El Etnólogo ha de moverse en su trabajo con una información
explícita, pero fragmentaría; mas, nadie debe despreciar el carácter histórico de sus conclusiones, por lo precario de sus fuentes pues éstas son totalmente
objetivas y útiles, y su escasez se puede
convertir en abundancia gracias a una
investigación tenaz...
Con estas
palabras se expresa el Profesor Martín Almagro en su libro Introducción al estudio de la Prehistoria y de la Arqueología de Campo, respecto
a la Etnología.
Aunque este trabajo se
haya realizado con un fin eminentemente etnográfico, estimamos que al haberse carecido de documentación
escrita y al compararse las costumbres y
modos actuales con otras ya inexistentes, no
ha de encontrarse problema alguno si a lo largo de la lectura de éste, pueden verse ambos términos
referidos.
La etnografía, dedicada a la descripción de los pueblos y de las étnias, y la etnología estudiando comparativa y
casualmente aquellos, así como sus
elementos más destacados (costumbres, ritos, tradiciones, arte, orígenes, evolución,...) pueden reunirse en una simbiosis que enriquezca cualquier
objetivo de investigación histórica. Puede que algo de ésto suceda con el
presente ensayo aquí expuesto. Para la
confección del mismo se ha seguido un mínimo esquema que ha servido de guía para ir dando cuerpo a todas las sugerencias que poco a poco iban
apareciendo, a medida que las
indagaciones y la labor profundizaban en el tema.
En todo lo que duró mi estancia en el pueblo
(Ingenio) y sus alrededores, tuve ocasión de
tratar con gentes de la más variada […]
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