domingo, 19 de agosto de 2012

EL PROCESO DE LA CAL EN DAUTE


EL PROCESO DE LA CAL EN DAUTE

Pedro A. Báez Díaz
El proceso de la cal, comenzaba con su extracción en la “cantera” o “calera” y su transporte hasta el horno de cal. Nos cuenta don Fernando que los barcos llegaban desde Gran Tarajal, en la isla de Fuerteventura hasta las costas Silenses “La cal llegaba desde Gran Tarajal en barcos que fondeaban en la zona de la burrera, frente al Puertito a unos 200 metros de la costa, en Los Silos. Estos barcos llegaban con cargamentos de varias toneladas en sus bodegas. Recuerdo muchos de los nombres de estos veleros como El Tasón, La Nemecia, El Paco, La Evelia, La Estrella y La Juanita entre otros. También vino algún barco de vapor como El Gando o El Paloma siendo éste último el mayor de ellos, de aproximadamente cuatrocientas toneladas, cuyo patrón se llamaba Guillermo”. La gente se reunía alrededor del horno de cal a la espera de la llegada de estos barcos, para proceder a su descarga,  la cual suponía un aporte económico para la sociedad Silense. Los que esperaban se impacientaban muchas veces por la tardanza de los barcos que incluso llegaban a ser de días. Pero al final, la llegada alegraba el ánimo de la gente.
Nos cuenta  don Fernando como los barcos varaban en la burrera y “allí bajaban sus lanchas al agua y luego las cargaban de piedra. Una vez en la orilla, cuatro hombres robustos y de gran corpulencia, desde la lancha, tiraban la piedra al agua a brazos y ya en tierra un grupo de gente la subía a un terreno más arriba donde había una pesa para pesar la piedra de cal.” “Yo recuerdo que tenían un peso de hierro que pesaba cincuenta kilos y tenían una báscula con un tablero. Cada pesada era de quinientos kilos. Luego un carro empujado a mano la subía a los hornos.” 
Años más tardes los camiones hicieron su aparición y un camioncito pequeño realizaba el transporte desde la playa hasta el horno. Mucha de estas piedras, cuando el mar se encontraba en mal estado, caían al fondo del  mar, y nos decía don Fernando que “cuando el mar se calmaba, nos sumerjíamos en busca de las piedras de cal, pagándonos a 25 pts los mil kilos de cal recuperada del fondo”.
También nos cuenta don Fernando que el muelle de Daute, construido por don Fyffes a finales del siglo XIX junto al Ingenio azucarero en la zona de Sibora, fue lugar de varada de algunos barcos al igual que el muelle de Garachico pero “el transporte de la piedra de cal resultaba caro”. Uno de los transportista, que con su camión, realizaba el trayecto entre Garachico y el horno de cal era don Pedro Baéz.
Una vez almacenada la cal en el horno, comenzaba el proceso de elaboración. Según nos cuenta don Fernando “la cal la rompíamos a mano con un martillo alargado de quince centímetros que podía pesar de seiscientos a mil gramos, con un cabo de un metro de largo: Cada piedra se partía en pedazos de unos diez centímetros, nunca mayor porque si no quedaba el centro crudo”.
Las piedras había que meterlas al horno sobre unas parrillas que don Fernando nos describió de esta manera “las parrillas se preparaban con unos hierros largos que sujetaran la carga. Los hierros Ilevaban tres trozos de doble “T” de unos quince centímetros. Se colocaban hacia el fondo del horno y luego, entre medio, llevaba otros hierros con una empuñadura redonda para mejor manejo puesto que estos hierros se colocan en el momento de la carga del horno y luego se sacan para que la piedra, una vez quemada, vaya cayendo al suelo del horno.”  También se contaba con un trozo de hierro de dos metros curvado en uno de sus extremos que se utilizaba para sacar del  horno las tres parrillas del centro. Con este hierro largo se escarbaba por la parte de abajo del horno hasta llegar a ver la piedra encendida.

Cuando se tenia colocada correctamente la parrilla comenzaba el proceso de carga del horno. Este proceso de carga necesitaba de varias personas, puesto que una de ellas se tenia que introducir en el fondo del horno, mientras otra hacia descender las cargas de piedras de cal y carbón desde lo alto de la boca del horno. Don Fernando nos describió esta operación de la siguiente manera  “antes de cargar el horno se introduce un hombre en el interior y coloca un  ramaje seco sobre las parrillas y encima unas manadas de leña para que prenda la llama mejor. 

Encima de la leña se ponen dos cestas de carbón de piedra y luego cuatro de piedra de cal y a continuación se va colocando todo encamadas, una de piedra de cal y otra de carbón, siempre con la precaución de no arrimar el carbón a las paredes del horno porque podía producirse una fundición y no dejaba bajar la piedra ya quemada. Cuando estas camadas alcanzan la parte más ancha del horno la proporción pasa a tres cestas de carbón por dieciocho de piedra de cal y con esta proporción se termina de cargar el horno hasta la parte más alta para quemar toda la piedra”.

