viernes, 2 de agosto de 2013

BOLERO PARA UNA MUJER





"... Pero si tú me dices ven lo dejo todo..."
esa maldita radio, y este calor. Es imposible dormir con tanto ruido. Con lo que a mí me gusta dormir. Desde que me casé con Rodolfo, no he hecho nada más pla­centero que dormir. Según dice Beatriz, y es posible que lleve razón, en estos veinte años, todo lo que he hecho ha sido dormir, día y noche. Sin embargo, hoy no puedo, y eso que he llegado cansada de la fiesta; pero este agobiante calor del mes de julio, y el vecino con la música tan alta a estas horas de la noche, no hay manera de concentrarse en el sueño. Para mí al menos, porque Rodolfo duerme como un bendito, sin duda es el whisky que lleva en la sangre. No debe ser la radio, de otra forma ya habría dejado de tocar boleros. Segu­ro que es un disco, doce canciones, o veinticuatro si es doble, veinticuatro canciones a ritmo de bolero, todas iguales. Y este calor...
"... Hoy mi playa se viste de amargura, porque tu barca tiene que partir, a cruzar otros mares de locura, cuida que no naufrague tu vivir... "
A lo mejor resulta que mi vida ha sido un com­pleto naufragio. Ya es raro que haya tardado veinte años en darme cuenta. Quién sabe si me la daba y hacía como las avestruces, esconder la cabeza bajo el ala para no ver lo que no me interesaba. Y de eso se ha aprovecha­do Rodolfo, he sido una esclava por comodidad, y lo más terrible es que no me he rebelado ni tanto así, ni siquiera le he dado muestras de descontento, obedecer ha sido mi lema durante todos estos años. A ver... tres­cientos sesenta y cinco por veinte... tres por veinte... unos siete mil días iguales, todos iguales.
Haga calor o frío, Rodolfo duerme como una man­ta, como si nunca hubiera roto un plato, y vaya si ha roto; una vajilla. Esos malditos boleros, yo misma soy un bolero. Todos son un engendro, por conformistas. Parecen ayes de un dolor sin salida, que se convertirá en eterno. En los boleros no hay posibilidad de reno­varse; todo lo más, volver a comenzar lo que el desti­no ha interrumpido.
"... Piensa que yo por ti estaré esperando hasta que tú decidas regresar... "
Renacer. Ya es muy tarde para eso. A dónde se puede ir con más de cuarenta años. Para mí se ha ter-[…]

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