viernes, 21 de junio de 2013

NUEVAS EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS EN LAS CANARIAS OCCIDENTALES





Un venturoso azar hace casi coincidir la tirada de este vo* lamen de los Informes y Memorias de la Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas con el décimo quinto aniver­sario de la creación de este organismo en los días postreros de la guerra civil, en una fecha por tanto propicia al balance de l& obra realizada y la que quedó por hacer, siempre en función de nuestros medios económicos, que sólo comienzan a ser rea-lidad en el verano de 1942,
Calificamos de venturoso el azar, por ser precisamente la prehistoria canaria la que ocupa este volumen, y ser la prehis-toña canaria una de las creaciones y realizaciones que más le­gítimamente enorgullecen a la Comisaría General y con ella a la Dirección Gener&l de Bellas Artes y al Ministerio de Edu­cación Nacional.
Tal vez pueda sonar extraño el que se diga creación y rea" lización hablando de investigación prehistórica canaria, puesto' que precisamente el azar también hace que en estos días se cumplan los setenta y cinco años de la aparición de aquel libro memorable que fue, o debía haber sido, las "Ántiquités cana-riennes" de Sabin Berthelot (París, Pión, 1879), que está en la mente de todos.
La investigación prehistórica cañaría, que alcanzó gran auge en el siglo XIX, y a la que hicieron progresar grande­mente Berthelot y Rene Verneau, se ha resentido siempre de un fetichismo textual que manejaba, y revolvía textos de los viejos cronistas e historiadores de las islas Canarias, de los que se pretendía y se pretende extraer todavía, toda la 'sapiencia en cuanto se refiere a la historia primitiva canaria.
El''aislamiento" de la islas Cañarías, unido ala idea dieci­ochesca y romántica, de "el buen salvaje", desorbitó los pro­blemas, según queda patentizado en las pedantescas historias, con su ¡buena dosis de ciencias naturales del siglo XIX. Re­construcciones anticientíficas, sin el más elemental método (que ya en el mundo se estilaba), en que se barajaban a placer y sin criterio los textos, las "etimologías" y un poco de antro­pología casera, son las que estaban y aún están a la orden del día.
El feliz camino que S. Berthelot había marcado, & pesar de todos los errores de la época en su preclaro libro, era ignorado por los canarios, lo mismo que lo ignoraban los peninsulares, salvo la excepción feliz y también estéril de M. Menéndez y Pelayo, que en su "Historia de los heterodoxos españoles" in­cluyó, prolijamente, en la historia primitiva general la de las z'sfeis Canarias.
Peninsulares -e insulares olvidaron la comunidad de muchos de los problemas de historia primitiva española, tanto para la Península como para las Islas, y no hubo inconveniente en mutilar aquella "ex silentio". La mejor prueba de la ausencia de Canarias en la historia primitiva general española, y viceversa de lo peninsular en el archipiélago, está en la realidad que en los índices de la Etnología de la Península Ibérica de Pedro Bosch Guimpera (Barcelona, 1932) no existe el topónimo Ca­narias, a pesar dt que hacía medio siglo entonces que rodaba por el mundo el mentado libro de S. Berthelot.
Desde Beríhelot, que representó un avance al pretender rei­vindicar el método arqueológico y la arqueología comparada para Canarias, no hay más que lamentable retroceso, sin que lo puedan paliar, antes al contrario, las destrucciones y rebus-[…]


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