Una vez “cargado” el horno se procedía a su encendido con un poco de gasoil y al cabo de cinco días ya estaba el fuego en la parte más alta del horno. Esta señal indica que la piedra está lista para sacar. Se comenzaba a sacar por la parte inferior del horno tirando de la parrilla de hierro y por la alta se iva cargando en la misma proporción y así sucesivamente este movimiento continuo pues como nos cuenta don Fernando “el fuego no se apagaba mientras hubiera demanda de cal,incluso si llovía no se apagaba el fuego”. 
Tal era la actividad del horno, que nos contó don Fernando “el fuego del horno llegó incluso a servir de punto de referencia de navíos que navegaban por las costas silenses “.
La cal que se extraía se íva cargando en carretillas, que según nos cuenta don Fernando “estas carretillas llevan la piedra al almacén donde se amontona en alturas no superiores a cuarenta centímetros”.
La cal cocida y depositaba en el almacén se regaba con agua y se removía con una pala, momento que aprovechaba don Fernando y “colocábamos dentro unas papas envueltas en unos trozos de saco y un pescado envuelto en papel para que se cocinaran con el calor de la piedra y salían listas para comer” “la cal  sale de momento fría y después de añadirle el agua es cuando coge calor y puede incluso llegar a quemar, como me ocurrió a mí más de una vez.”.  La piedra, con la ayuda del agua, se íva abriendo y al cabo de dos horas ya se convertía en cal. Luego, nos cuenta don Fernando “se pasaba por una cernidera para quitarle alguna piedrita que haya quedado sin quemar y estas piedritas se vuelven a poner en el horno para quemarlas de nuevo. Teníamos ya tanta práctica que las piedrecitas sin quemar las depositábamos de nuevo en la carretilla dándole un simple “jeito” a la cernidera”.
El polvo de cal quedaba listo para su venta y los vecinos de Los Silos, así como del resto de la comarca se acercaban hasta el horno para comprar la cal que utilizaban en la construcción , en la agricultura e incluso como medicamento.
La llegada de nuevos productos como el cemento y el yeso y más aún con la industrialización izo que el oficio del “calero” desapareciera en la Villa de Los Silos, así como ocurrió más tarde o más temprano, en el resto de los municipios Canarios.
Sirva este trabajo como homenaje a estos “maestros de la cal” los “CALEROS”.

miércoles, 1 de agosto de 2012

CAPITILO II


  CAPITILO II

Eduardo Pedro García Rodríguez
 
Cuevas viviendas en Europa

Desde el hombre Netherdal hasta ahora las cuevas han ejercido un atractivo sobre el hombre, es más que posible que a su alero se haya tejido gran parte de la historia y cultura del homo sapiens moderno.

La piedra en una forma de urbanismo que tiene sus ventajas y su belleza especial además de un componente espiritual especial. Muchos monasterios de la Edad Media especialmente en Oriente se han construido por agrupaciones de cuevas. En su aislación y silencio y en el medio de la montaña es más fácil escuchar a la Diosa-Madre.

La arquitectura subterránea también conocida por arquitectura enterrada, arquitectura excavada o arquitectura troglodítica. Es un subtipo de la arquitectura solar bioclimática aprovecha una tecnología para reducir la incertidumbre ambiental para seres humanos en el subterráneo (bajo tierra) más cerca a la superficie, donde pretende construir un refugio acogedor y duradero.

Esta arquitectura se orienta hacia el sol y al aprovechamiento de los recursos que hay naturalmente en los alrededores del sitio elegido para la construcción: el propio suelo consolidado tal como esta. Se aprovecha mucho la inercia térmica para tener un confort térmico interior en la vivienda. Este tipo de arquitectura esta muy a menudo relacionado con la autoconstrucción.

En muchas partes del mundo han sido por siglos formas tradicionales de viviendas, las cuevas. Particularmente en zonas de clima árido y calido, Palestina, Siria, Egipto, Libia, Marruecos, Canarias, Túnez Turquía y Afghanistán, y europeos Italia, Cerdeña, Francia, Yugoslavia,  también en España como herencia amazigh. En este ultimo país, en los territorios que otrora fueran de dominio árabe-mazigio especialmente en Al-andaluz (Andalucía) hay pueblos enteros de casas cuevas-viviendas.

Según los investigadores Luís Arias González y Juan José Andrés Matías: “Actualmente, las cuevas-vivienda constituyen en España un patrimonio arquitectónico muy apreciado por su originalidad y por los beneficios económicos que producen tanto su rehabilitación en sí como su, cada vez mayor, explotación y reconversión en alojamientos turísticos. La mayoría de ellas, restauradas convenientemente, ofrecen  ahora en distintos puntos de Canarias, Andalucía, Levante, Aragón, Navarra, Castilla y León, Madrid y  Castilla-La Mancha, todo tipo de comodidades que las han transformado en la imagen floreciente –y muy rentable- de un sistema hostelero alternativo que aúna la calidad más moderna con los aspectos ecológicos de moda –“construcción bioclimática”- y la pervivencia, a la vez, de una pintoresca tradición constructiva. Desde hace unas tres décadas, la alta consideración alcanzada por la cueva-vivienda ha puesto en marcha un peculiar proceso de “gentrificación”, es decir, que son ahora las clases sociales más altas quienes han revalorizado y transformado en lugares “chic”, zonas anteriormente sumidas en la depresión y el abandono. Pero, al margen de estos nuevos usos habitacionales privados, constatamos un renovado interés entre los mismos poderes públicos por sumarse a esta recuperación arquitectónica y cultural. Sin embargo, hasta los años 70,  las casas troglodíticas eran consideradas en nuestro país un foco de poblamiento marginal y un sinónimo inequívoco de “subvivienda” o de infravivienda de la más baja estofa. Sus mismos ocupantes, las autoridades políticas del momento y el grupo de arquitectos y demás expertos en el tema de la habitación popular, coincidían al verter sobre ellas una inequívoca consideración peyorativa y despreciativa.” (Luis Arias González y Juan José Andrés Matías, 2008).

