Prólogo
El "Estado nación" se convirtió en la única forma
de organización política reconocida como legítima y la única con atribuciones
soberanas. Los Estados nacionales, siguiendo el modelo forjado durante la
revolución francesa, se concibieron tal que entidades políticas étnicamente
homogéneas (cada nación un Estado). Desde la República de Canarias,
como gobierno paralelo al estado colonial, ejercemos en base al pacto nacional,
en Unidad por la
Descolonización e Independencia, para Conseguir el Estado de la Nación Canaria como
futura República Federal e independiente.
Cuando la ONU
habla de pueblo colonial se refiere al que habita en un territorio que está
separado geográficamente del estado que lo administra, en éste sentido la
situación Canaria es contundente. Concluyentemente y según instituyen
principios de las Naciones Unidas, dentro del Capítulo XI de La Carta, las Islas Canarias
reúnen cada una de las circunstancias considerables para declararlas como
Territorio No Autónomo. Por lo tanto, llegar a alcanzar un incuestionable
derecho a fin de que La
Asamblea General asuma su descolonización.
1._ Canarias
no posee Jurisdicción en lo económico, lo social y lo cultural.
2._ En Canarias no se tiene en cuenta la opinión de la población
autóctona (opinión que ha de expresarse libremente, con conocimiento y
promedios democráticos), acerca del status político del territorio o del cambio
de ese status político. Es más, en las votaciones, dentro de la islas, aflora
una masiva participación de colonos inmigrados.
3._ En Canarias no hay libertad de selección. No existe la
libertad de escoger entre varias posibilidades, sobre la base del derecho de
libre determinación de los pueblos, inclusive la de la independencia.
4._ Consideraciones geográficas: Canarias está en el
continente africano y no en Europa. Las islas fueron conquistadas (siglo XV) y
colonizadas en reiteración por "España", tras serias contiendas que
abarcaron casi una centuria, incluso registrándose insistentemente, hasta nuestros
días, patentes discordias tras la imposición española del siglo XVIII.
5._ Consideraciones étnicas y culturales: La población
autóctona de Canarias se diferencia de la de los conquistadores y colonos en
general, resultando evidentes divergencias étnicas, socioculturales y
político-económicas.
Tras los acuerdos entre conquistadores y guanches a fin de
conseguir liquidar una tortuosa contienda que no vislumbraba fin, considerando
como el más relevante al pacto suscrito entre Tenesor Semidam (Hernando de
Guanarteme) y Fernando de Aragón, al cual se le podría denominar “Pacto de Calatayud”
(circunstancia que propició el título de Rey de la Gran Canaria a
Hernando de Guanarteme), en Canarias se pudo formalizar una situación nacional
en línea a lo que modernamente se conoce como estado nación, con total
soberanía territorial, independencia política, económica y militar. Pero, el
tiempo de conquista así como el espacio de transición desde su final hasta la
efectiva materialización de lo que igualmente podríamos calificar como
"fuero de Canarias" (en su conjunto de reales cédulas y ordenanzas de
consejo), resultó imputablemente hostil para los autóctonos. Posteriormente,
dos siglos más tarde, se hace obligado matizar, efectuando la correspondiente
denuncia, que la razón española impuesta por Felipe V (siglo XVIII) soslayó los
legítimos derechos nacionales de Canarias. Bajo la ilegalidad impuesta por el
estado español se obvió la justa condición canaria, de "estado
nación", intencionando forzar y explotar deliberadamente a las islas como
una deprimente “provincia española de ultramar”. Insistimos, el estado español
nos posee de forma ilegal. La serie de pactos firmados tras la conquista se
violaron descaradamente. Y, si bien es cierto que los documentos originales de
estas declaraciones desaparecieron, seguro que de forma predeterminada por la
insipiente españolidad, no menos lo es que existe un cúmulo de evidencias categóricas,
las cuales, en su conjunto resaltan de forma concluyente el verdadero estatus,
usurpado, que debería poseer la nación canaria.
Seguidamente exponemos evidentes muestras del alzamiento
canario, siempre frente a las constantes pretensiones colonizadoras. Podemos
darnos cuenta que cuando más resultan patentes es en el proceso de transición,
tras el oficiado final de la conquista en 1496, hasta alcanzar el citado
"Fuero" que nos otorgó los derechos nacionales, para luego
manifestarse de forma contundente un malestar generalizado, después del siglo
XVIII, ante las imposiciones centralistas españolas. Realmente, tras la
conquista solo hemos tenido un siglo de prosperidad, el XVII, poco duró.
