Josefa Falcón Abreu
En el mundo entero se respira esa tensión que precede a las guerras. El
conflicto de Siria ha puesto “nerviosos” a países como USA y parece dispuesto a
atacar cuando haga falta…atacar bombardeando, matando…En pleno siglo XXI oír
hablar de estas cosas en estos términos nos resulta cuando menos
incomprensible, la gente quiere paz no quiere guerras…Bien es verdad que los
últimos acontecimientos en Siria son realmente despreciables, hemos visto como
hasta los niños han sido víctimas de esas armas químicas, es imperdonable, pero
también lo es el que todo esto acabe en una guerra porque al fin y al cabo será
más de lo mismo. Hay un pueblo que debe elegir a quien quiere que le conduzca,
que le guíe, que le dirija y gobierne de la mejor forma posible, hay una palabra
llamada democracia, hay en esa palabra respeto, respeto a la opinión mayoritaria,
lástima que aun en países que dicen ser demócratas se vea a veces tanta
intolerancia. Los políticos en campaña prometen y prometen y una vez logrados
sus propósitos las promesas brillan por su ausencia, o sea, mienten
descaradamente, eso ocurre aquí continuamente, luego quieren hacernos creer que
las cosas no se han podido hacer por esto o por lo otro, como si los ciudadanos
fuéramos tontos, el dinero, el principal elemento, existía, pero hay en todo
ese mundo de la política mucha gente sin escrúpulos, egoísta, que lo quieren
todo para sí mismos y que les importa un comino el presente y el futuro de los
ciudadanos aunque a la hora de buscar el voto nos hicieran creer lo contrario,
es el cuento de siempre, es la decepción de siempre, la historia se repite y se
seguirá repitiendo porque en el entendimiento entre seres racionales parece que
sigue costando el diálogo y que con las armas se arregla todo…Hoy, voy a
publicar aquí lo que hace años, una guerra absurda, me inspiró :
OTRA VEZ LA GUERRA
Se escuchan voces que al mundo
llaman de nuevo a la guerra,
es la “élite del poder”
que nos impone su fuerza.
Un niño llora de
miedo,
su madre, aterrada, reza,
rezos que imploran piedad,
lágrimas de la inocencia,
como me duele el dolor
del que llora y la que reza,
cuanta angustia hay en sus ojos,
¡que injusticia, que impotencia!
Miles de voces
se alzan,
ciudades, pueblos y aldeas,
se revelan contra el fuerte,
gritan que ¡NO! quieren guerras.
Pero las voces
se pierden,
el viento al fin se las lleva
porque a los “oídos sordos”
las voces no le interesan.
¿Qué futuro
esperará a este niño cuando crezca?
Si es que una bomba asesina
no le arrebata la vida,
o sus brazos, o sus piernas.
Entonces se habrá
acabado
su alegría, su inocencia,
y así como su vida
miles de vidas truncadas
quedarán sobre la tierra.
¿Y tras la
batalla qué?
Los fuertes festejarán
¡su victoria, es una gesta!
Los débiles llorarán,
pasarán hambre y miserias
y la historia, una vez más,
tendrá sus páginas negras. (Josefa Falcón)
Buen día amigos…
Agosto de 2013.
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