martes, 30 de julio de 2013

CANARIAS Y BRASIL EN LA RUTA ATLANTICA DURANTE LA UNION PENINSULAR 1580-1640 PRÓLOGO





Al redactar estas páginas, me traslado a un período preté­rito de mi ejercicio como investigador muy grato por cuanto de ilusión tenía todo lo que haríamos entonces. Me refiero a La década de los 50, comercio de las islas Canarias con el Nuevo Mundo. El tema había surgido espontáneamente, por el casual hallazgo en la sección de Indiferente General de un tondo documental relevante sobre tal asunto. Mi canariedad no resistió la tentación y sin el magisterio de un especialista o el conocimiento de la técnica ya puesta en marcha por escue­las francesas historias cuantitativas —me sumergí en los lega­jos que encerraban una historia, la cual, salvo un par de auto­res, nadie había abordado.
Fueron aquellos años en los que coincidimos en el archi­vo sevillano con el matrimonio Chaunu, admirados amigos, enfrascados en una investigación cuyo gran fruto fue Seville et l'Atlantique (1957) donde las Islas Canarias jugaban ya un pro­tagonismo que también Antonio Rumeu de Armas había apuntado en su magna obra Piratería y ataques navales contra las Islas Canarias (1947-1950). Paradójicamente, mi trato con los Chaunu no significó un trasvase de ideas y noticias que hu­bieron sido muy útiles para mí. Casi coincidiendo con la im­presión de nuestro libro, en 1952 apareció la monografía de José Peraza de Ayala, El régimen comercial de Canarias con las In­dias en los siglos XVI, XVII y XVIII, estudio concreto y capi­tal. Otro autor cuyo magisterio busqué al manejar sus obras fue el venezolano Eduardo Archila Parías que para mí fue, es­pecialmente, un ejemplo a seguir sobre todo con su Comercio entre Venezuela y México en los siglos XVII y XVIII (1950). Quedé desde entonces en deuda con él y ello explica que fuera al historiador venezolano a quien solicitara un Prólogo en el que resaltamos, pues refuerza lo que estamos diciendo o estamos intentando decir, sus afirmaciones en torno a la no­vedad del estudio de las relaciones económicas interindianas. Arcila profetiza el progreso de tales estudios demostrando que los lazos económicos unían a las distintas zonas de la monarquía hispánica formando una compleja red en la que las Islas Ca­narias parte del ámbito Atlántico, se insertaban como una unidad más de la economía americana.
A partir de estos pioneros estudios y, a partir de 1976-7, comienzo de los Coloquios de Historia Canario-Americana aus­piciados por la Casa de Colón de Las Palmas de Gran Cana­ria, el interés por el tema cobró, junto con el de la emigra­ción, una dimensión inusitada de tal modo que no ha habido Coloquio en el cual no se haya presentado alguna ponencia sobre el tráfico canario-americano, ampliado más allá de la dimensión Canarias-América pues pronto se comprobó que el poliedro de tal tráfico contaba con diversas caras en las que entraban, no sólo el mencionado eje, sino que había que te­nerse en cuenta el rumbo europeo, los lazos con África y las vinculaciones con los restantes archipiélagos atlánticos y sus derivaciones brasileñas. Esta monografía, de Antonia Fernan­da Pacca de Almeida Wright y Roseli Santaella Stella, pre-[…]

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