sábado, 8 de junio de 2013

CORPUS CHRISTI






El pagano “comerse a Dios”, las particularidades de la aparentemente cristiana fiesta de la eucaristía.
¿De dónde vienen las muchas ceremonias que imprimen su sello al carácter de la Iglesia, especialmente de la Iglesia católica?

¿De dónde viene, el denominado día del Corpus, y qué significa “corpus”? La El día del Corpus significa la adoración del cuerpo de Cristo, o de aquello que la Iglesia considera católica el cuerpo de Cristo, esto es, la hostia. Según la creencia católica la hostia es el cuerpo de Cristo, pero no solo simbólicamente sino de hecho. Esta enseñanza fue dogmatizada en el año 1215 en el concilio lateranense, y no tiene nada que ver con el cristianismo de los orígenes. En el día del Corpus la hostia se saca a pasear en procesiones y es mostrada a todos como señal de los poderes supuestamente mágicos que partían de ella.

 Como sabemos, los primeros cristianos no tenían ninguna cena ritual. Comían juntos sencillamente, tomaban una comida festiva, la comida del amor, el ágape. Y de este ágape se desarrolló después la cena ritual de la Iglesia, que tiene un origen pagano. En los cultos paganos, tales cenas existían de múltiples maneras, en parte cenas sangrientas donde se sacrificaban animales, como por ejemplo en el culto de Mitra o en el de Atis.

En parte había también comidas en las que se tomaba agua y pan, o vino y pan. Estos son los comienzos de la cena ritual que luego se asentó en la Iglesia católica. Tanto hoy como en aquel entonces, la base era el concepto de que mediante el sacrificio – de un animal o justamente de un Dios que se sacrifica por los hombres o es sacrificado- las personas estarían liberadas de la carga de sus pecados. Entonces ellas mismas ya no necesitan hacer nada, no necesitan volverse activas, no necesitan trabajar en sí mismas, no necesitan cambiar ellas mismas, sino que mediante ese sacrificio quedan ya supuestamente redimidas como de manera automática. 

 Las similitudes con el paganismo son notables, y con toda seguridad no casuales. También en el culto pagano a Osiris se creía realmente lo mismo que los católicos tienen que creer hoy en día: que en la “cena sagrada”, se comen la carne del dios sacrificado. Según el historiador francés Robert Kehl, incluso la fórmula de transformación que se utiliza en las misas católicas actuales se encuentra esencialmente en aquellos cultos paganos, de donde se ha transmitido textualmente “Dí siete veces: Tú eres vino”- entonces viene la transformación- “No eres vino sino la sangre de Osiris, las entrañas de Jao”- y con ello estamos ya con la carne.

 Las fiestas paganas de la eucaristía tienen mucho en común con las actuales misas católicas. En aquellas otras el sacerdote se lavaba antes las manos, era asistido por monaguillos, había vestiduras especiales para la misa; además se utilizaban hostias con crucifijos tallados. En los momentos culminantes de la festividad- por ejemplo cuando se muestra la hostia o el cáliz, o el “dios”-se dice que los dos monaguillos que el sacerdote de Isis tenía a su lado agitaban el sonante sistro egipcio, que corresponde a la actual campanilla católica de los monaguillos.

 ¿Puede alguien imaginarse que Jesús el Cristo, habría puesto en escena un culto o un espectáculo semejante durante Su última cena? Seguro que no.

 ¡Esto no es lo que enseñó Jesús de Nazaret! El pan y el vino deberían servir únicamente como símbolo de la entrega de Su cuerpo y de Su sangre. Hacer de ello una ceremonia va en contra de lo que Jesús el Cristo quería y quiere.

 Cuando en el día del Corpus es llevada la hostia por las calles en una procesión festiva, también este rito procede del paganismo, pues p. ej. , en el antiguo Egipto era costumbre realizar procesiones en que las divinidades eran transportadas en relicarios por las calles, como puede leerse todavía en la piedra de Rosetta.

 Pero esto la Iglesia lo ha estipulado férreamente. En el libro de Neuner Ross (que recoge las enseñanzas genuinas del catolicismo) puede leerse: “Quien diga que en el sagrado sacramento de la eucaristía , Cristo, el único Hijo nacido de Dios, no pueda ser adorado con el homenaje externo que requiere la veneración a Dios y que por ello Él tampoco debería ser homenajeado con una fiesta especial ni menos se le debería llevar solemnemente de un lado a otro en procesiones de acuerdo con los loables y ampliamente extendidos usos y costumbres de la Santa Iglesia, o que no se debería mostrarlo públicamente al pueblo para que lo adore y que los que lo adoran son idólatras, quien diga esto ha de ser excluido”. Sabemos que “excluido” significa en última instancia tanto como “condenado”.

 Lo que sabemos de la procesión del Corpus y de otras muchas cosas ya existía efectivamente en los tiempos del paganismo. Aquí se llega hasta los detalles más mínimos. También en el paganismo existían los lugares donde había que detenerse, los altares que los creyentes podían erigir antes sus casas y donde después la procesión se detenía brevemente. Había procesiones nocturnas con antorchas y velas, en las que se cantaban diversas melodías. También había nuevos iniciados vestidos de blanco- pensemos en los niños durante la primera comunión- etc. Y estos rituales paganos los encontramos hasta en los más ínfimos detalles en los de la Iglesia católica.
 
Por otro lado, existe desde el punto de vista católico la denominada “profanación de la hostia”. Todo aquel que no trate la hostia como debería hacerlo de acuerdo con la fe católica es considerado un sacrílego. En tiempos pasados eran ajusticiadas por la Inquisición. Sobre todo se culpaba a los judíos de profanar las hostias. Hace pocos años, en Indonesia se condenó a un hombre a varios años de prisión por haberse llevado a casa una hostia bendecida por un sacerdote.

 En el paganismo se creía que mediante los rituales, la fuerza de la deidad se traspasaba a los hombres. Una semejante transmisión de fuerzas mágicas la encontramos todavía hoy en la Iglesia católica. Los católicos están convencidos que cuando van a comulgar experimentan un fortalecimiento especial en su alma. Este dogma de que la divinidad está presente de forma real en la hostia y en el vino era ya en la antigüedad objeto de discusiones. Doctores de la iglesia y también Papas se opusieron a ello hasta que en el año 1215 esta tesis fue declarada definitivamente como dogma.

 Una persona moderna que piensa, puede que en este caso se quede perpleja y se pregunte: ¿No es una forma de canibalismo, cuando un Cristo real- en forma de hostia es comido por los fieles? Seguro que es así. En las culturas de la edad de piedra se partía de la base de que la fuerza del enemigo muerto se traspasaba al que la comía. En este caso es algo similar.

 Hay que decir a este respecto que los sacrificios de toros en el culto a Atis fueron realizados bajo la actual basílica de san Pedro .Bajo ella hay un altar pagano de sacrificio donde se llevaron a cabo tales sacrificios sangrientos a aquel dios “(Robert Kehle, obra citada)

 
Del Tomo 2 del libro de Vida Universal “¿Quién está sentado en la silla de san Pedro?” 

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