El espíritu de libertad de los isleños, manifestado en
innumerables disputas contra el señorío e impuestos intereses de la corona
“española”, nunca dejó de hacerse patente; desde la resistencia en las
fortalezas canarii (Ajodar, Ansite…, siglo XV); las continuas sublevaciones
gomeras, como la Revolución
de los Gomeros (1488); pasando por los alzados en las cumbres de Tenerife
(registrados, incluso, hasta el siglo XVII); el rebelde Menceyato de Ichasagua
(Adeje, 1502); alzamiento en Garachico (1666); rebeldía herreña, amotinamiento
de toda la isla (1718), motín en Agüimes (1718); el asalto al Cabildo de
Tenerife y quema del censo fiscal; ajusticiamiento del Intendente Ceballos
(1720); nuevas sublevaciones contra los señores de La Gomera (1743); comienzan
las Tertulias de Nava en las Palmas y el Ateneo en la Laguna (foco e inspiración
ilustrada de sentimientos soberanistas, 1757); más tumultos en las Palmas
(1760); motín en Lanzarote (1762); nuevamente, sorprendente sublevación en la
isla de la Gomera
contra el Señorío y la Corona
(1762); motines en Gran Canaria y Tenerife (1770); nuevos motines en la Aldea de San Nicolás (1777);
levantamientos en Tenerife y Gran Canaria (1778); más motines en Tenerife y
Gran Canaria (1787); siguen los motines en Gran Canaria (1797); revueltas en
Telde (1799); levantamiento del pueblo de Arucas contra el mayorazgo (1800);
prosiguen los motines en la
Aldea de San Nicolás, esta vez y por la fuerza, los naturales
ejercen en recuperar sus tierras, antaño comunales y que les habían sido
expropiadas, entonces en propiedad del marqués de Villanueva del Prado (1808);
Creación en Tenerife de la
Junta Suprema de Canarias y el Cabildo General Permanente
(gestándose serios planes para crear una república independiente en Canarias,
1808, luego, suprimida por la
Junta Central de Sevilla, 1809); motines en la Orotava (1810); surgen los
movimientos de emancipación colonial en América con gran protagonismo de
canarios, el primer grito por la independencia para América no fue
pronunciación de Bolivar sino debido al canario, herreño, Francisco de León
(1810); Gran Canaria, sublevación autóctona por defender y mantener el Monte de
Doramas, ante la ya entonces especulación colonialista (1823); Luís Folgueras
Sión (I Obispo de Tenerife), alarmado, causa del ambiente revolucionario bien
preparado y dispuesto para reclamar la independencia de Canarias, fue el
responsable en alerta al poder español a fin de que arribara en nuestra nación
el Regimiento de Infantería de Albuera, Séptimo Ligero con base en Ceuta,
completamente municionado y en plan de guerra y conquista, al mando del
teniente coronel mayor don Miguel Peirson, para acabar con los inicios del
Primer Movimiento Independentista de Canarias (Tenerife, 1827); Secundino
Delgado crea el primer partido nacionalista de Canarias (PPA, 1890); José
Cabrera Díaz prosigue, desde Cuba, el trabajo independentista de Secundino
(PNC, 1924); surgen nuevas inquietudes independentistas desde la Universidad de la Laguna (RIA, 1948); en las
Palmas, el abogado Fernando Sagaceta protagoniza el agrupamiento clandestino
Canarias Libre, y, en la ciudad universitaria de la Laguna, sobresaliendo Antonio Cubillo, el MAC
(1959); Nuevamente Antonio
Cubillo Ferreira, proclama desde Argelia el MPAIAC, llevando
la demanda de descolonización hasta las puertas de la ONU y sufriendo, por ello, un
atentado terrorista de estado (1964); rotunda huelga general tutelada por el
sindicato independentista CCT, apoyada por las clases trabajadoras canarias y
los estudiantes, debido a la desidia laboral en casi todos los sectores
estratégicos del sistema económico en la colonia canaria, trascendidamente,
produciéndose reaccionarias y violentas represiones hacia la población en la
ciudad de Agüere, resultando múltiples incidentes, daños físicos y materiales,
vejaciones morales y un disparo mortal dirigido al joven estudiante Javier
Quesada, todo por parte de las fuerzas españolas del orden colonial (dramático
mes de diciembre en 1977); se gesta la
