domingo, 2 de junio de 2013

VIAJE A LAS ISLAS CANARIAS 1.1861




Prólogo.
BURTON, EL OTRO INGLÉS
El título es toda una advertencia; una advertencia que tiene como principal objetivo alertar al lector que en breve se dispone a leer un texto erudito y socarrón como ningún otro de los muchos hilvanados a lo largo del siglo XIX por un explorador autonombrado Cheir Abdalah, y en cuyo pasaporte británico rezaba bajo Richard Francis Burton, renombrado Sir. A la par hacemos dicha adver­tencia para predisponerle de antemano, pues de un tiem­po a esta parte el público español, y más concretamente el canario, se encuentra con cierta frecuencia con las traduc­ciones de algunos textos escritos por viajeros históricos que han visitado por varios motivos (comerciales y cientí­ficos, principalmente) nuestro Archipiélago. Libros que nos sorprenden con lecturas más o menos bondadosas que vienen firmadas por apellidos como Murray1, Scory2, o Du Cañe3, e incluso con algunas traducciones secues­tradas que haber/as... Pero lecturas al fin y al cabo que han sido realzadas desde un doble prisma inequívocamente decimonónico: la perspectiva anglosajona de la tierra in­sular y la bondad espiritual de aquellos europeos que qui­sieron llevar hasta sus últimas consecuencias la teoría rousseauniana del "buen salvaje".
Advertimos pues, que el texto de Burton es un traba­jo que en tal sentido se sale de la norma literaria dejando en la más pura evidencia las concesiones gratuitas que a otros tantos socorrieron para confirmar el género decimo­nono conocido por literatura viajera. Burton aprovechó la ocasión para provocar la denuncia, ya que durante su estancia en Canarias, en Tenerife, durante "sus" veinti­cuatro horas, demuestra un conocimiento profundo de la realidad insular que pone en tela de juicio algunos valores que formaban parte de la tradición. Así, en su cuaderno de notas dejó para la historia una frase solemne que más tarde publicaría con estas palabras: Seguro que e I gran viajero —refiriéndose a Humboldt— describió Santa Cru% (de Tene­rife) como (quisieron) sus paisanos, según Goethe, describiría un camello. Utilizó este símil de forma tajante adelantándose a un método usado frecuentemente por los viajeros decimo­nónicos que pretendían escribir algún texto sobre las Islas
[…]

1   ElÍ2abeth MURRAY: Sixteen years of an Artist's Life in Marocco, Spain and
the Canary Island. lindan, 1859 (traducción moderna por José Luis Garda
Pérez. Santa Cruz de Tenerife, 1992).
2   Francisco Javier CASTILLO: "El texto de Sir Edmund Scory sobre Te­
nerife". Tahona, La Laguna, 1992-1993.
Florence DU CAÑE: The Canary Island. London, 1911 (traducción espa­ñola por Ángel Hernández. Santa Cruz de Tenerife, 1993).

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