Técnicas de excavación y tipos de cuevas horadadas




Por lo general, se adaptan a la forma del terreno, siendo casi nula la preparación del mismo. Sin embargo, no hay duda que, a veces, en algunos sectores se observa un acondicionamiento previo antes de la excavación, principalmente de los accesos y entradas. Éste consiste en cortar verticalmente un sector del cerro, donde va la fachada, dejándole, rara vez, visera en la parte superior. A la vez, y lateralmente, se preparan dos planos triangulares que sirven de muros de contención y resguardan la fachada. Estos planos con respecto a la fachada forman casi siempre un ángulo superior a 90º. También se nivela el terreno frente a la fachada, formando una especie de plazuela que da amplitud a la entrada y sirve de desahogo a sus moradores. Los trabajos comunitarios de desmontes para arreglar los accesos los realizan los miembros de los linajes que allí viven.

Cuando se excava una cueva, tanto si se hace horizontal como en foso (pe. Matmata), se acostumbra a utilizar la técnica del arco, consistente en trazar un arco de medio punto en la pared, desde el que se excavará de arriba abajo, penetrando un metro o metro y medio, espesor que se da a los muros de carga, de frente y lateralmente; luego se harán otros arcos sucesivos según se vayan horadando hasta conseguir la altura deseada. El arco, además de servir como referencia en la excavación, da seguridad a la misma.
Pese a la variedad de técnicas usadas en la horadación de las cuevas, dos formas son las más generalizadas: a) las excavadas de forma horizontal y a ras del suelo del camino o sendero, tipo más frecuente; b) las excavadas en foso y a partir de aquí y a ese nivel se horadan las demás habitaciones.
Desde el camino o sendero para llegar a la primera habitación se desciende mediante rampa o escalones. Este tipo es consecuencia de la poca elevación del cerro. Un cerro que tenga unos cinco metros de altura forzosamente habrá de excavarse en foso. Una y otra forma de excavación aprovecha intensamente el suelo, porque se hace en profundidad y perpendicular al cerro, excepto cuando se «sobaquea», es decir, se abre una habitación a cada lado de la primera. Estas habitaciones van dotadas de ventanas.

La primera habitación es la entrada y sirve de acceso a las demás. La forma de esta primera habitación puede variar, así como sus dimensiones: las hay cuadradas, rectangulares, trapezoidales, ovaladas, etc. Por lo general presentan un techo con bóveda de medio cañón, con una altura en el centro de 2,5 m. a 4 m. y 1,5 m. a 2 m. en los arranques. El suelo se pica nivelado y si la arcilla es buena se le deja natural, fregándolo sólo con agua. En otras ocasiones, después de picado, se le echan de 3 a 4 cm. de granza de arena, encima se les da mezcla y luego se pone solería.

Las cuevas habitadas en la Península Ibérica




Hacia mitad del siglo XX España era la región con más cuevas habitadas dentro del ámbito mediterráneo y es muy posible que aún hoy lo continúe siendo. A principios de los años 60  eran 42 las provincias españolas que tenían familias viviendo en cuevas con un nivel de presencia muy diferente de unas provincias a otras. Dejando al margen lo que solo son situaciones excepcionales, la vivienda-cueva se extendía especialmente por Aragón, Navarra, País Valenciano, Castilla-La Mancha y sobre todo por Andalucía.

A principios de los años 60 del siglo pasado Andalucía era la región de la Península Ibérica con mayor volumen de cuevas habitadas y ella sola concentraba el 49 por ciento de las familias que vivían en cuevas en toda España. A su vez, dentro de Andalucía la concentración de viviendas trogloditas  era mayor en las provincias de Jaén, Almería y sobre todo en Granada, donde habitaba el 41 por ciento del total de familias  trogloditas del país en dicha fecha.

Extensión y alcance territorial


En Andalucía el uso de viviendas excavadas ha estado presente en mayor o menor proporción en todas las provincias andaluzas, si bien en los años 60 del siglo XX tenían ya un carácter residual en las provincias de  Huelva,  Málaga y Sevilla, habiendo desaparecido en la actualidad en todas ellas. En Huelva y Málaga se utilizaron con carácter de provisionalidad por familias de pescadores. En la provincia de Córdoba se desarrolló un núcleo de cuevas habitadas, relativamente estable en torno al municipio de Iznájar, al pie de la Penibética  y que, aunque muy disminuido, se mantiene en la actualidad.