Unión del Pueblo Canario (UPC) con la inicial intención de
ejercer por el derecho de la autodeterminación de Canarias (con unos excelentes
resultados en las votaciones de 1979); se estructura el Movimiento de
Liberación Nacional Canario (MLNC) a fin de luchar por la independencia
política y económica del archipiélago, "por el ejercicio de la soberanía
popular en el marco de un estado canario independiente de España" (San
Sebastián de La Gomera,
1999); se reconstituye el histórico Menceyato de Adeje, proclamándose la República de Canarias
cual gobierno de la nación canaria, soberano, paralelo al estado colonial y
transitorio, hasta la efectiva materialización del estado archipielágico como
República Federal Canaria, independiente, (2002); el CNC, bajo la dirección
de su presidente Antonio
Cubillo Ferreira, redacta el primer anteproyecto de
constitución para la venidera República Federal Canaria, expuesto para su
debate y consenso (2008); se revisa, reafirma y refuerza, la Proclamación de la República de Canarias,
refrendada en el 2002, con el Pacto Nacional para Conseguir el Estado De La Nación Canaria,
siempre como gobierno paralelo al estado colonial y con el fin de hacer
partícipe al pueblo canario, frente a los intereses oligarcas, en el trabajo
por la descolonización e independencia de la nación canaria (2008).
Desde el debilitamiento del MPAIAC, por 1979, hemos
padecido una modorra nacionalista que solo ha beneficiado al colonialismo
español, y, debido a la globalización actual, también, al colonialismo
internacional. En la actualidad, nuestra naturaleza y nuestra cultura están
pagando tamaña negligencia. ¡Nunca las Islas Canarias han sufrido tremenda
devastación en tan solo cuatro décadas! En los últimos cuarenta años el pueblo
se ha aletargado ante las ficticias bondades de una social democracia española,
enmascarada, que no es sino depravado colonialismo con su consecuente
corrupción, especulación, masiva inmigración, marginación, paro y pobreza para
los autóctonos. Crecen, como enanos, partidos que se dicen nacionalistas, los
cuales, a lo que más aspiran es a un faldero federalismo y seguir absorbiendo
del biberón estatal, así, alimentándose de remuneradas prebendas.
El trabajo desde los ayuntamientos es factible, como
efectivo método de concienciación ciudadana. No obstante, debemos ser
consecuentes ante el hecho de que Canarias nunca alcanzará su independencia a
través de unas elecciones dentro del estado español. El pretender actuar de tal
modo, cual estrategia, redundaría en la pérdida de valioso tiempo, además,
regalándolo para lucro del colonialismo. En éste sentido, necesitamos cambiar
de mentalidad, seguir con los miedos ocultos supone perder horizonte. Tampoco
hay que caer en errores de asimilación ante realidades foráneas y
diferenciadas, caso de Euskadi y su socorrido referéndum de autodeterminación,
o, las aspiraciones republicanas y confederadas (dentro del Estado Español) de
los catalanes; Canarias es materia particular. Nuestro terruño era libre antes
de ser sometido por los “españoles”, esto quiere decir que ya gozaba de
autodeterminación, tal que territorio independiente de un estado que acabó
colonizándonos, paulatinamente, durante 600 años. Por lo tanto, no es
producente enajenarnos ante pretenciosos procesos de autodeterminación, ni
siquiera como etapa previa.
La conquista de la libertad (descolonización e
independencia) solo será factible trabajando para generar la movilización
social, y, exigiéndola en los organismos internacionales. A tal fin, el 24 de
Febrero del 2002 se proclamó la
República de Canarias. Retomando, jurídicamente, la
administración y dirección del histórico Menceyato de Adeje (señero Menceyato,
el de Ichasagua, que ostentó y representa al gobierno global de Canarias, dada
la excepcional circunstancia de ser el único estado autóctono que se erigió
ante la ya existente realidad colonial). Así, de tal modo, ejercer
soberanamente, tanto, en el orden interno, como, en nuestras relaciones en el
ámbito de la
Comunidad Internacional.
