martes, 6 de agosto de 2013

NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE







Josefa Falcón Abreu

Desde pequeños nuestros padres nos van puliendo, modelando, creando a su imagen y semejanza, dándonos educación, amor, enseñándonos valores, todo eso que luego, al ser mayores nos va a influir en nuestra forma de ser, en el carácter, en la conducta, aunque a veces, pese a ello, siempre hay excepciones y aun habiendo en una misma familia hermanos de padre y madre, solemos ser diferentes, unos más dóciles, otros más difíciles, más indomables, pero depende bastante, aparte de por la herencia genética, del entorno en que vivimos, de la vida familiar, para que seamos de una forma u otra. Lo que siempre me he preguntado es qué es lo que pasa dentro de un ser humano para llegar a ser: cruel, vengativo, sádico, con inclinaciones bajas y rastreras: pederastas, asesinos, ladrones sin escrúpulos a golpe de navajazos… o lo que hoy está muy de moda en este país: estafadores, corruptos, expoliadores…Cuánta lacra hay repartida entre la humanidad… nuestra vida está rodeada de peligros, aún en nuestra propia casa podemos ser sorprendidos por cualquiera de ellos. El proceso evolutivo de la vida llega también en forma de lacra social, si, parece que no es solo tecnología y avances en diferentes campos, también en esto, se pasean entre nosotros y a veces pasan como gente normal y corriente otras en cambio se les ve el plumero, notas que no es lo que parecen, solo que has de hacerte el que no te has dado cuenta por temor a su reacción que hay veces que montan el tinglado antes de que nos podamos poner a salvo. Lo que pasa es que también de familias “de alta cuna” han salido personajes “ejemplares”, los últimos casos de corrupción así nos lo demuestra, porque para mí son tan delincuentes como el que más, no sólo por lo que hacen sino a quién se lo hacen, a quien siempre es el más perjudicado: al ciudadano de a pie que si cumple con sus deberes, porque cuanto más pobre es la gente más cumplidora es, ellos sin embargo como llevan apellidos ilustres tiran la piedra y esconden la mano y aquí no ha pasado nada, menos mal que todo termina sabiéndose y hoy por hoy ante nuestros ojos son lo que son: delincuentes, también es verdad que el “poderoso caballero don dinero” acaba comprando lo que haga falta, injusta justicia, muchas cosas hay que deben cambiar, que el que la hace la pague sin distinciones, sin que valgan apellidos ilustres ni riquezas que les respalden …Buen día amigos…

Agosto de 2013.

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