La provincia de Cádiz ofrece una situación similar a las anteriores en cuanto a significación mínima de la vivienda troglodita, aunque merece una atención especial, ya que este tipo de vivienda tiene aquí una tipología especial. Se trata de viviendas  localizadas en el municipio de Setenil de las Bodegas, en la vertiente del Rio Guadalporcún, que aprovechan una hendidura tallada en la mole rocosa y cuentan con una parte subterránea y otra construida desde la oquedad hacia fuera con objeto de captar luz y favorecer la salida de humos. Se han calificado como viviendas semitrogloditas, por su carácter de vivienda parcialmente subterránea, pero no excavada. Algunas de ellas continúan habitadas y constituyen uno de los actuales atractivos turísticos del municipio.

Hacia el Este, en concreto en las provincias de Jaén, Almería y sobre todo Granada las cuevas habitadas aumentan en número, a la vez que van uniformando su tipología. En la provincia de Jaén las cuevas habitadas en la década de los 50 del pasado siglo se situaban en  gran número de municipios, enclavados en las vertientes del Valle del Guadalquivir y sus afluentes, especialmente en las del Guadiana Menor y el Guadalimar. Se trataba de alojamientos de pequeña superficie,  muy deficientes, casi sin huecos al exterior; en suma, auténticas infraviviendas que han ido desapareciendo progresivamente. En efecto, el descenso a partir de esa fecha ha sido muy significativo, incluso en aquellos municipios de la provincia  con una importante tradición de vivienda troglodita. Ése fue el caso de Jódar, sin duda el núcleo troglodita más importante de la provincia (él solo contaba con más del 25% de las cuevas habitadas de la provincia en 1900), habiéndose reducido su número a 11 en 1981 y a 4 en 1991. Actualmente subsiste en el barrio de la Serrezuela alguna habitación excavada a la que se ha adosado la casa que fue construida con posterioridad y que actualmente se utiliza como desahogo de la vivienda. Un uso residual, no propiamente residencial, también se mantiene en otros municipios de la provincia de Jaén que tuvieron cuevas en pasadas décadas. También es posible encontrar algún municipio con escaso número de cuevas habitadas, como es el caso de Alcaudete o Pegalajar, donde, además, se está impulsando el turismo rural en las tradicionales viviendas excavadas.

Durante la segunda mitad del siglo XX su posición era la segunda en la escala provincial andaluza (tras la de Granada), si bien a principios del siglo puede que las posiciones de ambas provincias estuvieran cambiadas y quizás fuera Almería la provincia andaluza con mayor número de cuevas habitadas, que  se extendían profusamente a lo largo de los La provincia de Almería ha constituido a lo largo del siglo XX un área con enorme implante de este tipo de vivienda y así lo han reflejado numerosos autores valles de los Ríos Almanzora y Andarax, llegando hasta la misma capital de la provincia). (Mª Eugenia Urdiales Viedma, 2003).

Los mamatís


La vivienda mas codiciada por el hombre mazigio (bereber) primitivo fue una cueva. En cuanto el ser humano consiguió vivir de forma estable en un mismo sitio, eligió la cueva como el mejor refugio que le ofrecía la naturaleza. Abrigada en invierno y fresca en verano, fácil de defender de los enemigos y de las fieras salvajes, a cubierto de las mas intensas lluvias y de huracanados vientos. Las cuevas, naturales o artificiales, fueron una vivienda muy apreciada por el hombre durante muchos milenios. 
Uno de los pueblos imazighen (bereberes) que durante milenio han excavado sus viviendas en la piedra caliza o arena arcillosa son los mamatís de Túnez.

Hacia el oeste por el oasis de Gabes a 20 kilómetros se llega a Matmata, pueblo de  casas trogloditas. Localizada en una pequeña cordillera, sus habitantes, en su mayoría beréberes, han construido las viviendas bajo tierra, excavando la arena arcillosa buscando temperaturas más agradables y constantes.
Las cuevas habitación se disponen en círculo alrededor de un foso, con una profundidad de 10 metros, por lo que cuando uno se va acercando pareciera que nadie viviera por esas zonas.

En los alrededores se encuentran otros centros de poblados de cuevas viviendas como Tijma, habitada por mazigios (beréberes) cuyas mujeres tienen el pelo naranja teñido con henna y tatuajes realizados también con este tinte.

La ciudad de Matmata es la capital de los mazigios (Bereberes) de Túnez. Un antiguo pueblo aguerrido, que ha habitado en el norte  del continente desde  tiempos inmemorables, y que tiene muchos recuerdos - de los invasores fenicios, romanos, barbaros, arabes, franceses y otros tantos.

Estos imazighen (Bereberes) llegaron a vivir en las ciudades construidas en sus tierras por los extranjeros, pero la mayoría de ellos abandonaron estas ciudades cuando los turcos quisieron cobrarles impuestos inmensurables y volvieron a las cuevas donde muchos de  ellos habitan aun.

Aparte de las cavernas, existían sus fortalezas - "ksares", donde  se ocultaban protegiéndose de sus enemigos.

Aun conservan su idioma, costumbres y tradiciones. Los jóvenes, como es usual, poco a poco se trasladan a las grandes ciudades. Pero entre los mas viejos se encuentran todavía aquellos que en la época del espacio cósmico del Internet viven aun en las casas de los trogloditas - cavernas.  Claro que hay que admitir, que sorprende bastante, al ver cerca de la caverna una batería solar y antena de televisión, pues  algunas casas subterráneas tienen electricidad.


