Desde hace algunos años, una de las líneas
prioritarias de investigación del Dpto. de
Prehistoria, Antropología e Historia Antigua de la Universidad de La Laguna es los estudios de la economía
de las culturas prehistóricas del Archipiélago de Canarias. Ya en su día,
cuando el profesor Pellicer puso en
marcha el entonces Dpto. de Prehistoria y Arqueología acometió en su planificación la investigación de
algunas de las manifestaciones que, en el
campo de la cultura material, afectan a este ámbito. Sin embargo, en aquel momento, dónde la mayor parte de
las cosas estaban por hacer, se imponían otras
prioridades que dejaban en espera las sugestivas parcelas de los estudios paleoeconómicos. Se iniciaron también
en aquella época excavaciones sistemáticas en
distintos puntos del Archipiélago que se
convirtieron en los precedentes de unos trabajos que sus discípulos nos preocuparíamos en dar continuidad.
Así, a partir del conocimiento más profundo de los
registros arqueológicos, bien contrastados
en los aludidos trabajos se comenzó a contar con el soporte documental que permitiera abrir otras líneas de
investigación, hasta el momento marginadas
debido a la secular descontex-tualización de los
yacimientos y registros materiales de estas culturas. Además, nuevos planteamientos y estrategias de
investigación se generaron, en el
convencimiento de la necesidad de acometer diferentes vias de actuación al objeto de llegar a conocer la dinámica
de cada una de las prehistorias
insulares.
Pues bien, en este ámbito se planteó la perspectiva de los estudios de
carácter paleoeconómico, realizándose algunos trabajos de síntesis (Arco, M.C. del. 1982; Martín Socas, D. 1980), con
el objetivo de reflejar el estado de los conocimientos. Y además, lo más
importante, se planificó la formación de profesionales en los campos de la
tecnología, zooarqueo-logía y
arqueobotánica, política que ha comenzado a dar sus resultados tangibles en la
elaboración de trabajos de investigación -Tesinas y Tesis Doctorales-, en
algunos casos ya terminados, pero desgraciadamente la mayor parte de ellos inéditos aún, y, en otros, en
vías de realización. En este marco de
actuación se inscriben pues los estudios de los recursos vegetales, cuya
síntesis general hemos creído conveniente elaborar al considerar que solamente partiendo de ella, trabajo aún
por hacer, podrá entenderse la
significación que poseen las investigaciones en curso en el campo de la arqueobotánica.
En efecto, encontramos que en el registro
artefactual las piezas de naturaleza vegetal
han sido estudiadas desde un punto de vista tipológico y, en ocasiones, tecnológico (Cuenca, J. 1983;
Diego, L. 1961, 1968-b y 1986; Galván, B.
1990; Rodríguez Santana, C.G. 1989). Sin embargo, se han marginado algunas de sus expresiones, aparentemente menos relevantes, quizás por su infrecuencia y, desde luego,
se ha obviado la valoración de algunos de
sus rasgos significativos en las culturas insulares.
Por otra parte, el estudio de los ecofactos y
circúndalos de carácter vegetal tampoco ha
tenido hasta muy recientemente mejor suerte y así sólo contamos con algunas aportaciones en el estudio de semillas
(Arco, M.C. del et al. 1990;
Mathiesen, FJ. 1960), mientras que los resultados de los primeros registros polínicos y antracológicos aún no se poseen.
En estos casos, la peculiaridad de la vegetación del archipiélago ha sido un
handicap a la hora de llevarlos a cabo, puesto que las determinaciones de las especies macaronésicas en los laboratorios
especializados resultaban inviables al
faltar las necesarias colecciones de referencia, y así se ha optado por formar a arqueólogos canarios en estas
parcelas, proceso en el que en el ámbito de
la antracología, carpología y palinología se encuentran algunos de nuestros
alumnos.
Por todo ello, tal como se ha señalado
anteriormente, a través de estas líneas
intentaremos proporcionar una visión de síntesis sobre el estado actual de nuestros conocimientos en torno al uso
que de los recursos vegetales hicieron
las comunidades prehistóricas del Archipiélago, las carencias documentales aún existentes y las
perspectivas de futuro.
Por último, sólo algunas referencias previas. Así, a efectos de proporcionar
una mayor agilidad al texto sólo se cita, salvo que sea estricta-menta necesario tal precisión, el nombre científico
de las especies vegetales en su primera
referencia. Y siempre la citación de autor de los táxo-nes mencionados es la de Hansen & Sunding
(1985). Igualmente, para alcanzar esa visión
sintética que se persigue, presentamos un conjunto de cuadros-resúmenes
referentes al papel jugado por los distintos pisos de vegetación en la Prehistoria del Archipiélago así
como de cada uno de los grandes sectores de
actividades que se estudian con su incidencia respectiva en las distintas
formaciones vegetales, con expresión siempre de su distribución insular. En
ellos se tiene en cuenta asimismo la fuente de información, de tipo Arqueológico, Textual y Etnográfico.
Debo además expresar mi total agradecimiento a mis
entrañables compañeros del Dpto. de Biología Vegetal, por su siempre cálida
acogida, por sus enseñanzas, especialmente a mi
hermano M. del Arco, del que he aprendido cuanto
sé de Botánica, y a P.L. Pérez de Paz y J.R. Acebes, que leyeron también pacientemente este manuscrito en el que todas las carencias son de mi responsabilidad.
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