1. INTRODUCCIÓN
Escribir una historia mitológica de las Islas
Canarias en los tiempos en que estamos y cuando tanto se ha escrito
sobre ella a lo largo de su pasado, parece
un contrasentido. Sin embargo, no lo es por dos razones fundamentales.
Primero, porque el mito, por su vitalidad en las ciencias del espíritu (las vitaminas de las letras, como
alguien lo ha calificado), sigue
estando de perenne actualidad como fuente inagotable del pensamiento y la
tradición literaria. En un mundo tan científico y tecnificado como el
nuestro asistimos, no obstante, a una continua "mitificación" en todos los órdenes de la vida. En segundo lugar,
porque esa supuesta "mitologización" que se ha apoderado de la
historiografía canaria desde sus comienzos
aparece muchas veces tergiversada de tal manera que resulta necesario
hoy un estudio como el que pretendemos a continuación, para, en la medida de nuestras posibilidades, arrojar un poco de
luz en un terreno tan presto a la
manipulación.
Un título como el de Canarias en la Mitología precisa varias
aclaraciones previas para que el lector
sepa qué pretendemos con él. Si por mitología entendemos, como debe
entenderse, "colección de mitos" o "explicación
de los mitos", es evidente que nuestra primera tarea es intentar definir lo que es un mito, lo cual
resulta muy problemático. En efecto, puede decirse que hay tantas
concepciones de mito como estudiosos del mismo. A ello se añade el hecho de
que coloquialmente se le suele emparejar con
otros términos más o menos sinónimos como leyenda, fábula, cuento, etc.
Para muchos autores estos conceptos designarían lo mismo. Sin pretender aquí
dejar zanjada esta cuestión terminológica
diremos, siguiendo la autoridad del profesor García Gual, que un mito es
un relato memorable y tradicional que se refiere a unos hechos y actuación
de personajes extraordinarios en un tiempo prestigioso y lejano. La leyenda, en cambio, habría que
entenderla como narración popular
basada en hechos históricos y con personajes precisos y definidos. La fábula
y el cuento quedan mucho más alejados, ya que la primera suele entenderse o bien como narración
protagonizada por animales o bien como ficción alegórica, mientras que
el segundo sería un relato de tipo
maravilloso basado en una trama novelesca. En cualquier caso, a veces resulta
imposible distinguir en el lenguaje coloquial lo "mítico" de lo
"fabuloso" o de lo "maravilloso". Ahora bien, cuando
hablamos de mitología canaria puede entenderse dos cosas: o los mitos clásicos
y medievales de ascendencia greco-latina,
o los mitos aborígenes de los antiguos
Canarios. Nuestro estudio se ocupa de los primeros. Para los segundos disponemos ya de excelentes monografías
como las del profesor Tejera
Gaspar, que citamos en la bibliografía. Una prueba de que la distinción que
acabamos de hacer no siempre se respeta, la tenemos en obras como las de S.
Martín y F. Duarte, en las que, al lado de leyendas aborígenes, como las de Gara y Jonay, Zebensui,
Mayántigo, etc., se coloca lo que nosotros entendemos como mitos, a
saber, Atlántida, Campos Elíseos, Islas
Afortunadas, Jardín de las Hespérides, etc.
Por consiguiente, Cananas en la Mitología es
un intento de análisis de todas las tradiciones míticas de origen
fundamentalmente griego que de una u otra manera se han relacionado con nuestro
Archipiélago a lo largo de su historia. Si
bien es cierto que nuestras islas, para bien o para mal, no sufrieron los efectos de las
colonizaciones griegas o romanas, por
lo que la huella arqueológica de esas civilizaciones entre nosotros es mínima, sin embargo, debido a su posición
occidental y extrema del mundo conocido entonces, recayó sobre ellas un
extraordinario arsenal de mitos clásicos que los antiguos vagamente ubicaban
por estos lares. De esta forma, puede decirse que Canarias se vio
"míticamente" heleni-zada como pocas
zonas del planeta.
1.1.
Mitologización del Archipiélago Canario
La hermosa naturaleza de las Islas Canarias ha
propiciado que sean aptas para
engendrar mitos más que para ser habitadas por el hombre, de forma que, como ha expresado recientemente el
profesor Tejera Gaspar, parece como si "los términos de mito y
mitología estuvieran ya asociados para
siempre con Canarias". Todo aquí da la impresión de estar bajo los
efectos del mito: su raza aborigen, sus montañas, sus árboles, hasta incluso su propio nombre. Por otro lado,
prácticamente no hay Historia
de Canarias que no contenga uno o
varios capítulos referidos al mundo antiguo. En ellos es frecuente
encontrarse con una serie de tópicos, repetidos una y otra vez, sin apoyo documental
serio, que suelen iniciarse con el
conocimiento homérico de estas islas y terminar con la leyenda de San Brandan y
su búsqueda del ansiado Paraíso, pasando por la referencia a los consabidos fenicios, cartagineses, gaditanos,
griegos y romanos que, según sus autores, anduvieron por aquí desde el siglo
V
a.C., por lo menos. Entre esos tópicos
está también una serie de temas míticos
greco-latinos que no suelen faltar en las introducciones históricas a nuestro pasado: Campos Elíseos,
Islas de los Bienaventurados, Islas Afortunadas, Jardín de las
Delicias, Jardín de las Hespérides, Atlántida, etc. Alguno de ellos sigue
todavía con absoluta vigencia. Cabría
preguntarse por qué tantos mitos en nuestro suelo. Quienes han estudiado el
fenómeno coinciden en señalar que hay tres lugares muy propicios para
situar en ellos las cosas más extraordinarias y maravillosas que se puedan imaginar: las islas, las montañas y
los "extremos" de la tierra.
La isla es un universo cerrado donde lo mítico existe por sí mismo fuera de las leyes habituales. Por eso no es de
extrañar que un pueblo tan rico en islas como el griego haya
desarrollado una mitología insular tan abundante como no se encuentra en
ninguna zona terrestre. La isla es siempre
un lugar privilegiado para el acontecer de fenómenos naturales, para el nacimiento de situaciones humanas
inusuales o para el desarrollo de lo exótico y milagroso. Hasta el
Descubrimiento de América en el siglo XV Canarias era el extremo occidental del mundo conocido y es sabida la proliferación de pueblos y hechos
fabulosos que se situaban en estos
extremos, como explicamos en el capítulo dos. Por último, también las montañas son proclives a desarrollar misterios
y fenómenos insólitos. Canarias participa de estos tres aspectos: es
terreno insular, montañoso y fue en su
momento extremo del mundo. De ahí, pues, su predisposición al mito.
1.2. Geografía mítica
Los mitos clásicos referidos a
Canarias que vamos a estudiar en nuestro
trabajo suelen encuadrarse en lo que desde hace algún tiempo viene llamándose
geografía mítica. Las relaciones entre la mitología y la geografía constituyen un dominio inmenso que abarcaría
el origen de las divinidades que
personifican pueblos y lugares, así como la gran cantidad de mitos en
relación con las colonizaciones y fundaciones de ciudades. En estas relaciones
encontramos una influencia del tiempo en dos aspectos.
De un lado, se añaden episodios y detalles que no siempre re-[…]
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