La conmemoración del V Centenario ha
puesto de manifiesto la necesidad de estudiar y profundizar en
un aspecto relevante de la historia humana:
el contacto entre culturas de diferente nivel de desarrollo, ya fuera
político, económico o cultural. El concepto de alteridad, del Otro, no es como pudiera pensarse un fenómeno cercano en la Historia, teniendo como referencia el paradigma del Encuentro: el del Viejo
y el Nuevo mundo. Es, por el contrario, un fenómeno muy antiguo y de
mayor trascendencia, que se remonta a los
orígenes mismos de la cultura humana.
Con este libro, hemos pretendido plantear los problemas
del contacto del mundo europeo con la primitiva población de la isla de Lanzarote, y hasta donde nos fue posible, destacando aquellas cuestiones que
se derivan de la interrelación de las dos
sociedades con mentalidades contrapuestas.
La
información, como se verá, es escasa y en ocasiones poco representativa. Falta continuidad en la narración
de los hechos históricos, por lo que advertimos
al lector que no le resultará fácil encontrar un hilo conductor en la
exposición de los problemas que aquí estudiamos.
Por ello, las hipótesis e incluso las conjeturas,
superan en mayoría a los hechos bien contrastados. Todas estas dificultades que son inherentes al trabajo científico, las he considerado
secundarias frente al interés de
comprender los hechos históricos que se hallan en la base cultural de la
génesis de toda sociedad.
En el libro
tratamos aquellos problemas que se hallan relacionados con la población prehistórica de la isla, puesto que nuestro objetivo ha sido analizar,
hasta donde nos ha sido posible, los mecanismos
de contacto de los europeos con los
majos, cómo les afectó esta relación en su organización social, así como todos aquellos aspectos que explican el final de esta
cultura en la isla. Nuestro estudio finaliza en
1402 con la llegada de los
franconormandos. A partir de ese momento
existen otras cuestiones de interés relativas a los descendientes de esta población en la isla, pero estos temas se escapan a nuestro estudio.
Deseo agradecer a
Eduardo Aznar Vallejo, Catedrático de Historia
Medieval, a Antonio Macías Hernández, Catedrático
de Historia Económica, de la Universidad de La
Laguna, y al Licenciado José Carlos Cabrera
Pérez sus sugerencias y sus críticas al manuscrito. A la Biblioteca Canaria de
la Universidad de La Laguna por facilitarnos la
reproducción del material gráfico y a
Alejandro Delgado por su elaboración. Un agradecimiento especial, asimismo, a Jaime Delgado Baudet porque
me enseñó a manejar el ordenador en la primera
redacción del manuscrito.
Playa Blanca (Lanzarote), La Laguna (Tenerife),
1990-1992.
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