jueves, 18 de julio de 2013

OBJETIVO CANARIAS





A MANERA DE PROLOGO
ESPAÑA, DOMÉSTICAMENTE DESCONOCIDA
Uno de los temas más graves que aquejan hoy a los es­pañoles es el profundo desconocimiento de la realidad de este país al que llamamos —que se llama— España.1 Historia, geografía, cultura común, y no digamos los problemas específicos y peculiaridades concretas y pro­fundas de cada comunidad histórica de los distintos pue­blos de España, son desconocidos por la inmensa mayoría de los españoles. Ese mutuo desconocimiento
1. Un elemental e irrenunciable principio de mera edu-cación-conocimiento, debería impedir la caída en el seudo-progresismo de quienes para no hablar ni escribir la pala­bra España, dicen o escriben Estado Español. (¿Puede ha­ber un Estado español sin la previa existencia de España?) y a los españoles les motejan de «ciudadanos del Estado» o de «instancias unitarias». Más que lenguaje propio de per­sonas presuntamente cultas (por tales al menos podemos considerar a políticos, sociólogos, economistas, periodistas, etcétera) tan exóticas expresiones más parecen seguir la moda del léxico popular del «rollo», de un lenguaje berza con aplicado al mundo político (¿politico-punk?), que no dejaría de ser una simple horterada, si no implicase una enciclopédica ignorancia. España no fue bautizada tal por Franco, ni por los Austrias o Borbones, ni por los Reyes Católicos. España (Hispania) es el nombre con el que nos cupo entrar a formar parte —y a ser conocidos— en la Historia, ya antes de Cristo.
están falsificados el resto de la construcción histórica es una verdadera ruina.
Cuando escribo que a los naturales de cada país o región no sólo no se les ha enseñado la verdadera His­toria general de España ni la de sus respectivos lugares de nacimiento no me refiero tan sólo a la historia polí­tica de las mismas. Estoy señalando, por igual, que no se les enseña la cultura autóctona, las costumbres, tra­diciones, usos, la propia peculiaridad física, geográfica, etc., etc.
Antonio Carballo Cotanda3 pone en la picota al uni-formismo educacional, indicándolo como uno de los peores males que padecen tanto canarios como penin­sulares. Y advierte: «tanto dentro como fuera de Es­paña, se han alzado voces que preconizan la vinculación de la enseñanza no sólo a fenómenos genéricos o abs­tractos, sino a realidades circundantes —regionales— de los sujetos educandos. La sociedad canaria no ha te­nido el necesario acceso a la instrucción y ésta, en la mayoría de los casos, ha estado desligada del hecho fí­sico, humano y social que entorna las vivencias del is­leño».
Cuando menos, resulta paradójico que los canarios aprenden de memoria la lista de los reyes godos y no se les explique quién fue Bencomo. Se les gloría el nombre del conquistador normando francés Juan de Bethen-court o del limiado Gadifer de la Sale y nada saben de Guardafia o de Tinguaro, conocen quién fue Benítez de Lugo e ignoran al mencey Bentore. Saben, pues, con mil lujos de detalle tan sólo una de las ramas de los as­cendientes que han dado origen a su actual etnia, pero nada saben —o muy poco— de quiénes eran los pobla­dores aborígenes de las islas antes de la conquista. En el mismo orden de contrasentidos habría que situar la enseñanza de las ciencias naturales, donde los canarios son impuestos en unas características imperantes en la Península que absolutamente nada tienen que ver con la goelogía, la flora, la fauna, el clima, etc., etc., de su tierra situada junto al Trópico de Cáncer y al costado del África sahariana. […]
3.   Canarias, región polémica. Edicusa, Madrid, 1972. 10

No hay comentarios:

Publicar un comentario