PROLOGO
El nombre y la obra de Víctor Zurita están unidos a
la historia contemporánea de la prensa de Canarias, y, más concretamente, a la
renovación del periodismo de Tenerife. Ha hecho
bien Andrés Chaves en dedicar su meticulosa investigación a uno de los pasajes
más interesantes de la vida de Zurita,
aquel que hace referencia a su posición profesional y política en ocasión del golpe de Estado de 1936, que tuvo en Santa Cruz de Tenerife un prólogo tan fundamental.
Con ocasión del protagonismo profesional de Zurita, el autor de este
trabajo se entretiene en la narración de la biografía entera del personaje, y,
sobre todo, saca a la luz acontecimientos ignorados de la sublevación armada
que daría lugar a una guerra entre hermanos de tres larguísimos años, que, para unos sería el glorioso Alzamiento
Nacional, para otros una sublevación
frente al orden constitucional, y, para todos, a la vuelta de los años, una
dolorosa Guerra Civil.
Me parece que Andrés Chaves se suma con este trabajo a tantos meritorios historiadores y periodistas que saben bien
del papel insustituible que juegan los
periódicos en la confección, en la construcción de la historia contemporánea, para la que la prensa es una
fuente de noticias de primerísimo
interés.
El periodismo, fuente
histórica.
El reconocimiento de la función pública de la prensa lleva implícito su utilización como fuente histórica, lo cual
proporciona al periódico y, posteriormente, a
las demás actividades informativas, una nueva dimensión. ¿Cuál es el carácter y las limitaciones del uso del
periodismo para hacer la historia? Y,
concretamente, ¿qué aportaciones españolas de conjunto se nos ofrecen en este campo?
Son muy escasas las monografías dedicadas a estudiar
la gran prensa española. Y aún son más raros
los estudios del pequeño periodismo repartido por las cuatro esquinas de España, a pesar de que en la
apretada tipografía de los periódicos
decimonónicos está encerrada buena parte de la historia más reciente de nuestro
país. Parece como si la confianza que cada día otorgamos a la Prensa, cuando
llega a nuestras manos por la simple
curiosidad informativa de lector, no se dé más entre los historiadores que saben bien del carácter de testigo
inmediato de los hechos que el periodismo
ha tenido y tiene. Lo cuál no quiere decir que falten totalmente, pero sí que no se han usado los
periódicos suficientemente para rehacer nuestro pasado inmediato.
Esta falta de contemplación estudiosa del periodismo
como notario de los acontecimientos y como fuente para la historia, valora en
mucho los trabajos publicados ya en nuestro siglo
y, en los que desde diferentes perspectivas se ha
intentado, si no hacer la historia de la prensa española, sí utilizarla
parcialmente para estudir determinados periodos históricos, determinados
personajes y determinados periódicos y, también algún intento de historia
general.
El uso de la prensa como fuente histórica exige,
sobre todo para el siglo XIX, concretar mucho el
campo de estudio, ya que la dispersión de la prensa y su localismo es una
dificultad para las interpretaciones panorámicas de conjunto.
Precisamente, en este localismo está encerrada la clave de la primera aportación de los estudios de prensa: el
periódico, como fruto y reflejo de una
comunidad, es un instrumento insustituible para hacer la historia en nuestro momento. Los estudios históricos
realizados sobre periódicos, especialmente de hechos recientes, que por su
proximidad no han pasado todavía a la bibliografía especializada y cuya
proyección histórica se mantiene caliente
en las páginas de prensa, resultan del más alto interés para todos aquellos que quieren recomponer el perfil
cabal de nuestro pasado más cercano.
No
pueden ocultarse las dificultades que la prensa ofrece como fuente historiográfica, pues el periódico no narra
historia: sólo puede narrar vida, con los inconvenientes que la misma
proximidad a los hechos trae
consigo. Es así como estos estudios históricos sobre periódicos […]
No hay comentarios:
Publicar un comentario