sábado, 1 de junio de 2013

ISLAS DE AFRICA OCCIDENTAL (GRAN CANARIA Y TENERIFE)





ESTUDIO CRITICO
1.- LAS ISLAS CANARIAS A TRAVÉS DEL PRISMA DE UN MILITAR INGLES
WestAfrícan Islands es un relato del mayor del primer regi­miento británico de la India Occidental A. Burton Ellis, en que nos da cuenta de sus impresiones sobre las Islas Canarias, particular­mente de la dos más pobladas, Gran Canaria y Tenerife. Ellis es el perfecto prototipo de la burguesía überal británica, que se cree por­tadora en exclusiva de los valores de la civilización y que mira con arrogancia a los territorios dominados por lo que considera perso­nificación de la barbarie, la superstición y la ignorancia.
Es una obra que fue publicada en 1885. Mas no es la simple narración de una excursión a las islas aprovechando la escala de un vapor camino de La India. Es la plasmación de sus vivencias de más de seis estancias que en diversas épocas y desde la década de los 70 de esa centuria había realizado el militar inglés, que moriría en San­ta Cruz de Tenerife el 5 de marzo de 1894, siendo enterrado en su cementerio protestante.
Dentro de las páginas que dedica a las Canarias, sus impre­siones sobre las clases bajas y sobre su vivencia de la realidad co­tidiana y la religión constituyen el capítulo de más interés del texto. Nos ofrece la visión crítica y contundente de un británico imbuido por el aire de superioridad de su concepción del mundo y las ideas religiosas y amparado por la aureola de racionalismo y cientifismo positivista que parece delatar su religión. Sus excursiones al barrio de La Atalaya en la localidad grancanaria de Guía es un testimonio de gran valor para entender como eran descritas las clases popula­res insulares. Los atalayeros, que vivían en cuevas, dedicados a la fabricación de vasijas, son apreciados como sucios y brutos, autén­ticos bandidos que se abalanzaban en busca de monedas si la persona que se atrevía aparecer por sus contornos iba sin acompañantes. Con ironía satiriza la frecuencia de las pulgas en sus casas y vesti­dos, que lleva a considerar a ese insecto, prohibido su solo nombre entre los británicos acomodados, parte de su cultura popular.
Sobre la higiene, ningún canario, expone taxativamente, po­dría explicar lo que esta palabra significa. Nos habla de las epide­mias, exponiendo una absurda teoría que vincula al cultivo de taba­co con la fiebre amarilla en la epidemia que en 1811 asoló a los puer­tos canarios, pero sí tiene razón cuando nos habla de la impureza del agua en las ciudades y campos y la relación existente en las prime­ras en el desarrollo del cólera por el abandono de los desechos en las calles y arroyos. Igual consideración revisten las conducciones de agua desde las fuentes, que los canarios contaminan al convertir los riachuelos en auténticas cloacas.
Esa poca atención hacia la limpieza la vincula con la idea central de su discurso. La ignorancia es fomentada por la iglesia ca­tólica, que no le interesa explicar las epidemias por causas natura­les, sino como azotes y castigos de una Divinidad ofendida por nues­tros pecados.
La religión católica fomenta y se convierte en el más firme valladar de la ignorancia campesina. Supersticiosos aldeanos hacen las fiestas en honor de sus patronos. El clero con sus servicios reli­giosos llenos de efectismo teatral parece afectar a "mujeres histé­ricas", tal y como se tratara de un conjuro. Cuando nos habla de las patronas de Tenerife y Gran Canaria, su obsesión le lleva a aprecia­ciones erróneas, lo que demuestra que no estuvo en sus santuarios. Del Pino dice que tiene cuatro brazos, por lo que la compara con las divinidades de La India. La Candelaria que él describe evidente­mente ya no existía, pues desapareció con el aluvión de 1826, siendo sustituida por la actual, obra de Fernando Estévez que no se ciñe en absoluto a su iconografía anterior.
Los exvotos de la Concepción santacrucera le llevan a teo­rizar sobre el carácter idolátrico de una religión que, a su entender, quienes la practican en los campos no distinguen entre la adoración a las imágenes y la idea que éstas simbolizan. Cree similares las[…]


No hay comentarios:

Publicar un comentario