Las casas-cuevas, fueron ideadas hace siglos con el fin de esconderse de diferentes agresores, por eso es muy difícil encontrarlas en medio de los lomos.

En las puertas hay dibujos de peces, huellas de la mano abierta (símbolos de oración a la Diosa Tanit), símbolos que protegen al hogar de maleficios y atraen la buena suerte. En comparación con el calor que hace en el exterior el interior de la cueva es fresco.

Las casas-cuevas suelen tener bastantes habitaciones. Vivir allí, es bastante confortable - en invierno no hace frío y en verano no hace calor.

“Casas como estas ya no se construyen”, - “Tiempos atrás, cuando un hombre joven se casaba, se reunía la familia completa y todos ayudaban a cavar un nuevo hueco en la arena y construían así la casa a la nueva pareja de jóvenes”, afirman los habitantes más viejos del lugar.

Hemos dado un somero repaso a las viviendas-cuevas en algunos países, viviendas que hasta no hace mucho tiempo eran vilipendiadas y condenadas,  y sus moradores marginados por una sociedad prepotente que sólo valora la ostentación despreciando  muchos de los beneficios que la naturaleza nos brinda en sus múltiples facetas, se dice que los antiguos era sabios y sabían vivir integrados en la naturaleza, mucho de cierto debe haber en este aserto cuando la actual sociedad del ocio y el consumo trata de rescatar para uso y disfrute de algunos privilegiados las antiguas viviendas trogloditas, algunas de las cuales han sido transformadas en villa y hoteles de lujo, debe ser cosa del ser atávico que todos llevamos dentro aún en esta era especial y cibernética.

En las páginas precedentes hemos dado un somero repaso a algunas de las culturas que han desarrollado técnicas de excavación para construir templos, edificios públicos y viviendas en la roca en algunos casos similares a las que construían nuestros ancestros, en la páginas siguientes trataremos las construcciones canarias pre-coloniales y veremos que nuestros antepasados no sólo habitaban las cuevas en estado natural como insistentemente y de manera interesada nos vienen propugnando ciertos estamentos oficiales y oficialistas encargados de recrear según modelos etnocentristas la cultura primigenia canaria, pero antes, estimamos oportuno incluir algunos apuntes en torno a la geografía y orografía de Canarias, pues aunque parezca increíble, lamentablemente en pleno siglo XXI son muchos los jóvenes y no tan jóvenes que ignoramos nuestra realidad geográfica tanto como la histórica.

Ello es debido a que tanto el sistema educativo español impuesto en Canarias como los medios de comunicación sociales españoles en las islas-que son casi todos, aún los autodenominados autonómicos- no dejan de bombardearnos artera y continuamente con mensajes subliminales dirigidos a alienar la mente de los ciudadanos. Frecuentemente estos medios tergiversan la realidad informativa empleando términos que aparentemente trasmiten la sensación al lector u oyente de un aparente despiste o desconocimiento geográfico, la verdad es que estos son perfectamente estudiados e impuestos por los jefes de redacción de los diversos medios de comunicación, verdaderos cancerberos de los dogmas emanados desde la metrópoli y de los políticos de servicio locales, así nos vemos sorprendidos con  disparates como los siguientes; “En el Sur de Tenerife s ha inaugurado el hotel más moderno de Europa” “Fuerteventura es la isla del continente europeo que menos pluviosidad recibe al año” “Con las obras del nuevo dique semisumergido, el puerto de Las Palmas de Gran Canaria continuará estando entre los diez primero del viejo continente” “ “El tubo volcánico de la cueva del viento en Icod de los vinos es la gruta más  larga de Europa.” “Arafo tiene el mayor número de pozos de nieve acreditados de toda Europa.” Y así, infinidad de estas interesadas incogruencias.

Afirma mi amigo Bentakayse que “la palabra no es inocente” aserto con el que estoy totalmente de acuerdo. Decía un ministro Nazi de propaganda que una mentira por increíble que esta sea si se repite continuamente acaba siendo aceptada como verdad, y de esta técnica saben mucho los estamentos coloniales en Canarias, fruto ello es el hecho de que una gran parte de la población canaria tiene asumido como realidad incuestionable la falacia de que somos europeos y de que estamos situados físicamente en Europa.

 Geografía y Orografía de las islas Canarias


Canarias es un archipiélago con una extensión de 7273 km2, (sin contar las Islas Salvajes, bajo administración portuguesa) situado en el Atlántico situado frente a la costa noroeste de África, entre las coordenadas 27º 37' y 29º 25' de latitud norte y 13º 20' y 18º 10' de longitud oeste (esta situación implica una diferencia de una hora entre Canarias y la península ibérica, es decir, en Canarias la Sol sale una hora antes.) La distancia a nuestro continente es muy pequeña, de tan sólo 95 km., en el punto más próximo, si se compara con la que lo separa de las tierras europeas: 1.400 km.
Está formada por siete islas mayores: Esero (El Hierro), Ghumār (La Gomera), Benahuare (La Palma), Chinech (Tenerife), Erbania (Fuerteventura), Tamaránt (Gran Canaria) y Titoreygatra (Lanzarote). Además del Archipiélago Chinijos (La Graciosa, Alegranza, Montaña Clara, Roque del Este, Roque del Oeste, Isla de Lobos, además de las Islas Salvajes las cuales como hemos dicho están bajo administración portuguesa.
Por su origen y evolución íntimamente relacionados con la apertura y expansión del Atlántico Sur y el margen noroccidental del continente, el archipiélago canario no guarda ninguna relación con la evolución geológica de la Península Ibérica ni con Europa.

