"Otras islas se
ven, que blanco velo las ciñe en torno menos elevadas; llamólas por su fértil cielo y suelo
la Antigüedad las
Islas Afortunadas (...)"
T. Tasso,
Gerusalemme Liberata,
XV, 35-36
INTRODUCCIÓN
La conquista y
colonización de Canarias es un tema que ha interesado durante largo tiempo a
la historiografía canaria. Las primeras referencias históricas que sobre las islas
se escribieron son las crónicas. A ellas le sigue toda una serie de obras que se centran en los momentos en que los europeos
llegan al Archipiélago. Pese a mantener una visión de la realidad desde el
punto de vista de los conquistadores, desde muy temprano cobra fuerza la
defensa del aborigen frente a los recién llegados. Los escritos de Torriani,
Via-na, y luego Viera y
Clavijo o Millares Torres mantienen esta actitud.
Ya
en nuestra centuria, la importancia de los estudios sobre el siglo XV y XVI en las islas ha
cobrado un nuevo impulso con nuevas interpretaciones
de este proceso histórico. Este esfuerzo se evidenció gracias a que desde la década de los cuarenta,
la historia moderna ocupará un sitio preferente en las investigaciones.
Destacan asi los trabajos de Peraza de Ayala, Elias Serra Rafols,
Leopoldo de la Rosa Olivera y tantos otros, que abrieron las primeras sendas
que permitieron a las nuevas generaciones de
historiadores adentrarse en una de las etapas más sugerentes y
problemáticas de la historiografía
canaria.
Por otro lado, se
crean una serie de revistas en las cuales han publicado la mayoría de los trabajos que sobre
este período se han realizado
en Canarias: La Revista de Historia, complementada por la que publica el Museo
Canario de Las Palmas. A ellas se sumará en 1955
el Anuario de Estudios Atlánticos, dirigido por otro notable investigador:
el profesor Antonio Rumeu de Armas.
Ya en la década de
los setenta, la creación del Departamento de Historia Moderna en la Universidad de La
Laguna bajo la dirección del Dr. Antonio Bethencourt Massieu, dio un nuevo impulso a las investigaciones históricas,
con la introducción de un concepto de historia global más enriquecedor. De este momento
son obras fundamentales, elaboradas por Manuela
Marrero, Ladero Quesada o Aznar Vallejo, sobre el siglo XVI en nuestras islas.
Los problemas que se plantean en la
investigación de ese siglo, al igual que para
otros posteriores, son varios: dispersión de fuentes, existencia de lagunas en las mismas, etc.
Con respecto a este
libro, segundo de la colección que edita el Centro de la Cultura Popular Canaria, hemos
intentado cumplir dos objetivos: en primer lugar, una síntesis basada en los diversos trabajos
que sobre el tema se han escrito, con la intención de ofrecer un panorama
global del proceso histórico desde la llegada de los primeros exploradores
europeos hasta su establecimiento definitivo y consolidación en el siglo XVI. En segundo lugar mostrar la necesidad
de una revisión histórica de esta etapa, al ser muchos aún los aspectos que
sobre la realidad canaria en el siglo XVI desconocemos.
Hemos
pues intentado realizar una visión amplia de todas las transformaciones de la sociedad del momento, marcada
por una serie de peculiaridades económicas, políticas y culturales, aun sabiendo que no es tarea fácil y que muchos de los datos
no son generali-zables y sólo responden al momento y lugar en que han
quedado recogidos por las fuentes.
Para concluir esta breve introducción,
pedimos disculpas de antemano por las
posibles lagunas que el lector pueda encontrar a lo largo de las siguientes
páginas en nuestro afán por abarcar quizá demasiados aspectos y problemas que
nos parecían sugerentes. También
reconocemos el interés que hemos puesto en que se considere esta obra como
algo abierto, que invite al lector a profundizar en otras obras afines, que suscite dudas y, sobre todo, que se intente contrastar con la realidad del presente
canario.
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