FLASH:
Después del título, el lector de este libro se va a
encontrar: lo primero de todo, con unas abreviaturas, que le ayudará a
identificar las fotos o/y posturas, con
sus nombres en castellano y en guanche; luego, con este flash, al que le siguen unos avisos previos, que ayudarán a la comprensión de la lectura; luego, una primera
llamada de atención; le sigue un salmo,
que viene como anillo al dedo; una estrofa de un Himno, que ayuda a centrar el
tema. Le sigue una dedicatoria, ya normal en
casi todos los libros. Una cita, tomada del más grande de los guanches, el canario San Agustín de Hipona. Y,
pasamos así, de entrada, a lo que es
el objetivo del libro, y hace el autor, hablar a Guayonja, que nos repite el objetivo. E, intercalando apartados,
nos vamos a encontrar unos entre
paréntesis, que puntúan y ayudan a comprender el conjunto. Aparece la razón del
por qué del libro, y a continuación, una primera impresión, acerca de los naturales, de los franceses en 1402, y que, viene a ser como la base o columna
central (si bien, vestirá todo eso de carne,
Don Antonio de Viana). Y, curiosamente, no tan de entrada, viene ahora una introducción o prolegómenos, que no es sino unos presupuestos teológicos-espirituales,
explicando qué sea el cuerpo y a lo que
está llamado. Viene después siete datos históricos, acerca de la biografía de Guayonja. Y, le sigue una sinopsis, o
adelanto yóguico, donde Guayonja evoluciona,
a través de una sesión o tabla, y le sigue, un
comentario acerca de aquellos hombres, que nos precedieron, y cuáles eran sus mejores adornos (en un adelanto). Y por eso, le va a seguir después de citar la Obra
consultada -de la que se hace estudio o
deducción por primera vez en cuatro siglos-, a[…]
No hay comentarios:
Publicar un comentario