Desde el punto de vista geológico, el archipiélago se encuentra situado en la zona magnética tranquila del margen pasivo africano. Su substrato es oceánico y se formó al separarse África de América a lo largo de un sistema de rift (la actual dorsal medio atlántica). Es un buen ejemplo de vulcanismo oceánico intraplaca de tipo alcalino.

Origen:

Se trata de una construcción volcánica edificada a lo largo de una dilatada actividad volcánica con emisiones de diverso tipo. Las islas se encuentran sobre la litosfera oceánica en el contacto entre ésta y la litosfera continental de la placa africana.

Las formas de modelado de las Islas Canarias están influencias principalmente por las estructuras volcánicas, su litología y el clima. La combinación de los distintos factores ha dado lugar a una evolución morfoclimática especial, donde aparecen estructuras como calderas, barrancos, terrazas, acantilados, etc.

El proceso de formación se inicia en el Mioceno, aunque el volumen principal de las islas emergidas se formó, en algunos casos, hacia el Plioceno, incluso en el Cuaternario.

Sin embargo, las Islas no presentan la misma edad, dado que su formación no fue simultánea, sino que las dataciones efectuadas sobre las rocas superficiales aportan unas edades de entre 20 y 10 millones de años para las islas más antiguas Titoreygatra, Erbania, Tamaránt, y Ghumār  (Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria y La Gomera) y entre 10 y 0,5 millones de años para las más jóvenes Chinech, Benahuare y Esero (Tenerife, La Palma y El Hierro). De igual modo, hay que señalar, que cada isla es el resultado no de un único episodio eruptivo, sino que se ha formado por etapas o ciclos eruptivos relativamente cortos, separados por largos períodos de inactividad volcánica en los que actuó, tras la emersión del edificio insular, la erosión. En cada ciclo, la superposición de nuevos materiales extendía y elevaba los edificios insulares.
Uno de los rasgos más característicos del relieve canario y que en primera instancia llama la atención, es la altitud que llegan a alcanzar los edificios insulares. A pesar de su reducido tamaño, el apilamiento de materiales que se ha dado a lo largo de su historia geológica origina estos continentes en miniatura’ sobre el océano. Cada una de las Islas suele tener su máxima altitud en las zonas centrales, y a partir de ahí va disminuyendo hasta llegar al litoral. Titoreygatra y Erbania (Lanzarote y Fuerteventura) constituyen una excepción. Son las islas más bajas y llanas, cuyo relieve ha sido arrasado por la erosión durante periodos temporales más largos que en las demás, pues se trata de los edificios insulares más antiguos del Archipiélago. Esto también ha provocado que estas dos Islas sean tan áridas, ya que las nubes cargadas de humedad que traen los vientos alisios, pasan de largo sin provocar la precipitación de niebla o lluvia horizontal.
Las mayores altitudes en Canarias están constituidas por el Teide en Chinech (Tenerife) (3.718 m, el pico más elevado de las islas), el Roque de los Muchachos en Benahuare (La Palma) (2.423 m), el Pico de las Nieves en Tamaránt (Gran Canaria) (1.949 m), Malpaso en Esero (El Hierro) (1.501 m), Garajonay en Ghumār  (La Gomera) (1.487 m), Jandía en Erbania (Fuerteventura) (807 m) y Peñas del Chache en Titoreygatra (Lanzarote) (671 m).

En la línea de Edafología, la profesora Inmaculada Menéndez en colaboración con profesores de la Universidad, de la de La laguna y de otros centros extranjeros, investigan sobre el polvo atmosférico procedente, en gran parte, del vecino Sahara, el mayor desierto a nivel mundial, y sobre las consecuencias de éste cuando se deposita en el suelo. “Analizamos su procedencia y trayectorias de viaje, la distribución de tamaños de las partículas de este polvo sahariano y su composición geoquímica y mineralogía”.

Esta línea de trabajo es de gran interés debido a que se ha detectado que los suelos de Canarias tienen, en gran medida, un aporte de este material externo, el polvo sahariano. “Hay en concreto un mineral, el cuarzo, que está ausente en las rocas de las Islas, llegando exclusivamente con el polvo sahariano”. La profesora Menéndez comenta que, fácilmente, más del 30% del material que forma el suelo es de origen externo a las islas, llegando éste por vía eólica, como polvo atmosférico.

Carta de agradecimiento de un aristócrata canario al Presidente del Gobierno de España


Carta de agradecimiento de un aristócrata canario al Presidente del Gobierno de España

Exmo. Sr. D. Mariano Rajoy y Brey
Presidente del Gobierno del Reino de España
Palacio de la Moncloa.
Madrid. España

Mi muy estimado Mariano.