12 de Octubre del 2008: Con la intención de revisar,
reafirmar y reforzar al referente gobierno paralelo al colonial estado español,
como adecuado marco para accionar un necesario e ineludible pacto (siempre de
carácter nacional canario y donde se engloben partidos, colectivos e
individualidades, bajo el fin unitario de la descolonización e independencia),
retoma con fuerza el gobierno del pueblo. Entonces, la República de Canarias
consta de: _ ‘Tagoror Nacional’ (Presidencia Colegiada de la República), con la
presencia de 9 ministros caracterizando sus respectivos ministerios, además de
la figura del Notario Mayor y el Secretario de la República; _ ‘Consejo de
Notables’, representantes de todos los estamentos de la sociedad canaria,
colectivos e individualidades (no gozan de voto pero sí de voz), el Tagoror
Nacional antes de legislar y ejecutar debe sopesar lo expuesto por el Consejo
de Notables.
El gobierno de la República de Canarias precisa, elementalmente,
cubrir las diferentes áreas ministeriales como paso esencial para articular su
vida política. Entonces, desde el Consejo de Notables se irá incorporando
personal a la institución, así, reubicándose y removiéndose los ministerios, de
tal modo potenciándose el Tagoror Nacional.
La base de todo estado es su constitución. Uno de los
objetivos del Pacto Nacional para Conseguir el Estado de la Nación Canaria, sin
duda, es el de
gestar una carta magna adecuada a las singularidades de la nación. Dicha y
necesaria labor entra dentro del calendario de la Republica, promoviendo
una venidera Asamblea Nacional Constituyente Provisional. El Anteproyecto de
Constitución de la
República Federal Canaria, a discutir y redactado por Don Antonio Cubillo
Ferreira, lo asentamos como un importante documento al cuál hay que darle forma
desde la pluralidad. Se agradece su encomiable tarea, igualmente la de
ciudadanos como Don Eduardo Pedro
García Rodríguez, entre otros, que nos brindan sus
particulares adaptaciones respecto a la original obra de Cubillo. Entonces, con
la intención de ilustrar el debate público, se proporciona un enlace a través
del cual podemos acceder a diferentes puntos de vistas sobre el proyecto de la
futura Constitución, sirviendo además como una invitación a participar en el
citado foro. Es el
pueblo quien debe ir plasmando, al respecto, sus correspondientes inquietudes.
Necesariamente para orientar a la venidera Asamblea Nacional Constituyente
Provisional, a fin de consensuar con acierto nuestra Carta Magna.
Se Hace fundamental la creación y ejecución del citado
gobierno, siempre paralelo al estado colonial, de consecución virtual, a plena
luz y con todos sus derechos. De tal modo, ensayar la participación del pueblo
isleño en el devenir de su nación. Único mecanismo para evitar que el sutil
colonialismo pueda seguir tejiendo áreas de poder en la futura independencia política
y económica, además, encauzar por nosotros mismos, nunca bajo intereses
geoestratégicos de terceras naciones, las riendas de la futura República
Federal Canaria.
Confiamos en que el resto de las naciones de La Comunidad Internacional,
comprometidas con la causa de la libertad, la justicia y la democracia en los
pueblos, no dudarán en apoyar las justas reivindicaciones del pueblo canario,
sometido a presión bajo la administración del estado europeo denominado España.
En tanto, que, nos acogemos bajo el amparo y protección de la Organización de Las
Naciones Unidas (ONU) y de la
Unión Africana (UA), como organismos garantes de la libertad
de los pueblos.
Desde ahora, El Tagoror Nacional (Presidencia Colegiada de la República) tomará todas
las medidas necesarias que encaminen a la regularización de la vida social,
económica y cultural, igualmente las relaciones exteriores de nuestra nación.
Promulgando cuantas disposiciones de gobierno sean precisas, en beneficio de
los intereses de estado. Por consiguiente, declaramos ilegítima cualquier otra
forma de gobierno que no haya emanado del representativo Menceyato De Adeje.
Realizamos un llamamiento al soberano (ciudadanos y
ciudadanas de Canarias y en el exterior), para que apoyen al gobierno del
pueblo. La participación en él, y el noble compromiso, será esencial para un
productivo gravamen común, siempre en beneficio del futuro de nuestra sociedad
isleña. Hagamos que la patria ocupe el lugar que le corresponde en el concierto
de las naciones libres del mundo e impidamos que pretensiones colonialistas, de
otros estados y cuales quiera que sean, sigan avasallando a la nación canaria y
a sus legítimos intereses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario