sábado, 1 de junio de 2013

NARRACION DE UN VIAJE A TENERIFE (Y OTROS RELATOS)




INTRODUCCIÓN
1. EL RELATO DE WILLIAM R. WILDE
William R. Wilde fue un médico de origen inglés, nacido en 1815 en la localidad irlandesa de Kilkeevin, padre del célebre novelista inglés Osear Wilde. En plena juventud, en 1837, cuan­do contaba apenas 22 años, efectuó esa escala, cuyos pormeno­res dio a la luz en 1840 y de la que se hicieron varias ediciones con posterioridad. Formaba parte de un crucero realizado por es­te joven científico al Mediterráneo, que incluía dos breves estan­cias en Madeira y Tenerife.
Su apreciación de Santa Cruz de Tenerife es la clásica que nos ofrecen los viajeros, la decepción de la vista del Teide que le proporciona la arribada. Ya había dicho Humboldt que los viajeros que desembarcaban en este puerto se sentían defrauda­dos por la aridez de la zona, en abierto contraste con los que lo hacían en el Puerto de la Cruz. Son interesantes sus observa­ciones sobre la cría del camello. En Tenerife, por aquel entonces, sólo había un cierto número de ellos en Adeje. En Santa Cruz ha­bía los justos para transportar cargas pesadas como las cajas de azúcar por el camino entre Santa Cruz y La Laguna. Sin embargo es discutible que necesitasen ser procreados en Lanzarote, por­que en Adeje había un elevado número de ellos, trabajando para el ingenio azucarero que subsistió hasta esos años.
Otras matizaciones que se le deben hacer al texto son sus apreciaciones sobre el cultivo reciente de la papa en la isla, que es muy anterior, o sobre el de la planta del aceite de ricino. Se sorprende que las mujeres más pobres usen calcetas de seda, pero hay que tener en cuenta que era una producción local y su precio era, por tanto, más asequible. Es interesante que haga re-

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