Las
Fiestas que cada año celebra Tejina en honor de San Bartolomé, popularmente reconocidas como «De los Corazones»,
representan una de las más
llamativas manifestaciones de la tradición isleña. Su vitalidad e implantación
entre los tejineros y los numerosos foráneos que las consideran como
propias y les profesan puntual fidelidad nos hablan de algo que va mucho más allá del acostumbrado homenaje al
patrón.
Así, constituyen una importante referencia cultural
además de festiva y, por ello, el Ayuntamiento de La Laguna se planteó el
pasado año la oportunidad de convocar una beca de investigación para analizar
cuándo y cómo surgió esta celebración. El resultado de esta iniciativa lo
tenemos en este excelente trabajo de María José
Ruiz González y Guadalberto Hernández.
Se trata de un estudio que nos desvela interesantes
aspectos de lo que ha sido la
evolución de la fiesta, que comparte con otras celebradas en las Islas las ofrendas de los frutos del campo —como la Fiesta de la Rama en Agaete, el Arco de El Sauzal o el Ramo en
Taguluche, que la propia obra refleja— pero que, sin
embargo, no alcanzan la, también en palabras de los autores, espectacularidad de los Corazones.
Significativo es el dato que se nos aporta de que
apenas iniciado el transcurrir del
siglo XX
se considera tradicional el arco con panes en
forma de corazón como un ornamento que se hallaba
presente en la plaza de Tejina con motivo de las fiestas, aunque en años
sucesivos no queda constancia escrita de su utilización. En este
sentido, no fue hasta la segunda década cuando se inicia el ritual de los
Corazones tal y como hoy lo conocemos; a pesar de que al principio sólo se
confeccionaba uno, ya se había introducido
el elemento de la ofrenda, algo que despierta ciertamente reminiscencias ancestrales.[…]
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