos de los rasgos es­pecíficos de su lenguaje, de su compleja visión poética, junto a aquellos datos biográficos de mayor interés hasta 1946, fecha con la que con­cluye una etapa de su trayectoria vital alcanza la libertad provisional después de haber estado en prisión durante algunos añosy también los textos incluidos en este volumen.
Pedro García Cabrera nace en Vallehermoso, isla de La Gomera, el 19 de agosto de 1905. Hasta los siete años permanece en su pueblo natal, trasladándose posteriormente a Sevilla, donde su padre va desti­nado como maestro. Más tarde regresará a Santa Cruz de Tenerife, isla en la que permanece la mayor parte de su vida.
Los primeros textos publicados por Pedro García Cabrera aparecen en 1922, pero es sólo a partir de 1925 cuando sus entregas poéticas o sus artículos son más frecuentes en diarios o revistas locales. Son éstos los años iniciales de su formación. En el diario católico Gaceta de Tenerife publica los primeros poemas; influencias de Campoamor, de Bécquer, Espronceda, un importante tono religioso, no exento de tópi­cos, son algunas de sus características. En 1926 se funda Hespérides. Esta revista reúne en sus páginas a escritores epígonos del modernismo y a poetas inmersos aún en el regionalismo de fin de siglo; junto a ellos un grupo de jóvenes: Emeterio Gutiérrez Albelo, Domingo Pérez Minik, Eduardo Westerdahl, Domingo López Torres y también Pedro García Cabrera. Los poemas de éste reciben entonces la influencia del modernismo y ya en los años de 1927 y 1928 se opera, junto a sus compañeros generacionales, el encuentro con la vanguardia. Temas fu­turistas, metáforas e imágenes creacionistas, junto a un creciente interés por el paisaje son ahora los rasgos distintivos.
En 1927 surge La Rosa de los Vientos y con esta revista el primer esfuerzo colectivo por iniciar una escritura radical desde las islas en el seno de las vanguardias históricas. La atención prestada al paisaje ca­nario y la lectura de una tradición poética insular influyen en García Cabrera. Pero, como sus compañeros de Hespérides, se encuentra aún lejos del riguroso proyecto universalista de la revista de Juan Manuel Trujillo y Agustín Espinosa, hecho del que puede dar cuenta el enfren-tamiento de Eduardo Westerdahl con Juan Manuel Trujillo o la misma presencia de Pedro García Cabrera en aquella revista, Horizontes, que engrosaban algunos de los poetas de la promoción anterior 3.
En 1928 se publica Liqúenes en las ediciones paralelas de la revista Hespérides. En este extenso poemario se manifiestan ya características esenciales de su trayectoria. No es difícil advertir el neopopularismo, tan usual en aquellos años, y que será, en esa suerte de isomorfismo formal y rítmico 4 en que se sitúa su poesía, uno de sus cauces expresi­vos (recuérdese Día de alondras). No se hurta tampoco la influencia[…]
3  Véase M. Pérez Corrales, «Cuaderno de bitácora de la vanguardia insular», en Jornada Litera­
ria
(diario Jornada, Santa Cruz de Tenerife), números 31, 34, 36, 38, 44, 46, días 4 y 25 de julio, 8 y
22 de agosto, 3 y 17 de octubre de 1981.
4  Los versículos, endecasílabos y versos de arte menor son los cauces por los que cristaliza la
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1   Entre la guerra y tú, La arena y la intimidad y Hombros de ausencia se publican parcialmente
en la antología A la mar fui por naranjas, Edirca, Las Palmas, 1980.
2  La significación adquirida por la resistencia cultural a la dictadura franquista ha permitido a
José Carlos Mainer relacionar ambos poetas en «Presentación» en
Pedro García Cabrera, Home­
naje de la Universidad de La Laguna, Santa Cruz de Tenerife, 1981.

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