martes, 16 de julio de 2013

ANEDOCTARIO CHICHARRERO



Diego Samblás cada domingo en El Dia nos cuenta con envidiable buena memoria y contagioso gracejo una buena parte de la historia cotidiana de nuestra hermosa y acogedora capital. Cada do­mingo, el autor de esta serie periodística, denominada «Anecdotario chicharrero», pretende demostrarnos que también se puede hacer historia partiendo de la pequeña anécdota, el pasaje trivial o la sim­ple ocurrencia del más insignificante y anónimo ciudadano santa-crucero.
Detalles que, seguramente, pasarían desapercibidos para el his­toriador erudito, adquieren en los artículos domingueros de Diego Samblás un rango superior, puesto que valen para poder reconstruir el talante de un ciudadano o de varios chicharreros que, de otra ma­nera, jamás tendrían la posibilidad de asomarse a la crónica perio­dística, y menos ser protagonistas del acontecer histórico de una determinada colectividad de ciudadanos.
Tan importante como la página gloriosa o la gesta bélica, que llegan a alcanzar los blasones más preciados de una población o pueblo, resultan, a veces, los comportamientos de los vecinos, que igualmente valen a la hora de precisar cómo son las gentes, cómo se comportan y hablan y, en definitiva, qué sellos o improntas con­fieren al Santa Cruz de nuestro más reciente pasado.
Porque también, para conocer con más profundidad donde es­tán las verdaderas señas de identidad de un pueblo, a veces las res­puestas y los datos más fidedignos se suelen encontrar en el comportamiento anecdótico y pueril de aquellos personajes mejor conectados con el latido popular de una comunidad. Eso es, ni más ni menos, lo que intenta hacer, cada domingo, Diego Samblás, al re­coger esas pequeñas historias de unos vecinos que siguen estando vivos en el recuerdo y en la memoria de los ciudadanos.
Éste es el mejor y más merecido homenaje que podrían recibir.
Elfidio Alonso


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