[2 TOMOS]
CARACTERES DE LA
MODERNA POESÍA CANARIA: UNA REVISIÓN CRÍTICA
No será preciso comenzar este libro preguntándonos por las razones que pueda haber para abordar un
estudio de la poesía contemporánea en
las Islas Canarias como algo diferenciado
del conjunto de la poesía en lengua española;
preguntándonos si hay aspectos definitorios de aquella
poesía, y si éstos podrán iluminarnos zonas hasta ahora poco transitadas en los insistentes panoramas históricos que existen sobre el tema, y en las no menos
reiteradas antologías del más variado signo e
intención. Creo que casi veinte años de lecturas sobre el particular, cuyos frutos constituyen la base del presente trabajo, y
la mayoría de ellos en contacto directo con los problemas más recientes que tiene planteados esta poesía, me dan —cuando menos— el derecho a opinar y a intentar
poner las cosas en su lugar. Porque, en el fondo, mi
pretensión no es excluyente ni exahustiva: este libro quiere
ser entendido, más bien, como una
contribución, como un capítulo más de
una posible historia de la poesía canaria, aún por hacer y que me parece una labor urgente y necesaria (1).
Hasta ahora, las
referencias a la poesía de Canarias se confundían con un concepto tópico de insularidad, se acudía
al uso de ciertos lugares comunes que la crítica menos atenta había puesto en circulación, cuando no de aspectosque poco o nada tenían que ver con la crítica
literaria. No he visto, en ninguno de
los trabajos que he podido consultar
(2), y que no desestimo en absoluto, intento alguno de cuestionar las más comunes actitudes de la
crítica, a todas luces insuficientes
para explicar el fenómeno que nos ocupa; y tampoco queda muy claro, en aquellos
que lo han intentado, cuáles sean los
perfiles singularizadores de esta
poesía. En unos caos —creo— porque dichos trabajos son excesivamente parciales; en otros, porque sus argumentaciones no respondían al verdadero carácter
de la poesía insular: se operaba
sobre ella con un instrumental crítico que la presuponía, incuestionablemente,
como continuación de la poesía
peninsular, como eco o reflejo de los
movimientos poéticos producidos en la Península, sin advertir que la posición excéntrica de las islas influye, de modo
decisivo, en su actitud creadora, artística y literaria; que su condición periférica impone una
poética diferente, en algunos casos
utilizada de forma espontánea y hasta
inconsciente. Una poética basada en una actitud día-lógica, nunca reverencial; en la posibilidad de
asumir el lenguaje no con el convencimiento, libre de toda sospecha, de su
poder, sino con la cautela de quien comprende que puede, y debe, manipularlo,
liberarlo de sus imposiciones académicas;
y, sobre todo, tratarlo como un cuerpo vivo cuya sensualidad le permite
desbordar cualesquiera de los órdenes
establecidos para su realización. Esta es una de las razones por las cuales he optado por estudiar la poesía insular de los últimos ochenta años desde sus
libros y autores, y no desde una
perspectiva histórica o generacional;
aun a riesgo de abordar sólo determinadas cuestiones, a riesgo de hablar sólo de determinados poetas,
pero que —en un caso y otro— serán
siempre los que considero fundamentales
para explicar mi posición ante el fenómeno.
Me parece mucho más eficaz hacerlo así por cuanto la excepcionalidad aludida se manifiesta entonces de forma mucho más clara; por cuanto se reproduce,
con mayor precisión, la adecuación
del escritor a una identidad histórica
definida por un constante estado de crisis, por […]
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