martes, 6 de agosto de 2013

AGUSTIN ESPINOSA





QUE largo de los últimos años, la figura y la obra de Agustín Espinosa han sido analizadas reiteradamente por múltiples críticos; entre los cuales destacan Alfonso Armas Ayala y —muy especialmente— José Miguel Pérez Corrales: sus meticulosas aportaciones acerca del escritor han resultado muy valiosas para la elaboración de este libro, cuyo autor agradece, desde aquí, la ayuda que le han prestado. La minuciosidad de algunos de esos trabajos, me exime alegre­mente de reiterarla ahora en estas breves páginas, que pue­den —gracias a ellos— deambular con tranquilidad por los pre­tendidos derroteros de la desenfadada visión subjetiva del escritor, como modesta aportación rabiosamente personal a su mayor conocimiento. Así y todo, el propio Agustín Espinosa advirtió, refiriéndose a sí mismo, que "a los profesores, como a toda ave común, se le ve, aunque la oculten, la traviesa des­gracia del rabo": lamentaría mucho que también a mí (que he transitado —como él— la docencia) me asomara aquí ese rabo, en contra absolutamente de mi voluntad. Resultaría impo­sible agradecer la totalidad de las informaciones recibidas acerca del escritor, pero no me resisto a mencionar las más valiosas, procedentes de Margarita Rodríguez Espinosa, Car­men Padrón García, viuda de su hermanastro Manuel, Felisa Espinosa García, una de sus hermanas, y Agustín Espinosa Boissier, su tercer hijo.

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