Comienzo por tutearte como muestra de aprecio a la gran labor que estás desarrollando en pro y beneficio de las familias que durante siglos hemos mantenido la españolidad y el buen orden cristiano en esta alejada colonia africana –que los nativos llaman Comunidad Autónoma de Canarias- conquistada para la cristiandad y el engrandecimiento de la madre patria España por nuestros antepasados con gran esfuerzo y sufrimiento y donde hemos ido dejando, en prueba de nuestra hidalga y señorial bonhomía, parte de lo que por derecho de conquista nos correspondía para proveer las necesidades más perentorias de esas clases humildes –que aquí llaman “magos”, “mauros” y otros epítetos- y para fomentar empleos, industrias y comercios que realicen por su cuenta aquellos trabajos no dignos de nuestras nobles estirpes pero que son imprescindibles para la correcta y total obtención de nuestro lucro final sin óbice de que, por ello, obtengan a su vez moderados beneficios.

No es este, pues, el tuteo que se emplea con los vasallos o las clases inferiores sino el que se da “inter pares” (no “Primus” que eso le corresponde a S.M. el Rey) ya que, aunque no pertenezcas aún a la nobleza estoy seguro que como con el Marqués de Arias Navarro, el Duque de Suárez y el Marqués de la Ria de Ribadeo y Grande de España  Leopoldo Calvo-Sotelo, nuestro amado Juan te buscará algún condado por los servicios prestados. Incluso creo que si sigues en el laudatorio camino que has emprendido podría llegar a ser un Ducado, ya que Juan es así de generoso con todos los ex-Presidentes retirados del Gobierno del Reino de España, aunque alguno, desprovisto del específico gen de la Nobleza como el tal Felipe González, lo haya insensatamente rechazado y a otros, como el gran José María, aún no se le pueda conceder por seguir dedicado a la política dentro de la FAES.

A veces creo incluso que nuestro amado monarca se pasa con esto de los Títulos y Cartas de Nobleza porque solo eso justifica que tengamos hoy como marqueses deportivos a Samaranch y a Del Bosque, que ni siquiera cazan osos beodos o elefantes, o marqueses escribidores como Cela –justificado tal vez por sus servicios como censor en el franquismo- o Vargas Llosa que sus servicios a nuestra clase los ha prestado en nuestra antigua colonia del Perú. Más lógicos son los marquesados de banqueros como Alonso Escámez, José Miguel Sánchez o la esposa de Emilio Botín, que bien sabidos son los servicios que nos prestan estos caballeros, o los concedidos a empresarios como Antonio Durán de Dragados o Javier Benjumea de Abengoa a los que hemos confiado parte de nuestras fortunas para que, como manda la Santa Madre Iglesia, crezcan y se multipliquen. Con lo que tengo invertido en Telefónica tendré cuidado con el Exmo. Sr. Duque de Palma de Mallorca porque, aunque la página oficial de la Casa de S.M. el Rey me dice Juan que “En los últimos años, ha cultivado el interés por las cuestiones sociales y culturales, amén de las deportivas” no las tengo todas conmigo porque estos recién llegados al status no conocen las reglas ni el arte del enriquecimiento a cargo del común y lo convierten en una chapuza vulgar.

Pues si mi estimado amigo. Creo que ha sido simplemente genial por tu parte el planteamiento de la campaña electoral que te ha llevado al Gobierno con mayoría absoluta. No decir nada ni enseñar la patita y despistar al personal con frases como “Quiero dejarlo muy claro para que nadie se llame a engaño. Nos vamos a oponer a cualquier subida de impuestos. Subir los impuestos hoy significa más paro y más recesión y darle un vuelta de tuerca más a la maltrecha economía de las familias y las empresas” logró que una gran parte de esa gente que, por su ignorancia, no entienden el lugar subordinado que deben ocupar en esta sociedad, apoyara sin reservas tu excelente candidatura. Además creo que no hay doblez en esa propuesta puesto que es verdad que a nosotros, las grandes fortunas, clase que siempre hemos detentado el poder económico –hoy el único real-  no solo no se nos han subido sino que se nos permite aflorar por un tributo del 10%, que realmente es el 1%, de lo que el vulgo se atreve a decir que hemos “defraudado, que son aquellos dineros que nos hemos visto obligados por el bien de la Sacrosanta Patria España a mantener oculto de las turbas rojas en los paraísos fiscales de medio mundo. Tu aguda inteligencia y la ayuda del Sr. Montoro nos permite además, a cambio de esa contribución, aflorar también todo lo que tengamos de años anteriores sin pagar nada y, claro está, que sin tener que aclarar su procedencia pues ya se sabe que nuestra alcurnia nos obliga siempre al bien obrar por lo que estamos por encima de cualquier sospecha que el vulgo pueda albergar, pero aún no se que hacer porque mis abogados me dicen que hay formas aún más baratas de aflorar ese dinero que tengo hoy en las Bahamas y que he acumulado con mi esfuerzo.

