[…],morfosintáctico mientras que la
segunda se orientó sobre todo hacia el aspecto semántico. Los puntos elegidos para realizar las encuestas han sido
los mismos que vienen señalados en el
ALEICan para la isla1, aunque sin referirnos a Las Palmas, que, al
tratarse de una capital, requeriría una metodología diferente al resto de las
localidades (metodología que ya había sido aplicada por Alvar en un interesante estudio donde se tenía en cuenta la
estructuración por capas sociales2).
El otro punto al que tampoco nos referimos es Arguineguín, localizado en el sur grancanario y que no es más que un
enclave que se reparten los municipios de San
Bartolomé y Mogán.
Paralelamente utilizamos el Cuestionario del ALEICan, de Alvar (La Laguna, 1964), pero no nos limitamos a aplicar cada
cuestión tal y como allí se plantea,
sino que ante cada pregunta suponíamos todas las posibles formas de contenido a
fin de comprobar si se hallaban o no lexicalizadas. Así, no nos conformábamos
sólo con preguntar por el nombre de la elevación del terreno alargada, sino que además preguntábamos por el
posible nombre de la elevación del terreno
que fuera no alargada, o alargada y afilada, o alargada y plana, etc., de
manera que cubriéramos, al menos teóricamente, todo ese continuum, sin dejar lagunas estructurales por nuestra parte. Serían los hablantes quienes nos habrían de confirmar si, en
efecto, esa zona de la realidad se
hallaba lingüísticamente estructurada o no.
Naturalmente,
la utilidad del cuestionario, planteado de esta forma, tenía una finalidad puramente semántica. Los datos de tipo fonético e
incluso morfosintáctico se obtenían
directamente de ahí y de las numerosas conversaciones (unas setenta horas) que sostuvimos sin utilizar el
cuestionario. Bastantes notas fueron
tomadas, sin embargo, una vez concluidas las grabaciones, de la observación directa. De esta manera,
los datos obtenidos nos han parecido
abundantes y, por tanto, suficientes para describir las distintas variedades
funcionales que operan en la isla y representar, finalmente, el diasistema que
las explique a todas, estableciendo sus puntos de contacto y divergencias. Al mismo tiempo explicamos las
diferencias individuales y las particulares
de las distintas zonas. Pero al tratarse del análisis del habla de ocho localidades no nos interesaba tanto explicar
cada lengua funcional en sí misma
(aunque éste fue el primer paso que hubimos de dar) sino establecer los lazos que unieran determinados fenómenos, así
como anotar sus variantes y la
vigencia de las mismas, por lo que, grosso modo, llegamos a anotar algunos datos de frecuencias. Estas diferencias se
refieren principalmente al plano
fonético-fonológico y semántico. De todas maneras, el espacio estudiado (el de una isla) no es tan grande como para
encontrar «rarezas» de tipo funcional
o hechos excepcionales. No era eso, de todas maneras, lo que nos preocupaba, sino la descripción estructural de los
hechos.
El trabajo pretende dar una visión general de la
lengua en cada una de estas localidades y, por consecuencia, de la isla. Hemos
analizado los tres planos, el
fonético-fonológico, el morfosintáctico y el semántico.-En el primero nos ha preocupado el análisis de las distintas
tendencias existentes dentro de la isla,
tratar de comprobar cuales son las más fuertes y vislumbrar algunos de los caminos por los que puede seguir el
sistema. También es interesante la
representación del diasistema en el sentido de que nos puede arrojar cierta luz acerca de la cronología de
determinados fenómenos.
El análisis articulatorio de los
fenómenos va acompañado de un análisis acústico que, aparte de completarlo, es capaz de proporcionarnos datos
de interés que el mero análisis articulatorio no
alcanza3. Todos los inconvenien[…]
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