Prólogo
La
tierra y sus caprichos geográficos (cuevas, tubos volcánicos) atesoran numerosos
secretos sobre nuestro pasado y el tiempo, poco a poco, sedimento a sedimento, los va escondiendo, como queriendo hurtarnos esa parte de nosotros mismos que es
difícilmente regis-trable en libros, en documentos, en pruebas fehacientes. En
esa tarea casi imposible nos empeñamos, porque desentrañar las raíces
del pasado para poder explicar, también, lo
que en el momento presente somos, es algo que incentiva tanto nuestra
curiosidad que no podemos rehusarlo. Cruce de pasados remotos e
intuición de futuro, el hombre insiste en
saber del hombre que fue. Así también el hombre canario, que quiere escarbar
en su identidad, reconocer las piezas que
conforman el puzzle de su historia, esa que lo vino a poner a vivir sobre estas islas atlánticas, distintas e
inexplicables, que aguardan el momento en que les pongamos verdad
científica a sus indescifrables senderos, a sus intrincadas grutas.
Y
desenterrar trozos de nuestro pasado es lo que se propone este libro
firmado por Mauro S. Hernández Pérez, que ve la luz de la publicación de la
mano de la Dirección General de Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias: La Cueva de Belmdco. Los interesantes y complejos grabados de Belmaco, ubicados
en el municipio palmero de Mazo, revisten gran interés científico. El trabajo
de Hernández Pérez sobre este yacimiento merecía la edición y, estamos
seguros, supondrá un paso más en el difícil camino de la investigación de la prehistoria insular. La satisfacción
por haber logrado poner en manos de
lectores e investigadores este libro nos lleva a celebrar los importantes avances
científicos que se están dando en el campo del patrimonio histórico
canario; con la suma de esfuerzos, paciencia
y trabajo sistemático, estamos consiguiendo, poco a poco, completar ese rompecabezas maquiavélico que a
menudo nos quita el sueño pero que,
también, nos alienta a seguir empeñándonos en conocernos mejor, en lograr una cabal comprensión de nuestro pasado. Desde el Gobierno de Canarias sólo podemos
alentar a los que se proponen
invertir tiempo y esfuerzo en esa tarea bella y necesaria, que también demanda la sociedad canaria del
futuro. Garantizar el correcto
recibimiento de este amplio legado cultural es tarea que nos concierne y que no podemos hurtar a las
generaciones venideras.
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