Entiendo además perfectamente y comparto sin reservas que te hayas visto obligado a decir, antes del proceso electoral, que “Le voy a meter la tijera a todo salvo a las pensiones públicas, a la sanidad y a la educación” cuando todos sabíamos de la necesidad de ir trasvasando la inversión estatal de la esfera pública a la privada en temas como la educación y la sanidad. Además de nuestros exclusivos colegios –que poco van a variar- tenemos que apoyar con todos los medios el enorme esfuerzo que hace con sus centros de enseñanza nuestra Santa Madre Iglesia siguiendo las sanas directrices del Santo Padre  que nos difunde la Conferencia Episcopal y conservando los valores cívicos que con el Caudillo se enseñaban en la asignatura de “Formación del Espíritu Nacional”. Si se hubiera mantenido este espíritu en la enseñanza no tendríamos hoy problemas de promiscuidad, homosexualidad, libertinaje y apetencias de una igualdad imposible no solo de sexos sino de clases, que pretenden esos descamisados. Igual te digo con la sanidad. ¿Cómo se puede entender que cualquier trabajador manual pueda pretender tener la misma que una persona como yo? El que quiera salud que se la pague. Además,  has dado en este capítulo una muestra más de tu amor a nuestra historia y tradiciones al suprimir un medio millar de fármacos de la financiación pública para dolencias y enfermedades que toda la vida nuestros campesinos se han tratado con agüitas, tisanas, cataplasmas de mostaza, ventosas y que forman parte de nuestro acervo cultural.

Aplaudo además con entusiasmo la iniciativa de subir el IVA, sobre todo a cuestiones tan superfluas como el material escolar o los servicios funerarios. De todas formas esto último me afecta en menor cuantía porque ya poseemos panteón mortuorio familiar con las armas de mi familia talladas en piedra de Arucas. Genial el negar en tu programa que se pudiera subir ese impuesto y luego subirlo. Realmente esos rojillos no pueden negar que el IVA es un impuesto igualatorio porque todos, pobres y ricos, aristócratas o vulgo, pagamos lo mismo. ¿Habrá algo más igualitario? Importante también que ese dinero y los prestamos de Europa se destinen a salvar y sanear el sistema bancario. A mi me ha reportado además pingües beneficios invirtiendo en bonos y obligaciones de tu gobierno, favorecido por la subida de la prima de riesgo. Lamentable lo de algunas Cajas de Ahorros como la de mi amiga Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, Condesa de Murillo y Grande de España, en que tenía algún dinerillo en participaciones preferentes más bien por hacerle un favor y no me avisó con tiempo para recuperarlo, como hizo un sobrino político de mi esposa miembro del Consejo de Administración de Novacaixagalicia que, antes de cobrar una miseria de 19 millones por prejubilarse, me llamó para que liquidara las que allí tenía.

Tu persona, estimado amigo, está logrando muchas cosas que ni siquiera con el llorado Caudillo alcanzamos y, además, siguiendo sus añorados métodos - como debe de ser- de considerar la resistencia pasiva como un atentado contra la autoridad con lo que has metido en vereda a esos salteadores de los Sindicatos, a los mugrientos revoltosos que se oponen a los desahucios y otras medidas de salvaguarda del orden y la propiedad, y a los criminales mineros, todos ellos comunistas, separatistas o anarquistas enemigos de Dios.

Para no alargarme mucho en este panegírico que sobradamente te mereces quiero, por último, agradecerte mucho que metas en cintura a todas las Autonomías díscolas y derrochadoras y protejas a las que como Valencia y Madrid siempre han estado por la sacrosanta unidad de España. A este respecto te diré que nuestra élite aristocrática está tratando con Juan para que al benemérito Carlos Fabra le dé un título, aunque sea pequeñito, y proponemos el de Vizconde del Aeropuerto y, si no puede ser, el de Barón de Lucena del Cid donde al primero de esa saga caciquil,  Victorino Fabra – el ”Agüelo Pantorrilles”- que presidió la Unión Liberal y la Diputación de Castellón desde 1871 a su muerte, diputación que desde entonces ha sido presidida –con alguna breve interrupción como con la nefasta República Española- por 5 generaciones de Fabras lo que convierte su caciquismo en hereditario y digno pasar a ser de la nobleza, cualidad que su visatataranieta,  Andreita Fabra, acreditó sobradamente con el ¡que se jodan! dirigido a los vagos que aún  siguen en el paro. Esos honores los ganó D. Victorino a la sombra de un gran soldado español –nacido por accidente en Tenerife- el General O’Donell que en esa zona del Maestrazgo ganó el título de Conde de Lucena y Vizconde de Aliaga que remataría luego frente a los moritos en Tetuán  y pasó a ser Duque de Tetuán. También debes de apoyar a Paulino en Canarias. Es un maguito algo ladrador pero muy fiel a la Corona de España que con su partido de Coalición Canaria,  los partidos españoles y un muy estudiado sistema electoral que impide el acceso a las instituciones de elementos perturbadores mantienen la españolidad de esta tierra que algunos se atreven a poner en duda  y que, gracias a ellos y a algún ilustre canario hoy ministro preclaro de tu gobierno como J.M. Soria –para el que pedimos el título de Guanarteme Petrolero- podemos en esta colonia mantener el dominio de la Madre Patria y sin algaradas callejeras, aún con cifras de 300.000 parados y 700.000 canarios por debajo del umbral de la pobreza y con los sueldos más bajos del Estado.

Firmado: Teódulo Luis María Francisco de Paula Benítez de Pontevedra  Mussiu-Fernández del Camino y del Hoyo Sorzalano, Marqués de La Fuente de Anaga, Conde de Chasna y Marqués de Galdar-Guía.

Carta apócrifa, aunque plausible, transcrita en Gomera a 1 de agosto de 2012 para su público conocimiento por el amanuense

Francisco Javier González