1. introducción
La elaboración de este trabajo ha sido motivada por
una serie de factores que van desde el plano
científico (el interés por explorar los aspectos del pasado) a la deuda
histórica que tenemos con este periodo, donde se ubica el comienzo en los
intentos por conseguir una instrucción pública
generalizada en las Islas Canarias, posibilitando que personas de condición social humilde, pudieran
acceder al conocimiento científico. Entendemos
que aquí se sitúa el precedente de la famosa Ley Moyano de 1857 que recogía la
obligatoriedad de las enseñanzas primarias
para todos los niños entre 6 y 9 años que a su vez marca la filosofía general en la educación de la etapa contemporánea.
Por otro lado, el desempolvar el pasado de la
política educativa, ha de servir para
comprender mejor la realidad presente así como buscar alternativas positivas
en un sector que últimamente se nos ha mostrado con especial conflictividad en nuestra tierra.
Con este trabajo, queremos continuar una línea, algo
sinuosa, de investigaciones sobre la
educación en el Archipiélago Canario. Existen algunos trabajos importantes sobre ese tema aunque ninguno tiene la suficiente envergadura para dar la cuestión por
zanjada. La instrucción pública no constituye el eje central del estudio de
esos investigadores, además ninguno recalca especialmente en el reinado de
Carlos III
como pretendemos hacer nosotros. Al mismo
tiempo intentamos abrir una brecha en el
conocimiento pormenorizado sobre determinados aspectos de gran interés para la reconstrucción de la Historia
Total de la Educación.
Tratamos de profundizar en las raíces de la
enseñanza canaria, analizando este periodo concreto, porque ha llamado muy poco
la atención de los historiadores que nos han
precedido, ya que existen algunos artículos centrados en el siglo XIX y otros en la centuria actual.
Podemos afirmar que la segunda mitad del siglo XVIII canario se caracteriza por un avance cultural en general y educativo en particu-
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