APROXIMACIÓN AL ESTADO ACTUAL DEL
PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO DE LANZAROTE:
LA CARTA ARQUEOLÓGICA
Dr. Pablo Atoche Peña1
introducción
Desde que se inicia la investigación de la
Prehistoria de Lanzarote ésta ha seguido un desarrollo dispar
fuertemente marcado por una conceptualización de la cultura prehistórica
estrictamente lineal y monocíclica. Esta
visión tradicional, aún defendida por aquellos que desprecian la comprobación empírica de las hipótesis y por el
contrario siguen considerando a las fuentes etnohistóricas los textos sagrados de la Arqueología canaria,
afirma que, a lo largo de los casi dos milenios que abarcó la
ocupación prehistórica de la isla, no se dio ningún tipo de proceso que trajera
consigo la introducción de cambios en el
seno de la cultura aborigen. Esta era una situación extraña y difícilmente sostenible desde criterios estrictamente
científicos, en especial si tenemos en cuenta que había plena conciencia de la
considerable amplitud temporal del poblamiento prehistórico de la isla,
espacio de tiempo durante el cual era factible suponer la aparición de
transformaciones en el ámbito cultural
prehistórico.
Ante esa situación, marcada por la parcialidad de
los datos disponibles, a partir de la década de los años 80 acometemos la
elaboración de un programa de trabajo en el que se da prioridad a los aspectos empíricos, de ahí que se fijen como
objetivos principales la obtención de secuencias crono-estratigráficas, que nos permitieran con
posterioridad sustentar sobre bases reales la estructuración de un esquema diacrónico del desarrollo cultural del
mundo aborigen, paso previo para dar solución a otras cuestiones más complejas relacionadas con el modelo de
ocupación del territorio, los patrones de asentamiento o la bioantropología de
la población prenormanda. La puesta en marcha de ese programa de trabajo ha requerido la prospección
sistemática de la isla, al mismo tiempo que la realización de tres campañas de
excavación en "El Bebedero" (ATOCHE et alt, 1989; ATOCHE, 1994), asentamiento cuyo valor referencial se debe tanto al
elevado número de elementos materiales que ha
1.
Departamento de Ciencias Históricas. Área de Prehistoria y Arqueología.
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. proporcionado
como por constituir el primer yacimiento de la isla que ha proporcionado series
estratigráfícas claras y referencias
cronológicas absolutas.
El ámbito temporal y espacial de ese programa de
trabajo coincidió con la necesidad, por parte del Cabildo Insular de Lanzarote, de contar con la CARTA ARQUEOLÓGICA, proyecto
que el citado Cabildo nos propuso
para su realización dentro del marco general de desarrollo del Proyecto Parque
Arqueológico de Zonzamas.
En el archipiélago canario los primeros inventarios y cartas
arqueológicas impulsadas por organismos públicos locales, insulares o
regionales, se ponen en marcha a partir de mediados de la década de los años 80, si bien con distinta intensidad y
diferentes criterios metodológicos, hasta el punto de que en la actualidad la
única isla que ha completado dicho inventario es la de Lanzarote, la cual está en estos momentos en disposición de poner en marcha
un programa integral de protección y salvaguarda de aquellos sitios arqueológicos que presentan un mayor riesgo
de desaparición. La utilidad patrimonial de
este tipo de inventarios resulta, por tanto, evidente ya que son instrumentos
de primer orden de cara a la protección, pero también de cara a la
investigación y difusión/uso social del Patrimonio Arqueológico. Sin embargo ésta se halla actualmente condicionada
por una serie de factores negativos
derivados de la rudimentaria planificación regional y consecuente nefasta
gestión que se viene haciendo de nuestro
Patrimonio Arqueológico. Así, por ejemplo, se carece de un banco de datos centralizado de carácter regional, al que puedan
acceder, entre otros, las empresas que se encargan de redactar los Proyectos de
Evaluación del Impacto Ambiental o las oficinas que desarrollan los Planes
Insulares de Ordenación del Territorio (P.I.O.T.).
En definitiva, los inventarios de sitios
arqueológicos constituyen uno de los pilares del complicado edificio de la Protección del Patrimonio
Histórico. Pero no sólo deben hacerse, deben tenerse al día y sobre todo convertirse en herramientas útiles,
lo contrario significa ni más ni menos que malgastar el dinero público.
EL MÉTODO
El interés por unas prospecciones sistemáticas e
intensivas ha surgido en Canarias en los últimos años. La principal causa de
este cambio de actitud ha sido la receptividad mostrada por los investigadores más jóvenes hacia las nuevas metodologías
arqueológicas y por el inicio de proyectos de investigación, a medio y largo plazo, con un ámbito insular que han
necesitado como primer paso una prospección rigurosa que ofrezca información lo
más ajustada posible a la realidad del pasado. Sin embargo, en la
actualidad no existe entre los profesionales canarios una sistemática aceptada
de forma general que determine la manera en
que debe desarrollarse una prospección arqueológica, lo que hace de éstas unos proyectos muy
personalizados a la hora de organizar y enfocar el trabajo. Debido a esa circunstancia, la Carta
Arqueológica de Lanzarote se concibió con la finalidad primordial de conocer y valorar los sitios
arqueológicos, tanto para su salvaguardia como para su estudio y por ello se
planteó que nuestro trabajo debía reunir una serie de características o líneas
de actuación como bases de partida:
1. Se fijó como marco de actuación el ámbito
insular, aunque sin olvidar los casos a niveles más reducidos (semi-micro). En consecuencia, los objetivos perseguidos se
amplían al abarcar cuestiones tales como el
análisis de la evolución de los patrones de asentamiento o el modelo general de
ocupación del territorio.[…]
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