miércoles, 17 de abril de 2013

“La cueva de Los Ángeles, donde El Sauzal guarda sus más viejas leyendas”.





Días pasados el periódico local Diario de Avisos, publico un artículo titulado: “La cueva de Los Ángeles, donde El Sauzal guarda sus más viejas leyendas”.

Reproducimos dicho artículo.

”Lo que hoy conocemos por El Sauzal, y que se denominó así desde antiguo  por los numerosos sauces que lo poblaban, fue un importante enclave en  el Tenerife prehispánico, según las investigaciones realizadas por el  fundador del Museo Arqueológico de Tenerife, Luís Diego Cuscoy. Las  zonas costeras de El Sauzal, beneficiadas con uno de los mejores climas  de la Isla y abundantes recursos naturales, como manantiales de agua,  fue uno de los principales lugares elegidos por los guanches para su  asentamiento. Así lo demuestran las doce cuevas de habitación halladas  hasta ahora por los arqueólogos en este término municipal. En su  interior se encontraron fragmentos cerámicos, decorados, lanzas largas,  tabonas y esferoides de piedra. Una vez conquistada la Isla, el  Adelantado Alonso Fernández de Lugo estableció en El Sauzal el lugar de  residencia de su familia, tras efectuar el consecuente reparto de  tierras entre sus capitanes. Así de la mano de Fernández de Lugo se fundó en 1505 la ermita de Nuestra Señora de Los Ángeles. Muy cerca de  ese emblemático e histórico lugar se encuentra la cueva de los Viejos,  como tradicionalmente es llamada por las personas más antiguas del  municipio, aunque por su situación también se la conoce como cueva de Los Ángeles. Está en uno de los acantilados más atractivos de la costa  norte, a unos 150 metros sobre el nivel del mar, con una profundidad de  30 metros y al borde de la intersección de las urbanizaciones de Los  Ángeles y La Primavera, desde donde se vislumbra la inmensidad del  Atlántico, a la altura de la bahía de Los Parrales. Esta cueva natural,  llena de historia, magia y encanto, citada por escritores, como Luís Ortega Abraham, en múltiples libros, formó parte del hogar y refugio de  los aborígenes guanches, de los cuales se hallaron restos arqueológicos  hoy depositados en el Museo de la Naturaleza y el Hombre. De origen  volcánico, era mas profunda pero por motivo de los desprendimientos  quedó reducida. Después de la Matanza de Acentejo la cueva se usó para  el encierro de unos treinta peninsulares que los guanches tomaron como  prisioneros. Algunos meses mas tarde, aprovechando una tarde de niebla  oscura, los cautivos escaparon por vía marítima a través de la península  de El Puertito. Posteriormente, la finca perteneció al parecer a la  familia Ascanio Monteverde, y a finales del siglo XIX fue comprada por  un matrimonio belga. Fue este matrimonio, de personas mayores, el que  construyó las estatuas de los viejos con una cruz en el medio, en honor  y símbolo a su devoción cristiana y a las figuras físicas de ambos. Aún  se conservan, aunque no en muy buen estado. Las versiones populares  recuerdan que fue un lugar de visita muy frecuente y de excursiones  organizadas desde las antiguas escuelas de El Sauzal, como salidas con  carácter de ocio y tiempo libre. Debido a la belleza y singularidad del  paraje, se han rodado varias películas en esta famosa cueva que, a pesar  del tiempo, conserva la atmósfera misteriosa de un lugar especial que  guarda en silencio los recuerdos y las más antiguas leyendas sauzaleras.”


No me resisto a hacer algunas observaciones sobre el mismo con ánimo constructivo.  

El párrafo:   “fue uno de los principales lugares elegidos por los guanches para su  asentamiento.” Debemos tener en cuenta que esa zona conformaba la “capital” del Menceyato de Tacoronte, de hecho fue considerado así por los invasores castellanos hasta la creación de los municipios a partir de 1812.

…Alonso Fernández de Lugo estableció en El Sauzal el lugar de  residencia…
El Capitán de los invasores Alonso de Lugo. Jamás fijo su residencia en el Sauzal o Sauzalejos, lo que izo fue reservarse para si y sus allegados las mejores tierras de la zona, entre ellos su sobrino y el lanzaroteño Guillen Castellano.

… aunque por su situación también se la conoce como cueva de Los Ángeles.
También es conocida como Cueva de los santos y Cueva de Los Viejos, por razón de dos imágenes guanches que en ella se veneraban, de ellos tomo el nombre la ermita católica una ves que sincretizaron el lugar, y no al contrario.

… formó parte del hogar y refugio de  los aborígenes guanches,
Si bien el término aborigen, puede ser académicamente correcto, en nuestro caso y dado nuestra condición de colonia tiene connotaciones peyorativas, pues al emplear este término nos estamos refiriendo a “otros” no a “nosotros”, por ello considero más apropiado decir nuestros ancestro o los primeros canarios etc.

Después de la Matanza de Acentejo la cueva se usó para  el encierro de unos treinta peninsulares que los guanches tomaron como  prisioneros. Algunos meses mas tarde, aprovechando una tarde de niebla  oscura, los cautivos escaparon por vía marítima a través de la península  de El Puertito.

Esto no fue así, los treinta peninsulares (no sabemos si eran portugueses, italianos, de Chankaka o de la isleta) se refugiaron en la cueva porque conocían su condición de Cueva Santa-posiblemente por indicación de sus guías guimareros- fueron los devueltos por Benchomo al campamento de los invasores, ya que como se sabe entre nuestros ancestros existía el derecho de refugio en lugar sagrado. Los que fueron recogidos por un navío fueron los refugiados en la baja del Caletón, al día siguiente de la batalla.

Fue este matrimonio, de personas mayores, el que  construyó las estatuas de los viejos con una cruz en el medio,

Yo tenia entendido que era un matrimonio alemán. Quienes después de comprar la fincan cerraron el paso a la Cueva Santa o Cueva de los Viejos. En cuanto a las estatuas son las mismas, solo que  fueron recubiertas burdamente con unas capas de cemento para darles apariencia de imágenes cristianas, de de la cruz lógicamente corresponde al hecho de cristianizar el lugar.

Eduardo Pedro García Rodríguez.
17-4-2013.

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